Con o sin alcohol: cócteles con espumosos para sorprender en Navidad
Combinar espumosos, ya sea con cava o con champán, garantiza los mejores brindis
El periodista Robert Simonson cuenta en su último y adictivo libro, The Encyclopedia of Cocktails (2023), la historia del legendario Champagne Cocktail. Simonson recuerda su sencilla e infalible fórmula: un terrón de azúcar bañado en angostura y un champán especialmente seco que rellene completamente la copa de flauta donde ha de beberse. El trago ya aparecía en recetarios como el de Jerry Thomas (1862) o Harry Johnson (1882), pero no ha dejado de tener presenc...
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El periodista Robert Simonson cuenta en su último y adictivo libro, The Encyclopedia of Cocktails (2023), la historia del legendario Champagne Cocktail. Simonson recuerda su sencilla e infalible fórmula: un terrón de azúcar bañado en angostura y un champán especialmente seco que rellene completamente la copa de flauta donde ha de beberse. El trago ya aparecía en recetarios como el de Jerry Thomas (1862) o Harry Johnson (1882), pero no ha dejado de tener presencia en bares de todo el mundo. Es un clásico viejuno que sigue conquistando todos los paladares.
El champán, el cava o más genéricamente los espumosos son grandes aliados del mundo de la coctelería en estas fechas. “Aunque nuestra línea es muy esencialista, también nos gusta jugar con combinaciones que incluyan este tipo de vinos”, señala Marc Álvarez, uno de los jefes del barcelonés Sips, coronado recientemente como el mejor bar del mundo en la lista 50 Best. Bubble se llama uno de sus cócteles, que ofrece entre sus ingredientes vodka Stoli Elit, fruta de la pasión, vainilla y muchas burbujas. “Burbujas para divertir, burbujas para refrescar y burbujas para seguir”, describe Álvarez.
Para Colo Linari, barman ejecutivo del Grupo Casanis, con locales en la Costa del Sol, los espumosos son esenciales. “Con ellos refrescamos los cócteles y conseguimos que sean más fáciles de beber”, indica. En sus diferentes establecimientos hay muchas variaciones de clásicos, como un Kir Royale o un French 75, además de spritz de diferentes sabores. Su Moulin Rouge, por ejemplo, lleva licor de mandarina, Martini Fiero y una soda de ruibarbo y moras elaborada por Schweppes, y el Jardín de Versalles está hecho con St. Germain infusionado con lavanda y cardamomo, además de vino espumoso de romero y una tónica de hibiscus. “Nunca fallan. Todo el mundo repite”, cuenta.