La reforma lingüística en Cataluña no garantiza el 25% legal de clases en castellano

Ciudadanos y entidades contrarias al modelo catalán tildan el cambio de “marketing’ nacionalista”

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, conversa con la diputada Sonia Sierra,EFE/ Andreu Dalmau

La reforma lingüística que plantea la Generalitat de Cataluña en las escuelas y que contempla el refuerzo del castellano en centros ubicados en zonas catalanoparlantes no garantiza que el 25% de las clases sean impartidas en castellano, algo a lo que vienen obligados en los últimos años por varias sentencias con el solo requisito de que lo pida un alumno. “No cambia nada”, aseguraron ayer fuentes del Departamento de Enseñanza. El documento que estudia el Govern ...

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La reforma lingüística que plantea la Generalitat de Cataluña en las escuelas y que contempla el refuerzo del castellano en centros ubicados en zonas catalanoparlantes no garantiza que el 25% de las clases sean impartidas en castellano, algo a lo que vienen obligados en los últimos años por varias sentencias con el solo requisito de que lo pida un alumno. “No cambia nada”, aseguraron ayer fuentes del Departamento de Enseñanza. El documento que estudia el Govern mantiene como lengua vehicular el catalán pero pone sobre el papel una medida que, de facto, ya se hacía en las aulas: aumentar la presencia del castellano en aquellas zonas donde fuese necesario (y viceversa).

El informe técnico no concreta, sin embargo, cómo quedarían las horas de clase ni el tiempo que se dedica a cada lengua. Tampoco menciona si se cumplirá el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que en 2014 fijó una presencia mínima del castellano en el 25% de las horas lectivas.

“No hay ninguna novedad. El español sigue teniendo el mismo tratamiento que las lenguas extranjeras y, lo que es más grave, se siguen sin cumplir las sentencias que dicen que también tiene que ser lengua vehicular [de uso corriente en las aulas]”, reprochó ayer la diputada de Ciudadanos Sonia Sierra. Su formación tildó la propuesta de “campaña de marketin nacionalista”.

Coincide la Asamblea por una Escuela Bilingüe, una de las entidades más críticas con este modelo lingüístico. “Este informe perpetúa el monolingüismo en Cataluña. Y no se ajusta a la ley porque ni en la primera página menciona las leyes españolas, ni la Constitución ni las sentencias del 25%. El sistema educativo se ha independizado del resto de España”, zanjó su portavoz, Ana Losada.

“El plan puede amenazar la inmersión”

Dani Ocaña es profesor en la escuela Jaume Salvatella del barrio de Singuerlín, en Santa Coloma de Gramenet, donde el alumnado es mayoritariamente castellanohablante. El refuerzo del catalán o el castellano según las necesidades, apunta, ya se aplica en algunos centros. “Como no usan el catalán en su día a día, intentamos reforzarlo en el aula. En otras zonas de interior con más catalanohablantes, deben hacer lo mismo [pero al revés]”, apunta. Ocaña teme que el catalán quede diluido entre las otras lenguas: “El plan puede amenazar la inmersión, que es un tesoro social”, avisa.

Isabel Sánchez, presidenta de la asociación de directores de centros AXIA, avisa de que sobre el papel, todo el modelo suena bien, pero harán falta muchos recursos. Sobre el refuerzo del castellano en entornos de catalanización plena, opina: "Creo que esto es en base a datos que el Departametno maneja. Aquí cada centro tenemos que analizar resultados en las dos lenguas y, si hay diferencias, hacer una discriminación positiva. Si se ha dado este paso, es porque deben tener datos de situaciones concretas en las que hace falta discriminación positiva".

Pero el proyecto que estudia la Generalitat no solo ha encontrado protestas entre los contrarios al modelo, sino que también ha generado suspicacias entre los más favorables. Plataforma per la Llengua, una entidad que defiende el uso del catalán, mostró ayer su “preocupación” con el plan que estudia el Govern. La organización dijo estar “inquieta por la posibilidad de que suponga una disminución de la competencia lingüística en catalán y por la opción que da a los centros de que el castellano y otras lenguas sean vehiculares”. El documento incorpora, de hecho, la integración del inglés y otras lenguas extranjeras en el proyecto. Tras reunirse de forma urgente con el Govern, Plataforma per la Llengua informó a través de un comunicado que Bargalló había aceptado iniciar una mesa de negociación "para modificar el documento del nuevo modelo lingüístico".

En la misma línea se posicionó el sindicato Ustec, mayoritario en la escuela pública: “Cuando una cosa funciona, no parece lo más adecuado tocarla. La inmersión lingüística no se puede tocar”, señala su portavoz, Ramon Font. El sindicalista apuntó que esta reforma “suena” al modelo de trilingüismo del expresidente de las Islas Baleares José Ramón Bauzá (33% de catalán, 33% de castellano y 33% de inglés). “El catalán es minoritario y hay que protegerlo”, avisó.

Encaje de bolillos

El consejero de Enseñanza, Josep Bargalló (ERC), por su parte, se apresuró a aclarar que no se está flexibilizando el modelo de inmersión lingüística, pero “hay que adaptar el proceso a la realidad social”, matizó. Bargalló ha tenido que hacer encaje de bolillos para lidiar con las necesidades técnicas que detecta el Departamento y las posiciones políticas del ala más radical de sus socios de gobierno, Junts per Catalunya. La formación de Carles Puigdemont solo dijo que es “un documento de trabajo que no compromete la inmersión”. El PSC, sin embargo, celebró que “por primera vez” se ponga por escrito esta realidad. La diputada Esther Niubó dijo que esta medida “rompe tabús” sobre la presencia de ambas lenguas en el aula.

La comunidad educativa, por su parte, coincide en que el refuerzo del castellano en zonas catalanohablantes “pone sobre el papel algo que ya se estaba haciendo”. Manel Pulido, de CC OO apuntó a que este cambio es “para que los centros en los que se hace ese refuerzo sea algo lógico, regulado y normativo”. Eduard Vallory, presidente del Centro Unesco de Cataluña, agregó que el cambio está en “el concepto”. “Lo que se tienen que valorar no son las horas, sino los resultados. ¿Cuántas personas han estudiado centenares de horas de inglés y han salido del instituto incapaces de articular una conversación en esa lengua? No son las horas, es cómo se aprende”, apunta el experto. Coincide Jaume Aguilar, de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña: “Aunque salga como la gran propuesta, esto es lo que se hace en los centros. La pretensión de los profesores es que los chicos tengan pleno dominio del catalán y el castellano”.

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