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Camps y Ripoll hacen de Benidorm el escenario de sus discrepancias

Amor desafía al candidato campista y mantiene su intención ser candidata

El PP de Alicante va camino de revivir en Benidorm con crudeza la guerra interna entre el zaplanismo y los partidarios de Francisco Camps. Con una parte de la cúpula provincial atenazada por el caso Brugal e incapacitada para cuestionar a la dirección regional, la única dirigente bien posicionada para dar la batalla al campismo es la concejal, diputada autonómica, directora general del Patronato de Turismo de la Diputación de Alicante, vicesecretaria de comunicación del PP provincial y presidenta del PP en Benidorm, Gema Amor, que ha manifestado sin disimulo su ansia de "llegar hasta el final" para competir con Manuel Pérez Fenoll, el candidato de Camps, por encabezar la candidatura local.

"No puede ser que con todo a favor nos perdamos en personalismos"
Algunos temen que pueda pasar en el PP de Benidorm como en Asturias
"Si hay conflicto la responsable será Amor", advierte un cargo en Valencia
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Entre 1991, año en que se produjo el marujazo y Zaplana conquistó la alcaldía, y 2009, el de la otra moción que le devolvió el poder a los socialistas, se ha fraguado un PP con 3.200 afiliados (casi un 8% del censo electoral), pero dividido en porciones de poder que cambian de tamaño y que hasta ahora han dirimido sus diferencias en el reparto de cargos. En cada una de las soluciones se abrió una herida. En Benidorm se avista la madre de todas las batallas internas entre el zaplanismo y el campismo. "Si hay conflicto, la responsable será Gema Amor", asegura un destacado cargo del PP valenciano.

Gema Amor, presidenta local del PP desde finales de 2006, se ha asegurado llegar a las elecciones municipales gobernando el partido sin convocar elecciones para renovar la ejecutiva. Los seguidores de Amor (en realidad cabría decir de Eduardo Zaplana), de Vicente Pérez Agulló (hijo del ex alcalde Vicente Pérez Devesa), de la familia Barceló y los campistas conforman los cuatro grandes bloques de afiliados, aunque muchos de los actuales concejales afines a Fenoll dieron su apoyo a Amor en la pugna interna frente a Ángela Barceló y ahora ni se hablan. La dirección que ejerce Amor del partido le permite controlar también el comité electoral local y asegurarse que la propuesta de lista que llegue a Valencia esté encabezada por ella misma, como ya sucedió en 2007. Entonces la candidatura estuvo trufada de afines al zaplanismo, así que la dirección regional cortó por lo sano, colocó de candidato a Pérez Fenoll y relegó a Amor a la segunda posición, asegurándole una plaza en las Cortes. Algunos zaplanistas fueron relegados en la lista y otros directamente descabalgados.

Desde el entorno de Fenoll se argumenta que "quien no esté de acuerdo con los estatutos puede enmendarlos en un congreso nacional o buscarse otro partido que se adapte a sus necesidades", en alusión a la legitimidad de la dirección regional para aprobar definitivamente las listas. Pero Gema Amor añade: "No contemplo otro escenario que la ejecutiva regional acepte la candidatura que elegirá el comité electoral local, en la que estarán integradas todas las sensibilidades del partido". Es decir, que no piensa tolerar otra vez la cirugía que aplicó Valencia. Y como ese comité sigue siendo el mismo que fue elegido en 2007, presidido por el ex consejero de Zaplana, Fernando Modrego, es seguro que se repetirá la jugada. "No puede ser que teniéndolo todo a favor

nos perdamos en personalismos", sentencia el senador Agustín Almodóvar, que aspira a integrarse en la lista del campismo.

El entorno de Pérez Fenoll ha intentado que la dirección regional deje claro que el candidato será él, y así lo ha explicitado al menos dos veces su secretario general, Antonio Clemente. Fenoll espera que Amor actúe "con sentido común" y respete la decisión del partido de "repetir a los candidatos que hemos ganado las anteriores elecciones por mayoría absoluta". Así que, dadas las circunstancias, Gema Amor ha decidido vincular su futuro a la decisión que adopte el PP en Madrid tras un largo trabajo en diferentes foros y convenciones del partido a nivel nacional.

El partido parece inmerso en una carrera a ver quién convoca más apoyos. El senador Agustín Almodóvar, presidente local de Nuevas Generaciones, reunió a más de 1.000 personas en la fiesta del afiliado, entre ellos a Francisco Camps. Pérez Fenoll congregó a 600 en una cena para condenar la moción de censura. Y Gema Amor acomodó a 800 afiliados en la cena de Navidad del partido en Benidorm, a la que solo faltó su rival. Hasta tal extremo ha llegado la situación que un ex concejal popular refiere que "están todos más pendientes de defender su parcela que del proyecto del partido".

Quien mejor lo tiene es Gema Amor. Transita a lomos del Patronato de Turismo, un organismo que dispone de más de cinco millones de euros de presupuesto, una parte del cual ha repartido graciosamente entre los empresarios y asociaciones de la ciudad para ganar adeptos a su causa. Y ha conseguido que a finales de agosto la Vuelta a España de 2011 salga desde Benidorm, apoyada por Ripoll.

Tanto si se impone la tesis de la ejecutiva regional y es Fenoll el candidato como si Amor consigue finalmente el aval de Génova, será después de una dura pugna. Lo llamativo de esta segunda gran batalla interna es que ninguno de los cargos y militantes consultados da por seguro que no pueda pasar en el PP alicantino lo que ha sucedido en Asturias con Francisco Álvarez Cascos. Y la punta de lanza es Benidorm.

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