Los alpinistas mexicanos lanzan una voz de alerta tras la tragedia en el Pico de Orizaba: “La montaña no es un lugar turístico”
Cuatro montañistas que han alcanzado la cumbre del Everest no tienen dudas: este suceso pudo evitarse con una lectura adecuada de las previsiones meteorológicas que habría llevado a suspender el ascenso, y piden regular el alpinismo en el país
Tres muertos, una mujer con quemaduras graves en las manos por congelación y ocho sobrevivientes. Es el saldo de la última tragedia en el Pico de Orizaba por una expedición de Guadalajara, Jalisco, conformada por 11 viajeros y un guía que ascendieron el sábado 17 de febrero a la montaña más alta de México, de 5.636 metros de altura y ubicada entre los Estados de Puebla y Veracruz. Aunque aún no se han establecido de manera oficial las causas, las autoridades de Puebla han apuntado a la meteorología como uno de los factores determinantes. En una temporada de días secos, aquel sábado sorprendió la lluvia y el descenso de las temperaturas en la mayor parte del país, un factor de vida o muerte a miles de metros de altura. Con los datos disponibles hasta ahora, cuatro alpinistas mexicanos que han alcanzado la cumbre del Everest y el presidente del Club Alpino Mexicano no tienen dudas: este suceso pudo evitarse con una lectura adecuada de las previsiones meteorológicas que habría llevado a suspender el ascenso, y lanzan una alerta con preocupación: “La montaña no es un lugar turístico”.
Las decisiones
Los alpinistas Yuri Contreras (Ciudad de México, 60 años) y su esposa Laura González (León, Guanajuato; 57 años), que han hecho cumbre en el Everest —la montaña más alta del mundo, con 8.849 metros de altura— y cada año escalan en la cordillera del Himalaya, ascendieron al Pico de Orizaba el fin de semana anterior al siniestro. Aunque las condiciones del tiempo eran distintas a las que hubo una semana después, enfrentaron dificultades que los llevaron a cambiar de decisión varias veces antes y durante el ascenso. A 20 metros del cráter, por ejemplo, decidieron descender por la dificultad de las condiciones de la superficie. Después analizaron el terreno otra vez, cambiaron la estrategia y continuaron. Al final llegaron a la cima. Cuando bajaron le advirtieron a varios montañistas de la situación que encontraron, pero se sintieron preocupados porque vieron que algunos apenas aprendían a usar los crampones, los dispositivos metálicos que van sujetados al calzado de alpinismo y que permiten una mejor tracción. “Me acerco al guía y le digo ‘oye, nada más les quiero decir que el hielo está terrible, está muy mal. Si quieren subir van a tener que poner cuerda fija porque si no no van a pasar’. ‘Ah, gracias por avisar’, contestó”, cuenta Yuri Contreras. A otro grupo le hicieron la misma advertencia y uno de los integrantes les explicó que su guía estaba durmiendo. “Laura y yo dijimos ‘¿qué van a hacer todos estos?’. Nosotros subimos y bajamos y las condiciones de la montaña estaban de la fregada. ‘¿Cómo le van a hacer? Aquí sí se puede matar alguien’. Y eso fue una semana antes”.
Héctor Ponce de León (Ciudad de México, 57 años) ha subido tres veces el Everest y cuenta con ascensos en montañas como el Aconcagua en Argentina, Shisha Pangma en China o Huayna Potosi en Bolivia. El alpinista tenía planeado con su agencia de expediciones un curso de alta montaña con ocho aprendices en el Pico de Orizaba el mismo fin de semana de los hechos, pero las previsiones meteorológicas lo alertaron desde el martes 13 de febrero. “Yo ese día todavía no decidí cancelar porque con cuatro o cinco días de anticipación puede cambiar, pero ya el miércoles (14), que seguían pronosticando esta velocidad del viento y esta sensación térmica tan baja de -32°, estuvo muy claro. No era el fin de semana para ir al Pico por esas condiciones. Eran de un riesgo muy elevado en todo sentido: de hipotermia, lesiones por frío, y de otros riesgos como que sufras una caída”, explica el alpinista. La expedición fue cancelada debido a los pronósticos del estado del tiempo. “Alguien que hubiera entendido esto hubiera evitado estar en la montaña ese día”.
Ponce de León ejemplifica la facilidad para conocer las previsiones meteorológicas de una montaña con la aplicación y sitio web Mountain Forecast, en la que se despliegan los valores de las temperaturas pronosticadas para diferentes altitudes y horas del día, con números, mapas y colores. El indicador más importante, señala, es el de la sensación térmica —chill—. “No es lo mismo -10° a 5.000 metros que a 5.600, porque a esa altura al haber tan poco oxígeno ya no generas tanto calor. La posibilidad de que pases frío o sufras hipotermia es más alta entre más alto vayas por esto del oxígeno”.
‘No hay que minimizar ninguna montaña’
Elsa Ávila (Ciudad de México, 60 años), la primera latinoamericana en llegar a la cumbre del Everest, el 5 de mayo de 1999, y primer ascenso femenino mundial a la Aguja Poincenot en la Patagonia, dice que a través de los años ha aprendido que lo más importante en una expedición es el descenso. “En el Pico de Orizaba, si tú tienes un sistema de seguridad, bajas y cuando bajas estás teniendo cada vez mejor tiempo, clima, y mejor condición de oxigenación y de calor, cuestiones que fue lo que llevó a una tragedia allá arriba”. Explica que uno de los problemas de las condiciones de seguridad es la dependencia de un guía y la confusión entre alpinismo y turismo. “Se está confundiendo mucho un alpinismo con un turismo y estas personas que iban guiadas eran turistas de la montaña”.
