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Javier Corral: “Es el mundo al revés. César Duarte se pasea impunemente por las calles y yo soy perseguido”

El senador electo desmenuza el plan para encarcelarlo, una maniobra política ya frustrada, luego de que la Justicia le concedió un recurso legal que impide su detención y le despeja el camino al Congreso

Javier Corral, durante una entrevista en su departamento de Ciudad de México, el 17 de agosto de 2024.
Javier Corral, durante una entrevista en su departamento de Ciudad de México, el 17 de agosto de 2024.Christian M. Palma Montaño
Zedryk Raziel

Javier Corral, exgobernador de Chihuahua y senador electo por Morena, ha recuperado la tranquilidad. Asesor de Claudia Sheinbaum en materia de combate a la corrupción, agentes ministeriales de Chihuahua intentaron capturarlo en Ciudad de México el pasado miércoles por un supuesto desvío de recursos en el periodo en que gobernó su Estado. La maniobra, impedida por la Fiscalía de Ciudad de México, tenía dedicatoria. Corral sostiene que se trata de una revancha de parte del priista César Duarte, su antecesor en la gubernatura y quien enfrenta varios procesos judiciales por un gigantesco desfalco en el erario estatal. La Fiscalía de Corral es la que puso en ese predicamento a Duarte. Y no solo a él. También a la actual gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, salpicada en los casos de corrupción del duartismo. Para el senador electo, sin embargo, quien mueve los hilos es Manlio Fabio Beltrones, su gran adversario político, hoy senador electo por el PAN y el PRI.

Corral recibió el espaldarazo del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que señaló que es objeto de una persecución política y ventiló los nexos del triunvirato Beltrones, Duarte y Campos. Sheinbaum, la mandataria electa, también cobijó a Corral y aseguró que lo mantendrá en su círculo cercano de colaboradores. El exgobernador, que renunció al PAN el año pasado, ha obtenido de una jueza federal una suspensión provisional que impide su detención y le despeja el camino para tomar posesión como senador el 1 de septiembre. Con el recurso legal bajo el brazo, Corral recibe a EL PAÍS en su departamento de Ciudad de México para hablar sobre la acusación en su contra y de lo que, asegura, es una maniobra para descarrilar su carrera política.

Pregunta. ¿Cómo vivió el intento de detención?

Respuesta. Fue un evento muy amargo, pero que yo de alguna manera estaba esperando, porque ya antes lo habían intentado, incluso, sin siquiera solicitar el oficio de colaboración a la Fiscalía de Ciudad de México [requisito para que autoridades de otros Estados puedan actuar fuera de su jurisdicción]. Lo que pretendían era secuestrarme, levantarme, llevarme por carretera a Chihuahua y allá hacer parecer la detención como legal. Tuve información de los momentos en que quisieron hacer eso, de las personas que lo harían y los vehículos que traían. Y cuando se comprobó que, efectivamente, estaban rondando mi domicilio, me aseguré de un grupo de guardias personales para evitar una arbitrariedad. Estas versiones fueron confirmadas incluso por los cuerpos de seguridad del Gobierno federal. Se confirmó también que no habían pedido ninguna colaboración y que querían generar un show mediático. El miércoles que intentaron detenerme, llegaron sin el oficio de colaboración; el documento que mostraron era una comunicación interna que por supuesto alguien de la Fiscalía de Ciudad de México les filtró para, con ese papel, tratar de sorprenderme.

P. ¿Ha hablado con la presidenta electa?

R. Hemos intercambiado mensajes. Ella ha sido muy solidaria y he sentido una cercanía que para mí ha significado un aliciente muy importante. Creo que les ha salido al revés el cálculo, porque todas estas campañas de desprestigio y esta persecución no han sido solo para minar mi imagen y mancharme, sino que hay un persistente objetivo de fracturar la confianza de Claudia Sheinbaum hacia mí, que yo me vuelva incómodo o un lastre. Pero, al contrario, ella ha sido muy afectuosa, muy solidaria y ha estado muy atenta.

