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Asesinados cuatro hombres en un linchamiento en Puebla

El secretario de Gobierno local, Javier Aquino, señala que el Estado ha registrado 13 intentos de linchamiento en el primer semestre del año

Pobladores de distintas comunidades del municipio de Atlixco sostienen un enfrentamiento con la policía en una fotografía de archivo.
Pobladores de distintas comunidades del municipio de Atlixco sostienen un enfrentamiento con la policía en una fotografía de archivo.Hilda Ríos (Cuartoscuro)
Pablo Ferri

Una turba linchó y asesinó entre el lunes y el martes a cuatro hombres en el poblado de San Jerónimo Coyula, en el municipio de Atlixco, en Puebla. Una mujer sobrevivió. Según explicaciones del Gobierno local, pobladores de la comunidad interceptaron el vehículo en el que se desplazaban los cinco, en algún momento del lunes. De acuerdo a entrevistas que ha dado el secretario de Gobierno de Puebla, Javier Aquino, este martes, los pobladores detuvieron a las víctimas, presuntamente porque habían robado ese mismo vehículo en un poblado vecino. La Fiscalía del Estado no ha dado todavía información alguna de lo ocurrido.

Aquino ha explicado que el de Atlixco es el primer intento de linchamiento en que los atacantes logran su cometido este año. En total, Puebla ha registrado 13 intentos en el primer semestre de 2024. “Es un hecho lamentable”, ha dicho Aquino, en una entrevista en radio. “Fuimos notificados de la retención de cinco personas allá en Atlixco. Hubo bloqueo de las vías de acceso a la localidad. Los cuerpos de seguridad no pudieron acceder. Solo horas después nosotros pudimos interactuar con ellos. Y logramos que nos entregaran los cuerpos de los fallecidos. Es un hecho que tiene que ver con el hartazgo que la población tiene con la incidencia de delitos, pero evidentemente no es la forma para que eso se resuelva”, ha añadido.

El caso de Atlixco recuerda a otros recientes ocurridos en la entidad, como el del año pasado en San Miguel Tianguistenco, cuando una turba molió a golpes y luego quemó vivo a un hombre. Su pecado: entrar a un campo de cultivo y tomar unos brócolis para paliar el hombre, según explicó entonces la Fiscalía. O el del año anterior, en una comunidad de Huauchinango, en la sierra norte, cuando habitantes del poblado apalizaron a un joven y luego le prendieron fuego, por el bulo de que estaba buscando niños para llevárselos. El joven, Daniel Picazo, resultó ser asesor del Congreso.

Más allá del horror de los usos de los atacantes en los linchamientos, de las palizas multitudinarias y el fuego como pico de estas catarsis macabras, crímenes colectivos como estos son difíciles de perseguir. Cientos de personas pueden llegar a estar involucradas, como en el caso de Atlixco. Como decía el secretario Aquino: “Al ser detenidos ahí, se congregaron más de 450 personas. La turba no fue posible de contener”. Es difícil saber quién o quiénes instigan el ataque, quiénes lideran la agresión, quiénes la elevan a esos niveles de crueldad extrema. A veces, ni siquiera hay detenidos.

Sería injusto señala exclusivamente a la población. Décadas de impunidad y de niveles de delincuencia elevados enmarcan este tipo de ataques, en Puebla y en todo México. En muchas partes del país, la relación de comunidades con el exterior tiene que ver en buena parte con el crimen y el delito, en forma de realidad o incluso de posibilidad. Como dice la académica Gema Kloppe-Santamaría, que hace unos años publicó un estudio en la materia, a partir del análisis de 300 casos: “Los linchamientos no son una expresión del rechazo al proyecto modernizador del Estado, sino el resultado de la exposición de las comunidades a la modernidad”.

Lo dramático es atestiguar las dificultades del Estado para contener este tipo de situaciones, que se repiten cada año decenas de veces. “Aquí en Puebla tenemos instalado un protocolo de atención a linchamientos, que consiste en activar a los cuerpos policiales”, ha dicho Aquino, que ha destacado que el Gobierno consiguió evitar el linchamiento en los 12 casos anteriores este año. Aquino también ha explicado que la mujer rescatada está bien. “Tiene algunos golpes y heridas, pero no está en peligro su vida” ha dicho.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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