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Luis A. Miranda Jr.: “Algún joven latino va a despegar pronto como un cohete y será presidente de Estados Unidos”

Activista durante más de cuatro décadas y responsable de atraer el voto latino en varias campañas, Luis Miranda cuenta en su libro de memorias ‘Incansable’ cómo la comunidad hispana se ha convertido en una fuerza que está transformando el país

Author and activist Luis A. Miranda photographed on June 4, 2024 in Manhattan, New York.
El autor y activista Luis A. Miranda fotografiado el 4 de junio de 2024 en Manhattan, Nueva York.Corrie Aune

Cuando Luis A. Miranda (69 años) llegó a Nueva York desde Puerto Rico hace más de cuatro décadas no sabía que era un viaje sin retorno. Enamorado de la ciudad y sorprendido por la discriminación que sufría su comunidad se dedicó desde el principio a defender los derechos de los latinos. Formó parte de la Administración de Ed Koch y de Rudolph Giuliani en la alcaldía de Nueva York, aunque abandonó pronto el barco del republicano, y ayudó a un desconocido Chuck Schumer y a Hillary Clinton a conseguir el apoyo del voto latino. También creó la Fundación Hispana para unir a toda la comunidad en una lucha común, aunque la fama le llegó por el éxito de su hijo Lin-Manuel, actor y creador del musical Hamilton y de varios taquillazos de Disney. En su libro de memorias Incansable descubre lo que mueve al voto latino y cómo esta comunidad se ha convertido en la mayor fuerza transformadora.

Pregunta. Los latinos han apoyado tradicionalmente al Partido Demócrata, pero las encuestas muestran que buena parte votará en noviembre por Donald Trump. ¿Qué les atrae de alguien que los insulta repetidamente?

Respuesta. Si tú lo averiguas, me llamas de inmediato. Yo me rompo la cabeza y se me pone el pelo más blanco pensando en qué es lo que puede atraer a un latino de Trump. Pero hay varias cosas, por un lado, Trump es entretenido. Muchos de los políticos de nuestros países de origen que ganan son entretenidos, a veces con unas ideas que quieres morirte de la vergüenza, pero son entretenidos. Por otro lado, Trump se presenta como el que está diciendo la verdad, como que sabe de lo que está hablando. El 90% de lo que sale de la boca de ese monstruo son mentiras, pero son tantas las falsedades que es difícil combatirlas. La elección (pasada) la ganó Biden justamente, pero todavía el 33% de la gente cree que la robó. Vivimos un momento en el que la falsedad se convierte en el pan nuestro de cada día.

P. Dijo de Trump cuando ganó las elecciones que era “un pendejo que decía estupideces” y que nunca imaginó que su movimiento amenazaría la democracia. ¿Cuál es su temor ahora?

R. Mi temor es que todo lo que sale de la boca de ese hombre es odio y falsedad. No ha hablado de política pública, solo ha hablado de dos cosas. Se presentó a la Asociación Nacional del Rifle, una organización moribunda, para decir que si gana les va a dar vida de nuevo porque va a eliminar todas esas leyes de Biden para que la gente no se siga matando en las calles. Y le sigue diciendo a los ricos que les va a recortar los impuestos. A la gente que menos lo necesita, la que ya está usando el dinero para dar un viaje a la atmósfera. Lo que yo espero es que a medida que los juicios se acaben haya que discutir a dónde va el país y que la gente empiece a entender que un gobernante no puede ser electo para destruir todas las instituciones creadas para vivir en un país civilizado.

P. En 2020, usted y Latino Victory dieron su apoyo a Joe Biden. Muchos latinos se sienten hoy decepcionados con el presidente.

R. Cuando Biden cogió el Gobierno el desempleo estaba en el 14%, en estos momentos el desempleo en la comunidad latina es del 3%. Biden toma las riendas del país cuando todavía el 20% de los latinos no tenían seguro médico. Eso ha mermado a la mitad. Biden coge el gobierno cuando millones de niños latinos están en la pobreza. Eso se ha recortado a la mitad. Yo no entiendo que es lo que Biden no ha podido hacer para nuestra comunidad y para muchas otras comunidades que supuestamente Trump va a hacer. En la política la gente se acuerda de la última semana, si la gasolina aumentó de 3,20 a 3,30. Es nuestra labor convencer a la gente que el mundo no es perfecto y que uno vota por gente imperfecta que no puede hacer todo. Dentro de esa imperfección uno tiene que votar por aquel que cree que es mejor para nuestra comunidad. Y yo creo que ese es Biden.

Luis A. Miranda Jr. as a child with his mother, Eva, and father, Güisin, in the summer of 1958, at Cerro Gordo beach (Puerto Rico).
Luis A. Miranda Jr. de niño con su madre, Eva, y su padre, Güisin, en el verano de 1958, en la playa Cerro Gordo (Puerto Rico).Familia Miranda

P. Ayudó a Chuck Schumer y a Hillary Clinton en sus campañas políticas para ganar el voto latino. ¿Cómo se movilizaba a esa comunidad entonces y qué ha cambiado?

