“Penetrar en la pintura requiere un esfuerzo, pero la felicidad de quien lo logra es indescriptible”
El viaje del pintor Hugo Fontela a Asturias para mostrar los paisajes que inspiran su obra más ambiciosa y sus aspiraciones protagoniza la primera entrega de ‘Luces largas’, un proyecto de Renault que aúna jóvenes talentos, futuro y naturaleza
Hugo Fontela nació en Grado (Asturias) y eso es algo que, en su pintura, no es trivial. Desde hace ya algún tiempo, pinta la mayor parte de sus lienzos con las manos y eso es algo que, habida cuenta de su concepción de la naturaleza, tampoco es trivial. Hoy, Fontela vive en Madrid, donde tiene su taller, pero se inspira en Grado y en los paisajes que lo rodean. Ellos se apropiaron de su destino casi por designación ancestral —como le gusta expresarlo con una de sus palabras favoritas— y que lo convirtieron en un pintor obsesionado por la naturaleza, lo verde y sus formas más puras. Pasó 10 años en Nueva York, donde construyó su nombre, pero tuvo que volver para seguir construyendo su obra. Precoz y obstinado, Hugo Fontela se ha convertido en una de las referencias en la pintura española. Por todo ello, es el primer protagonista de la serie Luces largas de Renault. Una webserie dedicada a jóvenes artistas y científicos cuya trayectoria y aspiraciones profesionales están vinculadas a la naturaleza y la sostenibilidad.
¿Qué tiene la naturaleza de Asturias para encandilar hasta tal punto a alguien que ha visto los paisajes más distinguidos del mundo en tierras como México, Brasil o Puerto Rico? “Es la conexión con lo original”, reflexiona Fontela que, si echa la vista atrás, ve a un chaval de 14 años, carretera arriba, carretera abajo, yendo a clases de pintura en Avilés y empapándose, sin saberlo, de los colores, las texturas, los claroscuros y el orbayu (llovizna) de un camino que acabaría haciendo suyo.
Pero, entonces, Hugo Fontela, que todo lo que pinta es naturaleza, ¿se considera un activista? “La verdad es que no, por muy a favor que esté con todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad”, confiesa. “Pero si mis cuadros pueden mover a alguien a respetar más la naturaleza es todo un logro para mí”. El artista es consciente de que para el espectador es complicado, en ocasiones, aproximarse a la pintura, pero también sugiere intentarlo por la recompensa: “Penetrar en un cuadro requiere un gran esfuerzo, pero la felicidad de quien lo logra es indescriptible”.
Ahora, Fontela prepara su nueva exposición y tiene el taller sembrado de obra nueva, una colección que verá la luz en 2024 en el Museo Esteban Vicente de Segovia y en la que vuelven el paisaje, el verde y la tierra, donde empieza y termina todo.