Considera que para evitar riesgos es importante no minimizar ninguna montaña y generar un “juicio correcto” sobre cómo prepararse para los ascensos mirando más “hacía sí mismo” y no tanto hacia afuera. Reflexiona que, si para cualquier profesión una referencia o información en internet o en las redes sociales no es suficiente, para el alpinismo tampoco. Para ella, lo que pasó en el Pico de Orizaba “era evitable”.
Más accidentes y poca regulación
En agosto de 2023, cuatro alpinistas murieron cuando subían el Pico de Orizaba en la zona sur del volcán, en el municipio de Atzitzintla, Puebla. Tres de los fallecidos eran originarios de Veracruz y uno de Chalchicomula de Sesma, Puebla. Los recuentos periodísticos indican que desde 2017 han muerto al menos 10 personas en esta montaña. En 2015, fueron encontrados restos momificados de personas en el volcán, originalmente llamado Citlaltépetl.
“Nos preocupa que estos casos van en aumento. En lugar de disminuir, cada fin de semana llega a ser una constante un accidente en cualquier montaña, ya sea en el Iztaccíhuatl, en el Nevado de Toluca o en el Pico de Orizaba”, asegura Jorge Piazzini Aguayo (Ciudad de México, 40 años), presidente del Club Alpino Mexicano. “Desafortunadamente hay muchas empresas o pseudoempresas que se dedican a llevar gente a la montaña. Te venden esta actividad como ‘sal de tu zona de confort, ve a la montaña’, y realmente la montaña no es un lugar turístico. Hay que tener los conocimientos y la preparación, la aclimatación, la condición física, y también el equipo adecuado para poderlo hacer”.
Aunque existe una norma mexicana a la que deben sujetarse los guías especializados en actividades específicas, la NOM-09-TUR-2002, que contempla el concepto de “alta montaña” —descrita como el ascenso de montañas, volcanes y macizos rocosos cuya altitud rebasa los 4.000 mil metros— y que deben acreditarse con exámenes teóricos y prácticos, la reglamentación no especifica los requerimientos. Solo lo hace en el caso del buceo.
“Es un problema serio. Como no está regularizado y no hay una certificación de guías, puedes crear una página y decir que eres guía de expediciones y ya llevas gente a la montaña”, dice Yuri Contreras. Coincide con Héctor Ponce de León en que existe una idea errónea de que para ser guía solo es necesario conocer la ruta de ascenso y descenso. “La gente ha menospreciado la dificultad y la peligrosidad que tienen las montañas. La gente sube a la montaña una o dos veces, teniendo una buena condición física, siendo deportistas, corredores, ciclistas, y dicen ‘ahora voy a ser guía”, agrega Contreras.
La alpinista Viridiana Álvarez (Aguascalientes, 40 años), que ha conquistado las 14 cimas más altas del mundo, considera que además de las carencias de normatividad faltan acuerdos entre asociaciones para estar “a la altura de las montañas de México”. Afirma que en el país solo hay un guía certificado por la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña.
Consejos para amateurs
Los alpinistas consultados dan algunas recomendaciones para disminuir los riesgos a personas que nunca han hecho una expedición de montaña y que estén interesados en hacerlo:
- Desconfiar de la información de internet y de redes sociales que prometa expediciones o alcanzar cimas sin una preparación previa
- Acercarse a personas con una trayectoria profesional en el alpinismo y a organizaciones confiables, como el Club Alpino Mexicano, la Asociación de Deportes de Montaña y Escalada de la UNAM o la Asociación de Excursionismo y Montañismo del Instituto Politécnico Nacional
- Llevar el equipo adecuado: botas profesionales, ropa y accesorios sugeridos por alpinistas con experiencia
- Revisar previamente y en días cercanos a la fecha de la expedición las condiciones meteorológicas previstas
- Ir acompañado de un guía certificado o con la trayectoria que lo avale
- Mantenerse con el grupo y evitar dividirse. Puede ser crucial en caso de emergencias
- Evitar la idea de que se debe alcanzar la cima a cualquier costo
- Contar con una instrucción previa a un ascenso de montaña
Para iniciarse en el alpinismo profesional
Como primeros pasos en esta disciplina de una manera más sólida, los entrevistados sugieren:
- Tomar cursos de media y alta montaña con profesionales
- Capacitarse en meteorología
- Preparación física constante
- Aclimatar el cuerpo a diferentes condiciones del tiempo
- Hacer ascensos de montaña de manera gradual hacia una mayor dificultad
- Tener claro que el aprendizaje y la evolución requiere años de práctica
“Las montañas son lugares para disfrutar, para sufrir, pero no son lugares para morir”, dice Yuri Contreras, quien la segunda vez que escaló el Everest, en 1997, perdió dos dedos de una mano. “Desafortunadamente hoy en día ir al Pico de Orizaba lo toman como ‘vamos a festejar mi cumpleaños y vamos a subir a la parte más alta de México’ y en muchos videos, shorts o videos de YouTube los influencers lo hacen ver como algo muy sencillo y que no pasa nada”.
Los alpinistas creen que vale más renunciar a una cima que dar la vida por conseguirla. Porque en ninguna montaña vale la pena morir.
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