R. Hillary es una estrella del mundo político. Fue una de los pocos candidatos demócratas que gana el voto cubano en Florida. Era cuestión de llevarla a nuestra comunidad. Todo el mundo estaba maravillado con su talento, con su inteligencia y con su compromiso con la comunidad latina. Fue similar con Schumer. No lo conocía ni el gato. Veinte y pico años más tarde, Schumer sigue siendo un amigo de los latinos de todo el país. Ahora es un poco más complicado porque existen las redes sociales. Whatsapp y Facebook pueden no ser importantes en otras comunidades, pero para nosotros son cruciales.

P. ¿Por qué se decidió a contar su experiencia ahora en un libro?

R. Después de la elección de 2020 y de la 2022 han aparecido todos estos peritos del voto latino que miran encuestas que los periódicos y otras instituciones estaban haciendo para crear conclusiones. En las encuestas los latinos son el 8% de la gente entrevistada. La mayoría habla solamente inglés, cuando sabemos que del 25 al 33% de los latinos se comunica en español. Yo me quejaba continuamente de estos peritos falsos y mis amigos me decían: “Tú llevas 45 años en este mundo, ¿por qué en vez de quejarte no haces algo positivo y escribes sobre tu visión de qué es el voto latino?”

P. Se mudó a Nueva York en los años setenta para estudiar psicología. En Puerto Rico estaba involucrado en el Partido Socialista y su idea era regresar. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?

R. Vivir en Nueva York me creó una satisfacción enorme, sentía como que a esta ciudad la hicieron para mí. Y en eso conocí en el programa doctoral a esta muchacha que ha sido mi esposa por los últimos 46 años. Así que entre el amor a Nueva York y el amor a Luz, termino quedándome.

P. Escribe en su libro que al llegar a buscar trabajo a Sears vio la explotación a la que estaban sometidos los puertorriqueños. ¿Ha mejorado algo su situación?

R. No hay duda de que ha habido una mejora económica y social en la comunidad latina. La mitad de los puertorriqueños está mucho mejor que en los años 50, 60 y 70, aunque todavía muchos siguen viviendo en la pobreza. Los latinos somos los que creamos más pequeñas industrias en todo el país. Se han graduado muchísimos más jóvenes de las universidades. Pero cuando miramos la sociedad en su totalidad todavía estamos rezagados. Por eso la importancia de seguir la lucha.

P. Su primera experiencia en la alcaldía de Nueva York fue con Ed Koch. Muchos amigos de la izquierda le criticaron por entender que se vendía.

R. Esa fue la primera vez que yo me enfrenté a críticas reales, en los periódicos, porque había sido un activista comunal y ahora estaba en la alcaldía. Por un lado la crítica era cierta, pero estar ahí implicó que podía mirar de cerca la construcción de las nuevas escuelas. Había todo un plan de cómo aumentar los servicios a la comunidad latina en la ciudad de Nueva York que yo ayudé a crear, así que cuando puse las cosas en balance, me quedé haciendo todo lo que pude para la misma comunidad por la que estaba luchando afuera.

P. Dice que no ha habido una reforma de la ley de inmigración comparable a la que firmó Reagan en 1986 y dio amnistía a todos los inmigrantes indocumentados que llegaron antes de 1982. ¿Qué solución ve a la crisis migratoria actual?

R. La solución siempre es política. Es increíble que un presidente republicano haya sido el que hizo la última ley de amnistía, sacando a millones de personas de la sombra, y que ese mismo partido utilice ahora la inmigración como “el cuco” para salir electo. El movimiento Trumpista es el enemigo número uno de los inmigrantes del país. Que no lo queramos aceptar y que haya latinos que todavía creen que Trump sirve a sus intereses es como decir que no me pongo vacunas para que me den todas las enfermedades. En estas elecciones no solamente tenemos que derrotar a Trump, que es la cabeza de este monstruo antiinmigrante: tenemos que cortar todos estos tentáculos que siguen en el Senado y en el Congreso, parando una reforma migratoria. El 24 tiene que ser el momento de salir de todos estos que han convertido la inmigración en el malo de la película de Hollywood.

Luis A. Miranda Jr. speaks at a 1993 Hispanic Federation press conference with then member Roberto Ramirez (seated center) and Frankie Miranda, Lorraine Cortes-Vazquez and Lillian Rodriguez Lopez, who would later become Federation presidents.
Luis A. Miranda Jr. habla en una conferencia de prensa de la Federación Hispana en 1993 con el entonces asambleísta, Roberto Ramírez (sentado en el centro) y Frankie Miranda, Lorraine Cortés-Vázquez y Lillian Rodríguez López, quienes más tarde se convertirían en presidentes de la Federación.Federación Hispana

P. A pesar de ser de izquierdas aceptó trabajar para alguien como Rudolph Giuliani gestionando la red de hospitales. Cuenta que pronto se dio cuenta de que era “mezquino hasta el tuétano”.

