La importancia de armonizar la relación entre el fuego, la tierra, el aire y el agua en la era del cambio climático

El balance de los cuatro elementos de la naturaleza contribuirá directamente a prevenir los incendios forestales y alentará la lucha contra el calentamiento global

Fotografía del humedal que está ubicado entre los lagos Huillinco y Cucao, en el archipiélago de Chiloé, al sur de Chile.Ministerio de Medio Ambiente (Ministerio de Medio Ambiente/EFE)

Los presocráticos establecían que el agua, el fuego, la tierra y el aire eran los componentes básicos de la materia y los cuatro elementos que explicaban el comportamiento de la naturaleza. Bajo esta premisa, en la cultura occidental previa al Renacimiento, se entendía que la armonía del medio ambiente dependía del equilibrio de esas cuatro fuerzas.

Gracias al avance de la ciencia, hemos aprendido mucho acerca del comportamiento de la naturaleza. Sin embargo, este conocimiento no nos ha impedido contribuir –voluntaria o involuntariamente– hacia su destrucción. Si bien en nuestro entorno se desarrollan relaciones mucho más amplias y complejas que la combinación de estos cuatro elementos, es cierto que insistir en la necesidad de armonizarlos se constituye en otra forma de enfrentar los problemas que asolan a nuestro entorno.

El fuego

Los incendios forestales son uno de los ejemplos más claros de lo que más afecta al medio ambiente en la actualidad. El hombre tiene una gran influencia en este fenómeno: ejerce acciones que contribuyen a empeorar el cambio climático, no respeta el uso adecuado de la tierra e incluso, en ocasiones, llega a ser el causante directo de los incendios. Sin embargo, el balance correcto del resto de los elementos: el agua, la tierra y el aire, puede ayudar a controlar el fuego que nos asola, y ayudarnos a aplicar el conocimiento ancestral de los presocráticos.

El agua

Más allá de la función de extinguir el fuego, un correcto equilibrio hídrico ayudará a acabar con los incendios forestales desde la base, respondiendo directamente a una de sus causas principales: el cambio climático. Así las cosas, mantener en buenas condiciones las masas de agua; prevenir su contaminación y degradación; invertir en la mejora de su ciclo y tratar las aguas residuales, minimizará las emisiones de gases de efecto invernadero y paliará el efecto del aumento de las temperaturas.

La tierra

Los cambios en el uso del terreno son la segunda causa fundamental de la provocación de incendios forestales, según Naciones Unidas. Una correcta gestión del suelo contribuirá de manera directa a evitar las conflagraciones. Apelar a la explotación agrícola sostenible, la correcta gestión de residuos forestales, la prevención del abandono de tierra y la eliminación de elementos inflamables son la clave para preservar el buen estado de los bosques.

El aire

La contaminación del aire ante la emisión de gases de efecto invernadero es la causa más inmediata de cambio climático. Tal como afirma la Agencia Europea del Medio Ambiente, el dióxido de carbono puede ser el mayor impulsor de la alteración de la temperatura, pero no es el único. Otros componentes que también influyen en el volumen de energía solar que retiene el planeta son: el ozono, el metano, las partículas en suspensión y el óxido nitroso. Por ello, la limitación de estos gases contaminantes a la atmósfera, a través de la descarbonización del sistema energético, es uno de los mayores retos en cuanto a la preservación del medioambiente y la mitigación de los incendios.

Como hemos visto, el fuego, el agua, la tierra y el aire están íntimamente ligados. Su armonía es imprescindible para preservar la buena salud del planeta y garantizar que las próximas generaciones cuenten con un mundo habitable en el que vivir, que tengan derecho al futuro. En ocasiones, revisitar a los clásicos puede ser la mejor inspiración para trazar un futuro sostenible.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.

Más información

Archivado En