De la nacionalización a la entrada de Pemex: el callejón sin salida para explotar el litio en México
La extracción del mineral está en el limbo por la reciente batalla entre el Gobierno de López Obrador con la china Ganfeng Lithium por unos yacimientos en Sonora
A dos años de que el Gobierno de López Obrador nacionalizó el litio, México no ha extraído un solo gramo del mineral. En abril de 2022, el presidente mexicano reformó la Ley Minera para establecer al llamado oro blanco como patrimonio de la nación y reservar su exploración y explotación al Estado y, en aras de este objetivo, el Ejecutivo creó la empresa paraestatal LitioMx. Sin embargo, en el balance de la estrategia, los resultados son escasos y los litigios se acumulan. El mes pasado, la minera Ganfeng Lithium solicitó un arbitraje internacional contra México después de que el Ejecutivo cancelara sus concesiones en Bacadéhuachi (Sonora). La Dirección General de Minas argumenta que la compañía china no cumplió con los requisitos mínimos de inversión. Frente a ello, la minera china, quien adquirió los derechos en Sonora en 2021, replica que los desembolsos sí se han realizado y exige la recuperación de las concesiones, así como una compensación económica por las supuestas violaciones a los tratados de inversión entre China-México.
La pugna entre el Gobierno y la minera china por el control de 100.000 hectáreas en Bacadéhuachi (Sonora) ha detenido en seco al proyecto de litio más avanzado en territorio nacional, el cual estará en un impasse hasta que el arbitraje internacional concluya. A esta batalla, se suman las dificultades económicas y técnicas internas para corroborar el verdadero potencial de México como productor de este mineral estratégico. Pese a la milenaria vocación minera en el país —México es el primer productor de plata y el séptimo en oro a nivel global— el litio cobró relevancia hace menos de dos décadas, de la mano de los primeros resultados que los privados hicieron sobre posibles depósitos del recurso en Sonora.
A nivel global, el litio se ha convertido en un insumo crucial en la fabricación de baterías para automóviles, móviles, computadoras y otros enseres tecnológicos. Casi el 60% de los yacimientos en el mundo están concentrados en el triángulo del litio, que abarca territorios de Argentina, Chile y Bolivia. En esta región, el litio se extrae de salmueras situadas debajo de los salares. El servicio geológico de EE UU estima que México cuenta con reservas por 1,7 millones de toneladas métricas del mineral, pero al ser un material que se encuentra en bancos de arcilla y no en salares, su extracción es más compleja y costosa. “Las reservas de litio en Sonora son de tipo arcilloso y, hasta el momento, solo hay dos o tres empresas en el mundo que han demostrado tener capacidades técnicas, económicas y operativas para hacer viable un proyecto con estas características, entre ellas está Ganfeng Lithium, que ahora mismo es la dueña de Bacanora Lithium, en Sonora”, explica Aleida Azamar, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco.
La minera británica Bacanora Lithium vendió en 2021 a la china Ganfeng Lithium el mayor yacimiento de litio en arcilla de México. La firma de Reino Unido tenía sobre el terreno sonorense desde 2011. La transacción, valuada en 260 millones de dólares, les dio la potestad a la china para explotar los derechos de diez concesiones mineras, en ese entonces los derechos tenían una vigencia hasta 2060 y 2065. La compra-venta de los derechos mineros tenía todo el sentido si se consideraban las reservas proyectadas en este yacimiento en Sonora: 8,82 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente. Ahora, la empresa defiende ante la unidad de arbitrajes internacionales del Banco Mundial que dichas concesiones no pueden verse afectadas por la reforma a la Ley Minera de 2022 porque fueron otorgadas antes de la modificación. Hasta el año pasado, la minera presupuestaba una inversión de 800 millones de dólares en Sonora, un desembolso millonario que está en el tintero.
