Liderazgos tóxicos

Los lectores escriben sobre el efecto de políticos como Puigdemont y Trump en sus partidos, las personas que intentan entrar a nado en Europa, la importancia de la palabra y la situación de Cuba

Carles Puigdemont, durante su aparición en Barcelona este jueves.Massimiliano Minocri

Salvando las diferencias, los casos del Partido Republicano de EE UU y de Junts en Cataluña ofrecen algunas reflexiones. Cuando el líder de una formación política la canibaliza a su antojo hasta convertirla en poco más que un despojo de extremismos, cabe preguntarse a qué esperan las bases para deshacerse de él. ¿A qué esperan los republicanos y Junts a deshacerse de Donald Trump y de Carles Puigdemont para recuperar algo de cordura institucional y de servicio a la ciudadanía? Un somero repaso histórico muestra que, cuando esto ocurre, el supuesto líder carismático ha terminado succionando a su grupo, al que luego le ha costado mucho recuperarse —si es que finalmente lo ha conseguido—. Centrándonos en el caso catalán, llama la atención que personas sensatas, con excelente formación y que han ocupado cargos relevantes en la dirección política de Cataluña, se sometan al estruendo verbenero de un tipo tóxico y desquiciado.

Enrique Ramos Bujalance. Madrid

Los Juegos de la desesperación

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Estos días, hemos visto los triunfos de los nadadores en la piscina de París. A miles de kilómetros de distancia, se produce otra competición, pero en este caso los nadadores se juegan la vida al intentar pasar a Europa desde Marruecos a través de la frontera del Tarajal de Ceuta. Algunos meses, 3.000 nadadores se tiran al mar. En ocasiones, en una noche son 200, en unos Juegos Olímpicos de la desesperación. En esta competición, el podio es llegar a Europa; muchos mueren en el intento. En la oscuridad de la noche, la desigualdad lacerante de nuestro mundo convoca todos los días este dramático torneo.

Avelino Pascual Ornia. Oviedo

El poder de la palabra

Algunas personas no son conscientes del impacto que tienen los discursos, artículos, textos o conversaciones en nuestra sociedad. Muchas creen que hablar y escribir es una simple habilidad o medio que tenemos para expresar y comunicar, cuando, en realidad, es mucho más que eso. A través de la palabra motivamos acciones, transmitimos sentimientos; podemos romper un corazón o sanarlo, porque con las palabras podemos herir también. Sin embargo, podemos utilizarlas para cambiar mentalidades, para aportar nuestro granito de arena, para conectar a personas. Por eso, deberíamos saber que tenemos un poder, uno que no deberíamos subestimar: el poder de la palabra.

Patricia Inés Suárez. Las Palmas de Gran Canaria

La situación de Cuba

Mínimo la enfermedad, máximo la miseria: así está Cuba. Sin comida (salvo el ejército y la policía). Sin medicinas ni material hospitalario, proporcionado por los pacientes. Cada esquina es un basurero. Hay cortes de electricidad eternos. No hay reactivos para analíticas... Se puede ampliar la lista. Nos centramos en Ucrania y Palestina, pero en Cuba también mueren de infecciones e inanición. Por favor, más humanidad.

Sergio Velasco Ferrer. Sant Pere de Ribes (Barcelona)

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