Javier Corral, en Ciudad de México, el 17 de agosto de 2024.
Javier Corral, en Ciudad de México, el 17 de agosto de 2024. Christian M. Palma Montaño

P. ¿Cómo recibe los mensajes de apoyo de López Obrador desde la Mañanera?

R. Para mí es un motivo de enorme orgullo y de agradecimiento el respaldo del presidente López Obrador; la manera tan contundente, tan vigorosa, tan firme en que ha expresado su respaldo, pero, sobre todo, la manera en que ha descrito el hecho. Es que, si alguien está enterado de esta venganza política, es el propio presidente. Yo recuerdo que en alguna ocasión él me dijo: cuídate, toma tus precauciones, porque esta señora [Campos] está muy enojada contigo y te la quiere cobrar. Yo le dije que no había nada con lo que me pudieran perseguir jurídicamente. Y él me dijo: no lo veas así, te van a inventar algo. Yo le dije que combatir la mentira es más sencillo que cuando uno realmente trae un problema. Él me dijo: sí, pero, mientras, te van a meter a la cárcel. Le pregunté: ¿y si eso pasara? Dijo: yo seré el primero en denunciarlo. Y lo ha cumplido, fue el primero en denunciarlo en la Mañanera como un acto de venganza política.

El presidente López Obrador tiene la película completa. Sabe perfectamente que no solo están en este ánimo revanchista y vengativo María Eugenia Campos y César Duarte; ha identificado muy bien que un tercer actor es Manlio Fabio Beltrones. Yo creo que es la primera ocasión que el presidente le echa la luz a Beltrones en su corrupción, en que fue parte de la Operación Safiro. Y es esperanzador que se entienda que Beltrones no puede seguir impune. Para mí el mensaje del presidente es histórico, no solo por su contundente mensaje de apoyo y la manera en que pone a cada quien en su lugar, sino porque identifica perfectamente todos los intereses que se concatenan para tratar de vengarse de mí.

P. Beltrones está a punto de convertirse en senador, tranquilamente.

R. Es el mundo al revés. María Eugenia Campos goza de total impunidad porque es la gobernadora de Chihuahua, pese a la corrupción por la que fue vinculada a proceso en plena campaña electoral. Duarte, en libertad, paseándose impunemente por las calles de Chihuahua. El gran capo de capos de la política mexicana que es Beltrones, sin que nadie lo toque, ni un medio que pueda recordar la investigación que tiene en su contra la Fiscalía General de la República por lavado de dinero en Andorra, o la investigación que se reabrió en el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en donde el Ministerio Público le acreditaba la responsabilidad de encubrimiento y obstrucción de la justicia. Él llegará al Senado de la República, e incluso, con un criterio totalmente torcido de interpretación de las leyes del Congreso, quieren que sea el presidente de la Mesa de Decanos. Y yo, perseguido con una falsa acusación.

P. ¿De qué se le acusa?

R. Es un asunto de hace tres años. La Auditoría Superior del Estado hizo una revisión del proceso de reestructura de la deuda de Chihuahua, y en sus conclusiones dijo que el despacho asesor que fue contratado por el gobierno del Estado para llevar a cabo este proceso, López Elías Finanzas Públicas S.C., no había hecho su trabajo y que era una especie de contrato simulado. Por virtud de esas conclusiones totalmente equivocadas se abrió una investigación y determinaron que el responsable era, injustamente, el secretario de Hacienda de mi gobierno, Arturo Fuentes Vélez, y le giraron una orden de aprensión. Sin embargo, no se cometió ningún delito. La empresa sí hizo el trabajo, hay toda la documentación para comprobarlo, miles de hojas que confirman la labor del despacho. Pero, desde la manera en que se planteó este asunto, se vio la consigna, porque nunca le permitieron al exsecretario de Hacienda presentar las aclaraciones, desahogar las observaciones, solventar con documentación que el trabajo estaba hecho.

¿Cuál era su objetivo? Intentar equipararnos, para poder decir: también en la Administración de Corral hubo corrupción. En julio de este año, buscaron a un testigo colaborador para que ofreciera un testimonio en mi contra: que a él le constaba que yo había ordenado que se contratara a ese despacho. Pues vamos a ver cómo lo demuestra. Y así, de un simple dicho, consiguieron a un juez de consigna que otorgó la orden de aprehensión, a pocos días de que tome protesta como senador de la República. Yo creo que este operativo que ha tratado de afectarme ante la opinión pública, en realidad, a quien más ha exhibido es a Maru Campos. Hoy mucha más gente sabe quién es, qué está dispuesta a hacer en su ánimo de venganza, en su odio enfermizo, y también qué nivel de complicidad tiene con Duarte y con Beltrones. Que, la verdad, creo que es más una presión que un acuerdo, pues Duarte ya la ha amenazado con exhibir todo lo que tiene de ella.

