Lino Nava, guitarrista de la influyente banda mexicana de rock mestizo La Lupita, muere a los 55 años
El premiado músico y productor mexicano fue diagnosticado con un cáncer en 2019 del que nunca llegó a recuperarse
Sus últimos años los pasó pegado a una guitarra, con las cicatrices que las operaciones por el cáncer habían dejado en su ojo izquierdo camufladas por unas gafas de sol y ese estilo intacto y algo anacrónico de viejo rockero incombustible. Lino Nava, guitarrista y fundador de La Lupita, uno de los grupos más representativos e influyentes del rock mestizo de los noventa, ha fallecido este martes a los 55 años a causa de un cáncer que lo aquejó durante la última etapa de su vida. La Lupita ha sido su gran legado, una banda clave para la historia de la música mexicana con más de 30 años de carrera y seis discos de estudio a las espaldas, además de colaboraciones y recopilatorios con otros grandes nombres como Molotov, Tijuana No!, Caifanes o Maldita Vecindad, agrupados bajo la etiqueta comercial de Rock en tu idioma. Reconocido y premiado por su trabajo tras las seis cuerdas, Nava también se desenvolvió como productor (lo fue en el disco debut de la cantante de cumbia Amandititita) o como compositor para el cine, lo que le valió una nominación a los premios Ariel.
Nava nació el día de Navidad de 1968 en Ciudad de México. Desde niño comenzó a trastear con la guitarra y aprender los fundamentos del oficio. Estudió sociología en la Universidad Nacional Autonóma de México (UNAM) mientras continuaba su formación musical y en 1988 comenzó su carrera con la banda de heavy metal Raxas. Su mayor logro en esa etapa fue la grabación de un casete, Presencia, en 1988, y actuar como telonero de Black Sabbath, mítica banda británica considerada por algunos críticos como la creadora del sonido metalero.
Nava fundó La Lupita junto a la cantante Rosa Adame, el bajista Alfonso Toledo, el baterista Ernesto Domene y el vocalista Héctor Quijada —él y Nava fueron los dos únicos miembros originales de la banda que aguantaron toda su trayectoria—. Era 1991, Nirvana y el descontento grunge empezaban a desbordar las listas de éxitos desde el norte y, en México, un puñado de grupos nativos intentaban fusionar esos sonidos recios de moda con sus acervos musicales propios.
Quizá uno de los momentos que mejor ilustra esa mezcla es el videoclip de Contrabando y Traición, el gran éxito de La Lupita, de su primer disco Pa’ servir a usted (1992). Versión de un corrido de Los Tigres del Norte que habla de dos traficantes que cruzan la frontera cargados de marihuana, La Lupita llevó la canción a su terreno con más distorsión y un video en el que las imágenes de sus jóvenes músicos con ponchos, sombreros charros y escenarios de cartón piedra se intercalaban con otras de conciertos con esa textura del VHS, melenas al viento y estética de la MTV. Como unos Soundgarden salidos de la plaza Garibaldi.
Gafas de sol
En 2019, los médicos encontraron un carcinoma, un tipo de cáncer, detrás del ojo izquierdo de Nava. El guitarrista se sometió a cinco intervenciones quirúrgicas en dos años “con un resultado satisfactorio”, según informó la propia banda en un comunicado en 2021. “Lino seguirá llevando estrictos cuidados para alcanzar una recuperación a 100%; hoy gratamente está en un rango del 90%”, aseguraba el grupo. La realidad es que Nava nunca logró sacudirse del todo el tumor.
EL PAÍS visitó a La Lupita en 2022 en su local de ensayo, un viejo edificio colonial del centro de Coyoacán, en Ciudad de México, con un patio lleno de flores. El grupo ensayaba, en una azotea desde la que se veía la parroquia de San Juan Bautista, su repertorio para la actuación en el festival Vive Latino de ese año. Las operaciones habían hecho mella en Nava, que escondía discretamente las cicatrices en el ojo izquierdo con unas gafas de sol que ya rara vez se quitaba en público.
Un año antes, el grupo participó en la serie documental de Netflix Rompan con todo, un sesgado recorrido por la historia del rock latinoamericano que Nava veía con ojos críticos. Preguntado sobre si la aparición en la película les ayudó a alcanzar nuevos oyentes más jóvenes, el guitarrista respondió: “Narra una parte de la prehistoria del rock, no del futuro. Es importante saber de dónde venimos, pero se quedan muchas cosas fuera. Hay historias del rock que hablan de la historia de Latinoamérica, más allá de bailecitos y sold outs”. Esos días, La Lupita trabajaba en una canción nueva cuyo estribillo resumía el espíritu de la banda, el desenfado, las ganas de pasarlo bien, el gusto por los sonidos electrificados: “Me caga el reguetón / me gusta el rock and roll / me gusta La Lupita / los mariachis y el alcohol”.
El mundo de la música se ha sumado al duelo por el guitarrista. “Carnalazo Lino. Nos vemos en la otra vida. Gracias por la conversación y el eco. Besabrazo como el de siempre. Rock on!”, ha lamentado en la red social X (antes Twitter) Alonso Arreola, bajista de La Barranca. “Qué triste noticia la muerte de Lino Nava, un músico y guitarrista fundamental en el rock mexicano, compañero de mil batallas. Hasta siempre!!”, ha dicho Líber Terán.
La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México también se ha hecho eco de la muerte del músico en X: “[El organismo] lamenta el fallecimiento del músico, compositor y productor mexicano Lino Nava a los 55 años. Desde sus primeros años profesionales con su primera banda Raxas en 1988, hasta la formación de La Lupita tres años más tarde, Nava demostró sus dotes en la guitarra con riffs memorables en discos como Pa’ servir a usted (1992), Qué bonito es casi todo (1994), Tres- D (1996), Caramelo Macizo (1998) y Lupitología (2004). Extendemos nuestras condolencias a sus compañeros de profesión, amigos y familiares. Descanse en paz”.
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