Sheinbaum advierte de que el asalto a la Embajada mexicana en Perú violaría la normativa internacional
La presidenta de México afirma que el asilo otorgado a Betssy Chávez, ex primera ministra de Pedro Castillo, es un derecho reconocido por todos los países
Las fricciones entre México y Perú se continúan agudizando. Las relaciones se rompieron oficialmente a inicios de noviembre, a causa del asilo diplomático concedido por el Gobierno mexicano a Betssy Chávez, la ex primera ministra de Pedro Castillo, acusada de complicidad en el presunto autogolpe de 2022. La tensión ha escalado ahora que el mandatario de Perú, José Jerí, planteó la posibilidad de que la Policía ingrese a la embajada mexicana para arrestar a Chávez. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha advertido este lunes de que ello supondría una “violación a la soberanía” de su país y “violaría todas las leyes internaciones”. En conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum, a quien el Congreso peruano declaró persona non grata por su “intromisión en asuntos internos” del país andino, ha defendido que la protección diplomática otorgada a Chávez “es un derecho de asilo dentro del marco de las relaciones internacionales y sus leyes, y la vulneración sería muy grave”.
En una entrevista al diario El Comercio, Jerí dejó la puerta entreabierta a una incursión en la embajada de México en Perú, donde Chávez está refugiada desde hace tres semanas a la espera de un salvoconducto que el Ejecutivo ha dejado en el limbo. “No me limito, y si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará. He demostrado con acciones concretas, que muchos no se lo esperaban, que no me tiembla la mano”, ha señalado el abogado que sucedió a Dina Boluarte hace un mes y medio tras su vacancia. Jerí incluso ha elevado la apuesta y ha dicho que afrontará la condena política por no cumplir con sus compromisos internacionales en el caso de irrumpir en la residencia de la embajada mexicana, ubicada en el distrito limeño de San Isidro. “No tengo miedo cuando sé que estoy haciendo lo correcto”, ha dicho.
Jerí, quien no fue elegido en las urnas, ha adoptado una forma de hacer política similar a la del presidente de El Salvador, Nayib Bukele: ha organizado redadas y ha endurecido las condiciones carcelarias, en medio de una crisis de inseguridad sin precedentes. Es la misma “mano dura” que plantea en el terreno diplomático. Respecto a la pregunta de si las relaciones con México se restablecerán una vez que Sheinbaum culmine su mandato, Jerí respondió: “Somos un país soberano y nuestras relaciones se han lesionado porque otros presidentes han permitido estos excesos. Yo no lo voy a permitir. Tendré 39 años, pero sé lo que tengo que hacer y lo medito bien. No tengo ningún tipo de temor cuando tomo decisiones”.
La presidenta Sheinbaum ha vuelto a cuestionar la drástica decisión de Perú de romper relaciones con México. No obstante, ha precisado que la incursión en la embajada sería ya una violación a las convenciones internacionales. “Podemos tener diferencias, pero siempre en el marco de la ley internacional”, ha señalado. “El diálogo siempre es lo mejor, se pueden tener diferencias, y se opina. Ellos tomaron la decisión de romper las relaciones con México, pero una intervención en la embajada estaría fuera de toda norma”, ha incidido. Sheinbaum ha recordado el asalto a la embajada de México por parte de la Policía de Ecuador, en 2024, un asunto ―también― con trasfondo político que llevó al país norteamericano a romper relaciones con el Gobierno ecuatoriano.

Jerí, de la agrupación Somos Perú, ha negado que exista persecución política en el Perú y ha sostenido que ningún expresidente está secuestrado, en alusión a Pedro Castillo. “Entiendo que hablen tonterías como parte de una defensa política más que jurídica. La gente ya sabe quién es quién”, dijo. Finalmente, sobre el anuncio del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de que retirará su embajada si el Perú ingresa a la residencia, dijo de forma tajante: “A palabras necias, oídos sordos”.
Las relaciones entre México y Perú están maltrechas tras la crisis originada por Castillo. Andrés Manuel López Obrador, antecesor de Sheinbaum, siempre sostuvo que la remoción de Castillo había sido un golpe de Estado de la derecha peruana. En su apoyo incondicional al profesor rural, López Obrador desconoció el Gobierno de Boluarte, que calificó de espurio. En respuesta, el Congreso de Perú clasificó persona non grata a López Obrador. La línea que han seguido Sheinbaum y Jerí, semejante a la de sus antecesores, ha terminado de minar el vínculo entre los dos países latinoamericanos.
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