Trump amenaza con eliminar el ‘parole’ humanitario y CBP One si gana: “Prepárense para irse”
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza apunta que 1,3 millones de inmigrantes han ingresado legalmente en Estados Unidos con estos programas de la Administración Biden-Harris
El tono antiinmigrante de la campaña electoral republicana ha comenzado a alcanzar niveles preocupantes. No conforme con prometer la mayor deportación de la historia dirigida a inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump ahora amenaza con expulsar a 1,3 millones de inmigrantes que han llegado legalmente a través de dos programas de la Administración Biden-Harris como el Parole Humanitario (creado en 2022 para inmigrantes venezolanos y extendido a ciudadanos de Haití, Cuba y Nicaragua el año siguiente) y el CBP One, la aplicación móvil que permite programar citas para la solicitud de asilo en ocho puertos de entrada ubicados a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza indican que entre enero de 2023 y agosto de 2024, alrededor de 800.000 inmigrantes llegaron a Estados Unidos gracias al CBP One y otros 530.000 en vuelos tras recibir el Parole.
“Los revocaría y los expulsaría. Además, la aplicación es mala, pero lo peor son los vuelos porque intentaron decir ‘vamos a endurecer un poco la frontera’, y ahora tienen aviones cargados de inmigrantes ilegales, gente que no debería estar en nuestro país, yendo a todos lados, al Midwest, porque ahora todo es un Estado fronterizo”, expresó en una entrevista telefónica con FOX News, sin dejar de enviar un mensaje a los beneficiarios de ambos programas: “Prepárense para irse, especialmente rápido si son criminales. Van a salir muy rápido”.
Las declaraciones han sido especialmente alarmantes entre los inmigrantes favorecidos porque objeta la legalidad de su estatus y los pone en una situación de incertidumbre ante lo que pueda ocurrir en las urnas en noviembre. Esta campaña de tolerancia cero en materia migratoria tuvo otro episodio la semana pasada, pero esta vez protagonizado por el candidato a vicepresidente, JD. Vance, quien cuestionó la legalidad de los 20.000 inmigrantes haitianos que llegaron a Springfield (Ohio) —ahora acusados sin evidencias de comerse las mascotas de sus vecinos— y recibieron un estatus de protección temporal por parte de la Administración Obama basado en la ley de 1990 que permite trabajar y vivir en Estados Unidos a extranjeros que han tenido que huir de sus hogares a causa de desastres naturales. Miles de haitianos vivían ilegalmente en el país tras el terremoto de enero de 2010 que devastó a la isla. “Si Kamala Harris agita la varita ilegalmente y dice que estas personas están ahora aquí legalmente, seguiré llamándoles extranjeros ilegales”, expresó en respuesta a la pregunta de un periodista tras un mitin en Raleigh, en Carolina del Norte, y agregó: “Una acción ilegal de Kamala Harris no convierte a un extranjero en legal”.
La campaña de Harris ha respondido a la arremetida de su adversario con un mensaje de su vocera, Mia Ehrenberg, difundido por el reportero Bill Melugin. “Como fiscal durante más de 20 años, la vicepresidenta Harris ha pasado su carrera poniendo a los criminales tras las rejas y defendiendo el Estado de derecho en este país (...) Como vicepresidenta, apoyó el proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza, la reforma más fuerte en décadas para una mayor seguridad en la frontera. Como presidenta, firmará ese proyecto de ley y luchará por soluciones duras e inteligentes para asegurar la frontera y reformar nuestro roto sistema de inmigración”.
Con esta declaración, la campaña demócrata no envía un mensaje de alivio a los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos gracias a los dos programas promovidos por la Administración Biden-Harris, continúa defendiendo un acuerdo bipartidista que no se traduce en la reforma migratoria que aguarda el país desde hace años. “El partido demócrata se ha ido completamente a la derecha con ese proyecto. Es una ley impositiva, castigadora, excluyente, que solo busca dinero para detener el flujo de inmigrantes, y deja por fuera a los 15 millones de inmigrantes ilegales que tenemos ya aquí. Tampoco habla de los dreamers... Kamala viene a Arizona este jueves y la mayoría lo que está diciendo es que la prefieren porque al menos no trae una agenda de deportación como Trump. Lo que sí puedo decir es que Harris no es nada popular entre el inmigrante indocumentado, que tiene hijos estadounidenses, paga impuestos y no tiene permiso de trabajo, pero ve a otros llegar con la posibilidad de pedirlo sin tener que hacer nada”, comenta el abogado especializado en asuntos migratorios, Ezequiel Hernández, en declaraciones a EL PAÍS.
El especialista desestima las amenazas de Trump contra el Parole porque en la práctica se enfrentarán a barreras jurídicas. “Podría eliminar ambos programas al entrar a la Casa Blanca, pero la gente que llegó con el Parole tiene poder porque está legalmente aquí aunque Trump diga lo contrario”, y continúa, “estos inmigrantes podrían ir a los tribunales para protegerse, pero si han rebasado el tiempo estipulado por el programa (dos años) y no han pedido un asilo o alguna otra opción de alivio migratorio, sí están en riesgo de expulsión. Los que entraron con CBP One también estarían protegidos”.
Ambos programas fueron concebidos para evitar que los inmigrantes se expusieran a las dificultades y peligros que supone atravesar la Selva del Darién y el resto de la travesía hasta la frontera, así como disminuir los cruces ilegales en la misma. “La verdad es que el Parole es un programa muy generoso porque con solo tener un patrocinador puedes venir, no tiene un filtro para saber si realmente aplicas a un caso de asilo. Son 30.000 personas por mes entre cuatro nacionalidades, que no es mucho, y la verdad es que serán pocos los afectados si se apaga la luz en esto”, concluye.
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