Mercados, tianguis o supermercado: la diferencia de precios frente a la inflación más alta en 20 años

Rosalinda Mercado no tiene recuerdo de que los precios de los alimentos se hayan mantenido altos por tanto tiempo. Mientras que hace unos meses solía hacer su despensa semanal con unos 500 pesos (unos 25 dólares) ahora tiene que destinar unos 600 o hasta 700 pesos a la semana. “Hace unos años subió el limón mucho, pero este año se mantiene caro y no baja, es un gasto que no puedo dejar de hacer”, comenta la mujer, a la salida del mercado Cuauhtémoc, en el centro de Ciudad de México.

Pero hay de precios a precios. Mientras que en un mercado tradicional el kilogramo de limón se puede conseguir en 65 pesos (poco más de tres dólares), en un tianguis (mercado sobre ruedas) los precios van de los 100 a los 120 pesos (casi seis dólares). “Yo por eso prefiero venir al mercado, aunque me queda más lejos de casa, ahorro un poco más”, dice Mercado, quien compró medio kilo de limones a 32 pesos.

Aunque la inflación ha dado un breve respiro a los consumidores en México, los precios siguen siendo elevados para buena parte de la población. En la primera mitad de enero, la tasa de inflación se ubicó en 7,13% según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Los productos que más se han encarecido son el limón, con un aumento quincenal de 36,8%, y la papa, con un 11,6% hasta la primera mitad de enero.

El precio de este cítrico sigue siendo de los que más le duelen al bolsillo de los mexicanos, al ser un acompañante indispensable de los platillos. “El limón es el único que sigue dando algo de lata, pero ya empezó a bajar de precio desde hace tres semanas, esperamos que continúe bajando y regrese a la normalidad”, dijo este lunes Ricardo Sheffield, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Para Estrella González, una contadora de 33 años, le resulta mucho más atractivo ir al supermercado, aunque sabe que los precios son mayores. “En el mercado el pollo es más barato, pero por mi trabajo tengo que venir al súper por las noches, no tengo opción”, menciona en consulta. Mientras que el kilogramo de pechuga de pollo le cuesta 132 pesos en un supermercado de Tacubaya, en el mercado tiene un costo de 95 pesos en promedio, mientras que en un tianguis se vende en promedio en 100 pesos. En algunos casos, como en el precio de frutas y verduras, la diferencia de precios puede ser de hasta 50%. Un kilogramo de aguacate tiene un costo de 65 pesos en un mercado y de hasta 80 pesos en un tianguis, en tanto que otros productos, como la naranja, son más baratos en un mercado sobre ruedas con un precio de 7,5 pesos por kilogramo en contraste con los 15 pesos a los que se puede encontrar en un mercado.

De acuerdo con un análisis realizado por la Profeco a 21 productos de la canasta básica, que incluye frutas, verduras, legumbres y carne, el precio más alto de esta canasta se dio en el supermercado La Comer de Querétaro, con un precio de 1.023,75 pesos, mientras que el precio más bajo lo ofreció la Central de Abasto de Iztapalapa, en Ciudad de México, con 752.88 pesos. “El chile serrano subió un poco de precio, mientras el jalapeño bajó significativamente. Estos son los cambios que debemos aprender en casa. Las recetas funcionan igual, se sigue teniendo una dieta balanceada, saludable, en la familia”, ha dicho Ricardo Sheffield desde Palacio Nacional.

Para Pablo Gómez, un comerciante del tianguis de la calle de Pachuca en la colonia Condesa, la diferencia de precios es natural y se apega las condiciones de la inflación. “A nosotros nos dan un precio y aunque quisiéramos darlo más barato, nos es imposible, además de que siempre ofrecemos calidad en una zona donde se vende muy caro”, dice, en consulta.

Ya sea en mercados sobre ruedas o en supermercados, 70% de los consumidores mexicanos reportan que gastan más en su despensa semanal, esto respecto al primer semestre del 2021, por lo que 19% piensa en consumir menos productos, de acuerdo con el estudio global de NielsenIQ, Consumer Outlook 2022.

Para Mercado, lo más importante es comparar precios en el mercado y evitar comprar en mercados sobre ruedas. “Cuando puedo voy a la Central de Abasto, pero como me queda retirado de mi casa, prefiero comparar y a veces aplicar imaginación en la cocina para que me rinda el gasto”, dice.

El aumento de precios ha puesto en aprietos a las poblaciones más vulnerables del país. Entre 40 y 45 millones de mexicanos tienen dificultades o se ven imposibilitados de adquirir la canasta básica, de acuerdo con un análisis de T-Research, el cual ubica el porcentaje de pobreza laboral (trabajadores que no pueden tener acceso a una canasta básica) en 40,7% al tercer trimestre de 2021.

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