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Adán Augusto López se atrinchera con amenazas de revancha ante los señalamientos de corrupción: “A todo santo le llega su capillita”

El legislador, en el centro de la polémica por la reciente revelación de su enorme patrimonio y el caso de La Barredora, se muestra confiado de seguir en la primera línea

Adán Augusto López en el Senado de la República en Ciudad de México este viernes.
Zedryk Raziel

El senador Adán Augusto López aún sueña con convertirse en presidente de México en 2030. En los pasados comicios intentó ser candidato, sin éxito, después de que Claudia Sheinbaum lo venciera en la interna de Morena. Para conjurar las divisiones internas, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, comprometió a la ganadora a que incluiría en su Gobierno a los derrotados. Ello les ha permitido mantenerse vigentes en la política nacional y reactivar sus aspiraciones presidenciales. A Adán Augusto le tocó ser el coordinador del bloque oficialista en el Senado, posición que le ha dado enorme influencia. Pero sus posibilidades se estrechan cada vez más, debido a los señalamientos de corrupción que le rodean últimamente. El más reciente caso, la revelación de la fortuna que posee, desnuda el fuego amigo desde el oficialismo, del que el senador ha acusado recibo. “Yo sí sé de parte de quién y de quiénes, y sé por qué lo hacen”, ha afirmado. Lejos de renunciar y bajar su perfil, amenaza: “A todo santo le llega su capillita. Todo va a tener su tiempo”.

Hubo un momento en que todo apuntaba a que Adán Augusto, como es mayormente conocido, era el delfín de López Obrador para sucederlo en la presidencia. Tabasqueños los dos, con un marcado acento costeño en el habla, el mandatario decía que consideraba un hermano a Adán Augusto. Además, jugaba a favor de este que también se apellidaba López, y esa fue la base para su campaña como precandidato (“Que siga López”, era el eslogan). Cuando el presidente cayó enfermo, en 2023, Adán Augusto, que era secretario de Gobernación, tomó su lugar al frente del Ejecutivo, y experimentó durante algunos días lo que era dirigir un país. Sin embargo, lo venció Sheinbaum en la contienda morenista y él aceptó el premio de consolación que tuteló López Obrador.

La interna de la formación oficialista fue un anuncio de la bola de nieve que le impactaría ahora al senador. En general, todas las corcholatas —nombre coloquial que se les dio a los aspirantes morenistas— desplegaron una enorme maquinaria propagandística en todo el país. Pero la campaña de Adán Augusto despertó las mayores alertas, tras la proliferación de anuncios espectaculares y pintas en bardas que promovían su candidatura. Algunos de sus contrincantes denunciaron que había aprovechado su posición como secretario de Gobernación y su contacto con todos los mandatarios estatales de Morena para apuntalar sus aspiraciones. Él negaba el dispendio. Aseguraba que él se guiaba por la mística de “las tres s”: “suela de zapato, sudor y saliva”. En todo caso, decía, los gastos él los cubría de su bolsa. La millonaria campaña de entonces se podría explicar a la luz de las revelaciones de ahora.

Una investigación de N+ —perteneciente a Televisa— señala que, entre 2023 y 2024, Adán Augusto recibió a sus cuentas depósitos de casi 80 millones de pesos. Un tercio de ese dinero se le transfirió cuando estaba en la carrera por la candidatura de Morena. Según el reportaje, Adán Augusto reportó esos ingresos al fisco, pero no los reflejó en su declaración de situación patrimonial, fiscal y de conflicto de intereses ante el Senado, a donde llegó tras la elección de junio de 2024. Además, la investigación indica que parte del dinero se los depositó una empresa fantasma, es decir, que simula operaciones, en lo que podría constituir un esquema de blanqueo de dinero. De acuerdo con el medio, en las transferencias también participó una compañía que fue contratista del Gobierno de Tabasco en el periodo en que Adán Augusto encabezó el Ejecutivo estatal.

El senador salió a dar una conferencia luego de que, en la mañana del viernes, la presidenta Sheinbaum le pidiera explicar el embrollo. Adán Augusto aceptó haber tenido esos ingresos millonarios y sostuvo que fueron resultado de una herencia de su padre y de servicios profesionales que prestó como notario en Tabasco. Negó haber ocultado su patrimonio a las autoridades y denunció una campaña de desprestigio de la derecha para dañar al Gobierno de Morena.

Dado que el reportaje de N+ se hizo a partir de los documentos fiscales del senador, a los que solo tienen acceso él y el SAT, la autoridad fiscalizadora, los periodistas le preguntaron si advertía fuego amigo. Fue cuando dijo que sabía “quién y quiénes” estaban detrás. “Yo fui secretario de Gobernación y claro que no soy un ingenuo”, asentó. Ante la insistencia de la prensa, que le pedía concluir la revelación, Adán Augusto matizó y dijo que no le constaba que hubiese sido una filtración desde el propio Gobierno. Pero el mensaje ya había sido enviado.

El asunto de su fortuna se sumó a otro escándalo grave que pesa sobre el político tabasqueño: el encarcelamiento de quien fuera su secretario de Seguridad cuando gobernó aquel Estado, Hernán Bermúdez, por sus presuntos nexos con La Barredora, un grupo delincuencial del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La oposición ha intentado colocar al centro del debate qué tanto sabía Adán Augusto del involucramiento del Comandante H, alias de Bermúdez, con las actividades delictivas de La Barredora (huachicol, tráfico de drogas y tráfico de migrantes). El caso de Bermúdez fue destapado por la Administración de Javier May, actual gobernador de Tabasco, también morenista, pero enemigo político de Adán Augusto, en otro ejemplo que muestra la guerra interna en el oficialismo.

Cuando la denuncia saltó a los medios, hace un par de meses, el senador retrasó hasta el límite salir a dar la cara al público. Lo hizo hasta que, una vez más, la presidenta Sheinbaum le apremió a dar explicaciones. Desde entonces, Adán Augusto se ha mantenido en la misma línea argumental: que sí tenía una amistad con Bermúdez, que desconocía que andaba en malos pasos, que dio resultados en el combate a la inseguridad en Tabasco, que si las autoridades lo llaman a declarar acudirá con gusto… Este viernes, en la misma conferencia donde justificó su riqueza, rechazó tener responsabilidad en la desviación de su excolaborador. “Si volviera a ser gobernador y tuviese que volver a tomar la decisión de nombrar a un secretario de Seguridad Pública, ya con la experiencia, pues seguramente no nombraría a un personaje como él. Pero yo no me siento mal por haber nombrado a Hernán Bermúdez. Dio resultados”, dijo.

La presidenta ha lanzado mensajes firmes contra la corrupción, con la advertencia de que su Gobierno no encubrirá a nadie, a la vez que matiza con señales de prudencia hasta que las investigaciones de la Fiscalía sean firmes e indiscutibles. Así lo ha demostrado la cruzada contra el huachicol fiscal, que involucró a la cúpula de la Marina; los operativos en el Estado de México que han desarmado redes criminales en las que están implicados políticos morenistas, y el mismo proceso contra el Comandante H. Esta semana, a través de su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, la presidenta ha reforzado su posición irreductible: “cero impunidad a quienes traicionen la confianza del pueblo”.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022) y ‘Licencia para robar’ (Grijalbo, 2025).
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