El Nini, la última gran extradición del sexenio de López Obrador
Estados Unidos recibió el sábado al capo del Cártel de Sinaloa, uno de sus objetivos prioritarios en la lucha contra el fentanilo, una semana antes de las elecciones presidenciales en México
Quién iba a decirle a El Nini cuando dio sus primeros pasos en el mundo del narcotráfico que acabaría convirtiéndose en símbolo del final de una Administración política; de la culminación de seis años de relaciones diplomáticas convulsas en la aún más convulsa guerra contra las drogas. Detenido a finales de noviembre en un barrio rico de Culiacán, el capo del Cártel de Sinaloa pisó suelo estadounidense seis meses después, tras 184 días en una cárcel mexicana. Washington, que lleva años tras la pista del guardaespaldas en jefe de Los Chapitos y esgrime en su contra todo un arsenal de acusaciones judiciales, tenía prisa y no quería dejar nada al azar: México celebra elecciones presidenciales el próximo sábado que alumbrarán un nuevo Gobierno, aunque todo apunta a que el oficialismo se mantendrá en el poder. Néstor Isidro Pérez Salas será, salvo sorpresa mayúscula, la última gran extradición del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
En la primera fotografía que se ha difundido de la extradición, adelantada este lunes por Milenio, El Nini desciende de un avión escoltado por agentes de la DEA, vestido de impecable color crema carcelario, afeitado y bien peinado, con un abrigo que le tapa las manos presumiblemente esposadas. Ya ha sido internado en el Centro Metropolitano de Detención (MDC, por sus siglas en inglés) de Brooklyn. Sicario de alta gama, uno de los crímenes que se le atribuyen es el homicidio de una mujer a la que utilizó como cobaya humana y mató a inyecciones para experimentar la pureza del fentanilo, una droga que incluso en proporciones minúsculas puede ser letal. De unos 30 años y 1,70 metros de estatura, sobre las espaldas de Pérez Salas se acumulan los cargos: conspiración para traficar cocaína y metanfetamina, posesión de armas de fuego y artefactos explosivos o intimidación de testigos en la corte del Distrito de Columbia en 2021; crimen organizado, tráfico de fentanilo y lavado de dinero en la Corte del Distrito Sur de Nueva York en 2023.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, corrió a agradecer la extradición a su homólogo mexicano el mismo día que el narcotraficante cruzó la frontera: “Nuestros gobiernos seguirán trabajando juntos para atacar la epidemia de fentanilo y drogas sintéticas que está matando a tantas personas en nuestros países y en todo el mundo, y para llevar ante la justicia a los delincuentes y las organizaciones que producen, trafican y venden estos venenos letales en nuestros dos países”. Biden añadía en un comunicado: “El Nini desempeñó un papel destacado en el tristemente célebre Cártel de Sinaloa, una de las empresas de narcotráfico más mortíferas del mundo. Estados Unidos lo ha acusado de su papel en el tráfico ilícito de fentanilo y de asesinar, torturar y secuestrar a numerosos rivales, testigos y otras personas. Este es un buen día para la justicia”.
El fiscal general de los Estados Unidos, Merrick B. Garland, se sumó a las celebraciones: “Agradezco a nuestros homólogos del Gobierno mexicano sus extraordinarios esfuerzos para detener y extraditar a El Nini. Con esta acción policial, El Nini se une a la creciente lista de líderes y asociados de cárteles acusados en Estados Unidos y extraditados a este país. El Departamento de Justicia seguirá persiguiendo a los cárteles responsables de inundar nuestras comunidades con fentanilo y otras drogas”. También el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, que lo calificó como un “gran logro para nuestros pueblos, el cual evidencia una vez más las grandes cosas que nuestras naciones pueden lograr juntas”.
De capos a chivatos
El Nini se suma a una larga lista de sanguinarios narcotraficantes mexicanos, miembros de la cúpula de sus respectivos cárteles, que se vuelven chivatos de la justicia estadounidense en busca de condenas reducidas. Así logró un tribunal de Nueva York condenar a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante el sexenio del panista Felipe Calderón (2006-2012): el zar antidroga que en realidad estaba en la nómina de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, sentenciado años antes por el mismo juez y contra el que también se utilizaron testigos que antes integraban las filas del narco.
Estados Unidos ha declarado la guerra al Cártel de Sinaloa, al que considera el principal importador de fentanilo en su territorio. En abril de 2023, el Departamento de Justicia presentó cargos contra 28 miembros del grupo criminal, entre los que se encontraban Los Chapitos, los hijos de El Chapo, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López, este último, detenido en México en enero de 2023 y extraditado a Estados Unidos el pasado septiembre. Los herederos de El Chapo son considerados los actuales cabecillas de una de las facciones más poderosas de los de Sinaloa, enfrentada contra Ismael El Mayo Zambada, el único capo activo desde los primeros días de la organización que nunca ha caído en manos de la justicia.
El Nini es uno de esos 28 altos mandos perseguidos por EE UU, un potencial confidente con información privilegiada que puede ayudar a construir un caso de más envergadura contra Ovidio Guzmán López. La Fiscalía estadounidense cree que Ovidio El Ratón era hasta su detención el líder del cártel, lo que le convierte en uno de los principales responsables de inundar las calles de fentanilo, una epidemia de opioides que ha matado a decenas de miles de personas al norte de la frontera. Guzmán López se declaró inocente de todos los cargos de los que se le acusaba en la primera audiencia en una corte de Chicago.
La Fiscalía tiene argumentos para utilizar a El Nini para construir el caso contra El Ratón. Pocas personas dentro del cártel tienen tanta información de primera mano como él. El sicario es señalado además como uno de los arquitectos del Culiacanazo, el primer intento fallido de capturar a Ovidio Guzmán en 2019. Entonces, un grupo de élite del Ejército lo detuvo en su casa de Culiacán, pero sus secuaces reaccionaron incendiando la ciudad con balaceras y asesinatos que obligaron al Gobierno a liberar al criminal.
En enero de 2023, cuando El Ratón fue arrestado en el segundo Culiacanazo, la organización volvió a intentar sumir a la capital de Sinaloa en el pánico, pero esa vez López Obrador no cedió. Estados Unidos, sin embargo, cree que la mano de El Nini se escondía también detrás del segundo intento de rescatar a su jefe. La gran pregunta ahora es si, como tantos otros antes de él, Pérez Salas acabará testificando contra su antiguo patrón, el mismo al que liberó incendiando una ciudad.
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