R. Yo creía que era mezquino desde el principio, no me voy a hacer el tonto. Había estado un año trabajando para mejorar la salud pública, que es tan importante para nuestra comunidad, y durante los primeros siete meses no hubo intervención directa de la alcaldía. Me marché durante una pelea que el alcalde estaba teniendo con el gobernador republicano, George Pataki, con respecto a la ayuda para la lucha contra el sida. Querían hacer un recorte de 15 millones de dólares en un presupuesto de 3.000 millones de dólares. Para mí aunque era tan pequeño, era simbólico. Estábamos en medio de la pandemia del sida y si me quedaba estaba traicionando mis principios de una manera muy básica.

P. Se esfuerza por diferenciar a los latinos por origen y critica que se los vea como un monolito. Sin embargo, los unificó al crear la Federación Hispana.

R. Ninguno de nosotros viene de nuestros países de origen como hispano. Yo nunca he conocido a nadie que se baja del avión y diga “yo soy hispano”. Eran venezolanos, colombianos, salvadoreños, dominicanos; yo era boricua. Son los americanos en su búsqueda continua de poner a la gente en cajita que crean el término hispano, y yo lo veo como una coyuntura para aumentar nuestro poder político. Si todo el mundo quiere que seamos hispanos y yo me puedo sentar en una mesa a negociar en favor de 17 millones en vez de un millón de puertorriqueños, he aumentado mi poder 17 veces, así que lo veo como una coyuntura. Había que crear estructuras que le dieran vida a un concepto: convencer a los boricuas, que en esos momentos tenían el poder, que dieran paso a los dominicanos, que los colombianos y los ecuatorianos estaban a la vuelta de la esquina y que juntos íbamos a tener mucho más poder. Esa fue mi tarea en 1990 con la creación de la Federación.

P. Reclutaron a Bianca Jagger para dar notoriedad a la primera gala de la fundación y no sabía ni quién era su marido, Mick Jagger. Los latinos viven ahora un gran momento de popularidad gracias a la música.

R. Nosotros tenemos una cultura muy rica. Cuando piensas en Bad Bunny, Lin-Manuel [su hijo], Shakira, Jennifer López... todos son distintos, pero todos exaltan la latinidad. Esa es la belleza de nuestra cultura. Por eso el apellido del libro es nosotros vamos a cambiar a este país porque no hay otra cultura que tenga los matices y la fuerza que tiene la latinidad.

P. Los atentados del 11S frustraron la posibilidad de que Fernando Ferrer, en cuya campaña trabajaba, se convirtiera en el primer latino en ocupar la alcaldía de Nueva York. No ha vuelto a pasar.

R. Yo sigo alentado por el súbito aumento de popularidad y la presidencia de Barack Obama. ¿Quién hubiese pensado que iba a ser presidente? Lo que yo he visto en la última década, en la que he estado bien envuelto en política nacional, es que hay toda una nueva generación de políticos latinos que están empezando a escalar, pero todavía a nivel muy local. Yo sé que uno de ellos va a despegar como un cohete y va a ser presidente de los Estados Unidos. ¿Cuándo hubiésemos pensado que íbamos a tener un senador en Arizona, en Nevada, en Colorado, en California?

P. Cuando el huracán María devastó Puerto Rico, en 2017, su familia se volcó en ayudar. El chef español José Andrés le llamó al borde de las lágrimas porque necesitaba 100.000 dólares para que su organización World Central Kitchen siguiera repartiendo comida entre los damnificados y se los dio sin casi conocerle.

R. La experiencia fue conmovedora, impactante para la comunidad puertorriqueña y para todos nuestros aliados. También me ayudó a conocer mucha gente buena. Conocí a José Andrés y puedo describir pocas personas que tengan un amor al prójimo como el suyo. En esos momentos nadie lo conocía, pero nosotros nos dimos cuenta de que tenía un corazón enorme y si la manera de ayudarle era darle 100.000 dólares, pues adelante. El huracán, con toda su devastación, unió a nuestra comunidad como ningún otro incidente, fue lo único positivo de ese momento.

P. Otro momento clave en su vida fue el éxito del musical Hamilton de su hijo Lin-Manuel.

R. Hamilton hizo dos cosas principales para mi carrera y mi familia. Por un lado, invertir en Hamilton nos dio dinero por primera vez para poder apoyar todas las causas que defendimos a lo largo de nuestra vida. Hasta 2016 fuimos una familia que vivía de cheque en cheque, no distinto a la inmensa mayoría de la gente. Todavía yo le digo a Luz: “Ya no somos pobres”. En segundo lugar, nos dio un micrófono enorme.

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