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El adiós adelantado de Enrique Alfaro

El gobernador de Jalisco se separa del cargo 15 días “para replantear” su vida e insiste en que dejará la política cuando concluya su mandato, a principios de diciembre

Enrique Alfaro
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, en su casa, en marzo de 2024.Roberto Antillón
Pablo Ferri

Enrique Alfaro ha insistido este sábado en que se retira de la política, actividad a la que ha dedicado los últimos 25 años. En un vídeo publicado en su cuenta de X, el gobernador de Jalisco, de Movimiento Ciudadano, ha explicado además que se separa del cargo 15 días para “replantear” su vida, antes de encarar la recta final de su mandato, que concluye el 5 de diciembre. Es el final adelantado de la trayectoria de un político que sonó para la carrera presidencial hace unos años, pero que acabó desinflándose, enfrentado a cuadros del partido que le dio cobijo.

“El poder replantearte tu proyecto personal no es un asunto menor”, ha dicho Alfaro. “Por eso necesito unos días para acomodar muchas cosas de cara al final de Gobierno, acomodar temas para actividades que voy a realizar en lo profesional, en lo académico”, ha añadido. En el vídeo, Alfaro ha aparecido vestido de traje oscuro, sentado junto a una mesa en la que solo había una taza blanca de té. A través de la ventana de la parte trasera de la imagen, podían verse don enormes palomas de piedra, una alegoría al tono pausado del mandatario.

No siempre fue así. Si algo ha caracterizado a Alfaro estos años ha sido su vehemencia, su actitud brusca, a veces, confrontativa, agresiva. El último ejemplo de esta parte de su carácter pudo verse en la campaña electoral, cuando criticó abiertamente a sus colegas de Movimiento Ciudadano, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, su esposa y candidata a la alcaldía de Monterrey, Mariana Rodríguez, el candidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez, y el paraguas de todos ellos, Dante Delgado, dirigente nacional del partido.

A Alfaro, hombre serio, cuya máxima frivolidad estos años ha sido reconocer que es un “comilón” y que le va a las Chivas, le molestaba el desenfado de sus colegas, apóstoles del movimiento fosfo, fosfo, con sus tenis naranjas chillones, sus vídeos en cantinas tomando cerveza, o sus rutinas de belleza. Lo dijo varias veces estos meses, sin morderse la lengua, marca de la casa. Ya para entonces, había perdido la carrera por la candidatura presidencial del partido.

En enero, por ejemplo, al día siguiente de que García y Máynez anunciaran la candidatura del segundo en un video, mientras bebían cerveza, el mandatario jalisciense dijo: “Quienes usan la idea de lo nuevo para disfrazar lo absurdo, los que nos metieron en el callejón de la banalidad, el callejón de la no política, no son los líderes de este proyecto ni mucho menos del movimiento social que construimos en Jalisco. Ayer que vi el anuncio, no lo podía creer. En una mesa con botana y cerveza”, dijo.

En una entrevista con este diario en marzo, Alfaro aseguró que, en realidad, nunca había aspirado a la presidencia. Pero en una entrevista anterior, en 2021, dijo que estaba “más que preparado” para ser candidato. Entre medias yacía la ruptura con la dirigencia del partido. “Tomé una decisión de carácter personal, no política”, decía en marzo. “Y lo hice porque uno debe tener la capacidad de plantearse nuevas rutas y caminos, no vivir hasta el último día de tu vida dependiendo de lo público y de los puestos de elección. Hay que saber dejar la política antes de que la política te deje a ti”, añadía.

No está muy claro quién ha dejado a quién al final. Parece más bien una mezcla, que la unilateralidad que defiende Alfaro. A sus 50 años, este ingeniero civil egresado del ITESO, futbolista retirado, prepara su vuelta a la cancha. “Estoy cerca de terminar mi curso como entrenador y me gustaría algún día volver a estar en la cancha. Me encantaría ser director técnico de las Chivas”, dijo en marzo.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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