P. ¿Qué es lo que tiene?

R. Tiene los recibos originales de la Nómina secreta: los sobornos que Duarte pagó a curas, empresarios, diputados, dirigentes partidistas, periodistas, columnistas, abogados y políticos de todos los partidos. Duarte dejó muchos de esos recibos en su guarida, pero se llevó consigo los de ella para tenerla controlada y sometida. Yo creo que le puso un ultimátum a Maru Campos, ella no aguantó la presión y tuvo que liberarlo el 4 de junio, dos días después de las elecciones. Sale Duarte de la prisión y a los pocos días empieza a publicar fotos de los restaurantes donde anda, videos en fiestas donde aparece bebiendo y cantando. O sea, en una abierta demostración de que había regresado, que estaba de vuelta y estaba controlando ya directamente todo. Duarte, desde la cárcel, cogobernaba con Maru Campos, pero ahora, ya en libertad, ha organizado a sus huestes. Tiene un enorme control, porque puso mucha gente en la Fiscalía, en el Poder Judicial e incluso en el Ejecutivo, varias de las posiciones más importantes del gobierno de Chihuahua están en manos de personas que responden a Duarte. Esto ilustra el nivel de control que tiene de ella y del gobierno.

De hecho, esta intentona de ejecutarme la orden de aprensión y de detenerme tuvo excesos no sólo en términos legales, sino que estaba lleno de un simbolismo de venganza de Duarte. La persona que coordinó el operativo para detenerme era Gabriel Ruiz, uno de los más impresentables magistrados que ha tenido Chihuahua. Duarte lo hizo magistrado del Poder Judicial, luego fue miembro del Consejo de la Judicatura, y ahora lo puso como vicefiscal anticorrupción. O sea, en términos reales, Duarte estaba coordinando este intento de captura. Estaba pensado no solo como con un componente mediático: también era el gran tributo a Duarte en la revancha personal contra mí.

P. ¿Por qué dice que esto es una venganza política?

R. Nosotros combatimos la corrupción de César Duarte a través de un megaproceso denominado Operación Justicia para Chihuahua. Se investigaron las redes de corrupción que dejaron al Estado en bancarrota a través de múltiples delitos, y conforme se investigó fueron saliendo presuntos responsables. Hubo dos enormes investigaciones. Una, por la Operación Safiro, y la otra, por la Nómina secreta. Safiro era el mecanismo por el que se desviaban recursos públicos a las campañas del PRI, cuando Beltrones era el presidente nacional del partido; su principal operador, Alejandro Gutiérrez, La Coneja, llevaba a cabo estos desvíos en varios Estados, entre ellos Chihuahua. La Fiscalía de Chihuahua fue la única que lo documentó y llevó el asunto hasta sus últimas consecuencias. Allí aparecieron personajes como Alejandro Gutiérrez, Beltrones, Isaac Gamboa [exfuncionario de Hacienda], Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto. En la otra gran investigación, la Nómina secreta, apareció María Eugenia Campos. Ella muchas veces me pidió exceptuarla de la investigación. Yo tengo una carta de ella, escrita de su puño y letra, donde me pide perdón por lo que hizo y dice que fue un error. Yo le dije que yo no podía hacer eso, y que, si ella estaba dispuesta a colaborar, tenía que ir a la Fiscalía.

P. ¿En su propia Administración no hubo casos de corrupción?

R. Sí, sí hubo. Y hubo cientos de inhabilitaciones. Los casos de corrupción que nos enteramos, nosotros mismos los castigamos. Nunca encubrimos a nadie. Y, de hecho, nosotros creamos la Fiscalía Anticorrupción.

P. Sin embargo, no logró desarmar las redes de Duarte, porque están retoñando.

R. Es absolutamente imposible eliminar las redes de corrupción cuando una de las participantes se hace gobernadora del Estado. La suerte de él es la suerte de ella, y viceversa. Por eso empezaron a tratar de desmontar todas las investigaciones, con una persecución brutal contra los fiscales que combatieron la corrupción. Metieron a la cárcel al exfiscal anticorrupción, Francisco González Arredondo; consiguieron a los testigos protegidos que habían declarado en los juicios contra Duarte, los amenazaron con quitarles el criterio de oportunidad si no se desdecían, y luego estos empezaron a acusar que habían sido torturados psicológicamente. Entonces no, no desmontamos las redes de complicidad de Duarte. Desde el momento en que el PAN decidió que Maru Campos podía participar como candidata a la gubernatura, el PAN estaba ya construyendo la alianza con el PRI y con Duarte, porque la dirigencia sabía perfectamente que ella y Duarte eran la misma cosa. Lo que el PAN hizo en Chihuahua fue una de las más grandes tradiciones a su historia, a su esencia, a uno de sus objetivos históricos: el PAN renunció a combatir la corrupción con tal de ganarle a Morena y a López Obrador. Y porque, al final de cuentas, ella era nuestra corrupta.

