El ‘carry’: el negocio favorito de los inversores extranjeros que impulsa al peso mexicano
El movimiento, de perfil especulativo y de corto plazo, explica por qué el capital extranjero sale de sus posiciones en bonos a largo plazo del Gobierno mexicano pese a los altos rendimientos
A primera vista, los datos no tienen sentido. Mientras el peso mexicano se corona como la moneda con el mejor desempeño en el mundo, la inversión extranjera en bonos mexicanos está en su nivel más bajo desde 2013. Entre los múltiples factores que están impulsando a la moneda está la atractiva tasa de interés que ofrece México a diferencia de países desarrollados. ¿Dónde está el capital financiero que está impulsando al peso? Al desagregar los datos, estos apuntan a posiciones especulativas.
El tipo de cambio tocó un techo de 21,91 por dólar a finales de noviembre de 2021 y, desde entonces, el peso se ha fortalecido 22%, cotizando cerca de los 17 pesos por unidad. El desempeño ha sorprendido a analistas expertos en un país acostumbrado a depreciaciones sostenidas de largo plazo. Seguramente se están combinando varias razones, han dicho, como el atractivo del país como receptor de fábricas que buscan salir de Asia para ubicarse más cerca de Estados Unidos (tendencia conocida como nearshoring). También se ha visto un repunte del turismo y de la entrada de remesas que connacionales envían a sus familiares desde el extranjero.
Hay, además, un factor financiero muy importante, apunta Luis Maizel, inversor mexicano en Estados Unidos y director de LM Capital Group. “Es el carry trade”, dice Maizel, al teléfono desde San Diego. “La gente está pidiendo prestado en otras monedas para invertir en Cetes y ya se engolosinó con el tiempo tan largo que la moneda lleva fuerte. Están ganando, regalado, casi 6% de retorno en inversión”.
El Gobierno mexicano vende varios tipos de deuda en el mercado financiero, entre ellas la deuda de corto plazo, conocida como Certificado de Tesorería de la Federación o Cete. Con vencimientos entre 28 días hasta un año, los Cetes se han vuelto el instrumento favorito de los mexicanos para ahorrar, ya que la tasa de interés nunca había estado tan alta. El Banco de México elevó la tasa, la cual se utiliza como referencia en todo el país, en 11,25%, en un intento por contener la inflación.
Esto representa una oportunidad para residentes en el extranjero que pueden no solo comprar Cetes, sino también pedir prestado en dólares a una tasa mucho menor fuera de México. Tomando el Cete de 28 días como ejemplo, así funciona un carry trade: un operador del mercado pide dólares prestados, con un vencimiento de 28 días, a una tasa anual de 5,75%. Ese mismo operador toma esos dólares y los invierte en un Cete, también de 28 días, que le ofrece una tasa anual de 11,30%. Al vencimiento, el operador tuvo un rendimiento neto de 5,55%.
“Son casi seis puntos porcentuales de ganancia”, dice Maizel, “el riesgo que están corriendo es solo depreciatorio, que el peso mexicano pierda valor durante la operación, pero ya hace tanto que la moneda no cae, que agarraron una confianza que, pienso, está mal”.
Con cada alza en la tasa de interés que anuncia el banco central estadounidense, la Reserva Federal, este carry se vuelve menos atractivo. El Banco de México también tiene mucha influencia sobre este tipo de inversiones y los extranjeros prestan atención minuciosa a cada mensaje, anuncio o minuta de reunión de política monetaria que emite el banco central mexicano.
La tenencia de residentes en el extranjero de bonos del Gobierno mexicano, en su totalidad, ha venido cayendo desde 2020 y hoy se encuentra en su valor nominal más bajo desde 2013. Esto muestra cómo los extranjeros han vendido sus posiciones de bonos de largo plazo y algunos regresan a comprar Cetes (de corto plazo). Es decir, a los inversionistas extranjeros les es más atractivo especular sobre el desempeño del peso mexicano en los próximos 28 días, que invertir en el país a lo largo de varios años.
El monto total invertido por residentes en el extranjero en bonos de largo plazo ha caído 15% desde que la moneda cotizaba casi 22 pesos por dólar en noviembre de 2021, según datos del Banco de México. En el mismo periodo, la inversión de extranjeros en Cetes ha subido 22%. A pesar de la popularidad de los Cetes, la inversión de extranjeros en instrumentos del Gobierno, incluyendo corta y larga duración, ha bajado 3% en lo que va del año.
Las perspectivas económicas del país a largo plazo no están generando confianza en el inversionista de portafolio, considera Maizel. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, “cree que el peso fuerte es una forma de medir la aceptación internacional a México, pero no es así”, dice el inversionista. La inseguridad impacta de manera negativa el turismo, mientras que la falta de infraestructura y de inversión pública limita el nearshoring, opina el inversor.
“Tengo clientes que hablan de nearshoring y se maravillan, pero llegan a México y ven que no hay electricidad, que no hay transporte, que hay carencia de agua, que hay malas comunicaciones, que no hay infraestructura educativa, que no hay suficientes jóvenes para manejar esas empresas extranjeras y dicen ‘¿sabes qué? Así no puedo venir”, comenta Maizel.
Por su parte, el estratega de mercados en Franklin Templeton Luis Gonzali advierte que, incluso en Cetes, se ha visto una caída en tenencia de extranjeros en las últimas semanas. “El extranjero está temeroso de que el tipo de cambio se empiece a depreciar y que todo lo que gane en tasa lo pueda perder”, explica al teléfono, desde Ciudad de México. “Esa es una de las razones por las que el extranjero ya se está saliendo y no está entrando. Está cortando su exposición a México por medio de que el tipo de cambio se vaya de 17 a 19″, agrega.
En ese sentido, la posibilidad de que el peso se siga apreciando, se vuelve menos probable, dice Gonzali. “Los extranjeros están tomando utilidades… está apostando a que el peso está muy fuerte y al momento de canjear se sale. No quiere que les agarre la depreciación con los dedos en la puerta”.
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