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El Gobierno y los empresarios chocan por los aranceles a las importaciones de acero chino

La Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León ha asegurado que ya hay afectaciones en la frontera norte derivadas de las nuevas barreras arancelarias acordadas por EE UU y México

Acero Jinan, China
Tubos de acero en un mercado de Jinan, China, el 8 de mayo de 2024.Qilai Shen (Bloomberg)
Karina Suárez

La más reciente barrera arancelaria que ha acordado Estados Unidos y México contra las importaciones de acero y aluminio chino ha supuesto un nuevo choque entre el Gobierno de López Obrador y los empresarios siderúrgicos mexicanos. Esta semana, la Casa Blanca anunció que elevará los aranceles de los productos siderúrgicos que lleguen al mercado estadounidense y no hayan sido fundidos o vertidos en EE UU, México o Canadá. La medida pretende reducir la elusión de impuestos estadounidenses de los productos con acero o aluminio chinos. Bajo el amparo del TMEC, Washington mandata que aquellas importaciones de acero que no haya sido fundido ni vertido en México, EE UU o Canadá tendrá que pagar un arancel del 25%, mientras que en el caso de los productos de aluminio provenientes de China, Bielorrusia o Irán deberán pagar un arancel del 10% y en esta doble cerca, México también exigirá a los importadores de dicho productos más información sobre el país de origen de los materiales.

Tras el anuncio, el presidente López Obrador y su secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, defendieron las medidas acordadas entre México y Estados Unidos. El mandatario mexicano aseguró que se aceptó el cobro de estos nuevos aranceles bajo la condición de que no se señalaran países específicos en la resolución y que se diera “trato especial” a los metales de Brasil. Por su parte, Buenrostro, afirmó que estas medidas son parte de los esfuerzos de ambos países para construir una América del Norte más competitiva basada en un comercio leal. “Platicamos con la industria y la verdad es que es algo que se dio de común acuerdo. Este es un acuerdo que se planteó después de que la Secretaría de Economía tuvo varias reuniones con el sector privado”, aseguró la funcionaria esta semana, tras participar en un foro en Ciudad de México.

Sin embargo, lejos de cerrar filas con el Ejecutivo, los productores, comercializadores y consumidores de manufacturas en México han externado su preocupación por los efectos colaterales de los nuevos requisitos y del riesgo de un mayor cobro de aranceles para los empresarios mexicanos que exportan productos con acero y aluminio a Estados Unidos. Máximo Vedoya, director ejecutivo de la acerera Ternium y presidente de la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (Caintra) informó que muchos de los productos mexicanos que estaban siendo exportados a Estados Unidos, que tienen este semielaborado, porque en México no se produce de otro país, están parados en la frontera Norte.

Alejandro Malagón, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), indicó en otro evento que de no aclararse la medida se darían fuertes afectaciones, sobre todo al sector automotriz. “Hay que entender las líneas que vienen en el decreto, que puede afectar a las autopartes, por ejemplo, pero cuáles, qué composición, todo eso es complicado, pero sigue siendo un fuerte golpe”, advirtió tras participar en un evento de agentes aduanales,

Hasta el año pasado la producción mundial de acero ascendió a 1.882 millones de toneladas, de esta cifra, de esta cantidad, más de mil millones de toneladas se produjeron en China, el principal productor y consumidor de esta materia prima. México, con una producción de poco más de 16,1 millones de toneladas, es un jugador discreto en esta industria. De acuerdo con las cifras oficiales, México exportó el año pasado 3,4 millones de toneladas de acero, siendo EE UU el mayor mercado con el 77% de los envíos, con poco más de 2,6 millones de toneladas exportadas a territorio estadounidense.

A Estados Unidos le preocupa cada vez más que México pueda convertirse en una puerta trasera para China en el mercado estadounidense, aprovechando el acceso libre de aranceles de México a través del tratado comercial de América del Norte, el TMEC. En pleno proceso electoral en Estados Unidos, Biden ha lanzado este dardo sobre el acero y aluminio chino con el que pretende mandar la señal inequívoca que se frenará la avalancha de mercancías asiáticas y se protegerá a la industria local.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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