P. ¿Será posible combatir la corrupción en el próximo sexenio?

R. Sheinbaum tiene acreditado, en su gobierno en Ciudad de México, una acción efectiva de combate a la corrupción. ¿Por qué no lo va a hacer en el gobierno federal? Yo creo que, con el hecho de que haya aceptado que alguien de fuera del movimiento, no un miembro de Morena, coordinara el plan anticorrupción, ya demostró una voluntad política interesante. Yo he seguido desde hace mucho tiempo a Sheinbaum, pero no soy su amigo o alguien con quien ella consulte las cosas. Yo soy un aliado de ella, no de ahora; yo hace tres años le expresé mis simpatías por que ella fuera candidata; abiertamente le dije: si tú le entras y encabezas la continuidad del proyecto de López Obrador, yo me voy a decantar públicamente por ti. También le dije que el gran reto de la Cuarta Transformación era reivindicar la bandera del combate a la corrupción. Ella me dijo: estoy totalmente de acuerdo. Por eso creo que va a generar una política de fortalecimiento del combate a la corrupción que inició con López Obrador.

P. Se publicó en los medios que ya promovió un amparo.

R. Me concedió una jueza la suspensión provisional; yo recurro a la protección de la justicia federal porque deseo enfrentar el proceso.

P. Precisamente, le han cuestionado por qué no va a Chihuahua a afrontar las acusaciones.

R. ¡Ni que estuviera loco! Maru Campos y Duarte tienen el control de todo allá, la Fiscalía, el Poder Judicial. En un ambiente así, me presento amparado. Yo creo que no les va a alcanzar para el propósito de descarrilar mi llegada al Senado. Toda la narrativa desde el intento de detenerme era que me había sustraído de la acción de la justicia, que era un “prófugo de la justicia”; luego, en las redes, los voceros de esta alianza criminal de corruptos a la que me he enfrentado empezaron a decir que estoy impedido para ser senador de la República.

P. ¿Pueden impugnar su elección con el argumento de que está prófugo?

R. No pueden. Mi senaduría ya pasó por una revisión de elegibilidad y el Tribunal Electoral ratificó mi candidatura. Yo ya soy votado. Ahora no es un tema de elegibilidad en materia electoral; su estrategia, con lo de que soy “prófugo de la justicia”, está dirigida a cuestionar si yo tengo vigentes mis derechos políticos. Y por supuesto que los tengo vigentes, yo puedo ser senador y tomar protesta. No me voy a escudar en el fuero, voy a desahogar el proceso penal y voy a desenmascarar todas las mentiras, porque lo más importante aquí es limpiar mi nombre.

P. ¿Hay posibilidades de que lo frenen de otra manera?

R. Siempre he pensado que, teniendo adversarios y enemigos inescrupulosos como Duarte y Beltrones, puedan llegar a pensar en eliminarme; no he descartado que, en los extremos de la desesperación, quieran atentar contra mi vida; sin embargo, ya es tan público todo, está tan acreditada la persecución, que no lo descarto, pero no lo creo tan probable. Por eso me dio muchísimo gusto que el presidente López Obrador le echara la luz claramente a Beltrones; porque es inescrupuloso; porque, el que obstruyó la justicia en el magnicidio Colosio, es capaz de todo. En los fríos cálculos de un poder sin límites, de una ambición de poder y dinero desmedida como la que tiene Beltrones, eliminar personas es una regla aceptada, y a eso me he enfrentado.

P. ¿Rendirá protesta como senador?

R. Sí. Y voy a llegar caminando por mi propio pie, por la puerta de enfrente. Yo entré a la gubernatura de Chihuahua por la puerta de enfrente y por ahí salí; así entraré y saldré del Senado de la República.

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Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022).
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