Sin el apoyo de privados, el Estado ahora tiene el compromiso de evaluar y explorar los posibles depósitos de litio en el país. En 2023, el Gobierno autorizó un presupuesto de 36,8 millones de pesos al Servicio Geológico Mexicano (SGM) para detectar las áreas susceptibles de contener litio en calidad y cantidad suficiente para echar andar proyectos viables. El punto de mira del SGM está en 20 localidades de los Estados de Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit y Puebla. De estos recursos, en 2023 se entregaron 18, 6 millones y en 2024 se erogaron los 17 millones restantes. No obstante, a estas alturas del año se desconoce el avance de estas labores. Aunado a ello y sin mayores detalles, en el Presupuesto de Egresos de este año se etiquetaron 9,8 millones para la operación de la paraestatal LitioMx. Aunque este diario solicitó una entrevista al director de Litio Mx, Pablo Taddei, esta petición fue declinada.
El exministro y diplomático en Japón, Adolfo Laborde, advierte de que el caso de Gangeng Lithium sienta un mal precedente para la atracción de más inversión privada china a México y pone al país en una cuesta arriba en su objetivo de crear una minera nacional alrededor del litio. “Sí, es importante tener soberanía sobre estos recursos estratégicos, pero el litio no va a salir solito, no va a venderse solo, se requiere de una política industrial que diseñe sinergias con los expertos y los chinos son los que en este momento lideran el mercado. El problema, además, es que el proyecto de nacionalización se hizo a destiempo, si se hubiera empezado desde un principio de esta Administración federal con este plan, ni siquiera se hubiesen otorgado las concesiones”, indica.
Laborde explica que el litio requiere de una metodología especial para su extracción, un método que, hasta el momento, solo se encuentra en el extranjero, principalmente en Asia. Sin embargo, en plena pugna con la minera china por estas concesiones, Laborde reconoce que será más complicado encontrar a un socio internacional experto en el tema que quiera asociarse con el Gobierno mexicano para desarrollar un plan sobre el litio. El también profesor del CIDE y experto en relaciones internacional confía en que en el Gobierno de Claudia Sheinbaum se vea un cambio a favor de este tipo de asociaciones público-privadas.
De cara a la entrada del nuevo Gobierno, Sheinbaum, ya ha dado unos esbozos de una nueva hoja de ruta para la extracción del litio. La próxima inquilina de Palacio Nacional ha puesto sobre la mesa que echaran mano de Petróleos Mexicanos (Pemex) para conseguir la exploración y explotación del litio. La idea, por sí sola, ha generado escepticismo en el sector dada la crisis financiera de la petrolera estatal, cuyo pasivo financiero rebasa los 100.000 millones de dólares.
Para la doctora de la UAM Xochimilco existe una posibilidad de que los posibles yacimientos de litio enterrados en el subsuelo mexicano puedan aprovecharse de la mano de Pemex, dada la experiencia técnica y operativa de la petrolera estatal. “Asociarse con Pemex podría proporcionarle a LitioMx el apoyo técnico y operativo necesario. Esta asociación, sin embargo, no está exenta de complicaciones porque hay que considerar la viabilidad financiera de Pemex, ha tenido problemas para gestionar proyectos adicionales y cualquier cambio en las actividades la petrolera, como extraer litio, requeriría modificaciones legislativas”, refiere Azamar. No obstante, sin planes concretos ni recursos suficientes, la investigadora hace hincapié en que la llamada nacionalización del litio en México corre el riesgo de quedarse atrapado en los estrechos márgenes de la retórica y el simbolismo político.
La bonanza del litio es una realidad… pero en otros países. De acuerdo con los especialistas, México tardará cuando menos entre 12 a 15 años en desarrollar una industria nacional del mineral. En la última milla del Gobierno de López Obrador, el futuro de los posibles yacimientos del mineral está en un callejón sin salida, entre un arbitraje internacional con la única minera que ha mostrado avances en la exploración y la falta de la tecnología estatal. Así, la explotación del llamado oro blanco es un proyecto de largo plazo para la minería mexicana, una ambiciosa apuesta de este Gobierno que primero debe sortear numerosos obstáculos políticos, técnicos y financieros. Pese a estas dificultades, el plan lopezobradorista ya ha sido refrendado por Sheinbaum, quien tendrá la encomienda de arrancar la explotación del litio y, con la ayuda estratégica de Pemex, dar brillo a esta nueva veta de negocio estatal.
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