Plateros-Mixcoac, la falla sísmica que cimbra Ciudad de México
La acumulación de tensión en la región, el hundimiento del Valle de México y la recarga del acuífero que alimenta la zona metropolitana son los posibles orígenes de los microsismos, de acuerdo con el Instituto de Ingeniería de la UNAM
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha encontrado el origen de los 23 microsismos que sacudieron Ciudad de México entre diciembre del año pasado y enero de 2024. La falla sísmica, a la que denominaron Plateros-Mixcoac, atraviesa Periférico Sur, Circuito Interior y las avenidas Revolución y Patriotismo, a la altura de la alcaldía Benito Juárez. La falla, que hasta hace algunas décadas permanecía inactiva, ha puesto en alerta a los científicos tras los daños en varios edificios de la zona y la presencia de deformaciones en el suelo.
“Decidimos llamarla, temporalmente, Plateros-Mixcoac porque corre muy cercana a la zona de Plateros y cruza prácticamente toda la zona de Mixcoac. Lo que en esta investigación estamos obteniendo es corroborar que, efectivamente, el mecanismo de los microsismos [en Ciudad de México] es la reactivación de una falla geológica”, explicó el investigador Ramírez Guzmán durante una conferencia de prensa.
Más de 50 años de investigación se sintetizan en el documento El Rompecabezas de la Sismicidad del Poniente de la Ciudad de México, publicado por los doctores Leonardo Ramírez Guzmán, Moisés Contreras Ruiz Esparza y Jorge Aguirre González, entre otros. Desde 1971, existen catálogos de registros sísmicos en la alcaldía Benito Juárez, seis de ellos clasificados como fuertes, alcanzando en algunos casos hasta la intensidad VI en la escala de Mercalli modificada.
La investigación toma como punto de partida los trabajos del excoordinador de Ingeniería Sísmica e Instrumentación de la UNAM, Jesús Figueroa. El investigador registró más de 200 sismos de baja intensidad durante la primera mitad del siglo XX en la zona de Mixcoac y Plateros. La cifra subió a 541 movimientos telúricos durante las décadas de 1980 y 1990.
Los hallazgos de Figueroa también demostraron que la demarcación cuenta con un historial de hasta cinco enjambres sísmicos -como se le conoce al cúmulo de temblores registrados en un periodo corto de tiempo y en una zona delimitada-. Los enjambres sísmicos en la zona se registraron en 1950, 1956, 1959, 1981 y, en el registro más actualizado, entre diciembre del año pasado y enero de 2024. En esta última ocasión, ocurrieron 23 fenómenos de hasta 3,2 grados de intensidad entre las alcaldías Benito Juárez, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN). Este enjambre sísmico de diciembre y enero fue perceptible en las alcaldías Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Tláhuac.
La falla Plateros-Mixcoac y el origen de los microsismos en Ciudad de México
Los daños ocasionados por el enjambre de diciembre y enero alertaron al grupo de investigadores. El Instituto de Ingeniería de la UNAM y la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO) desplegaron más de 15 sensores sísmicos en la zona. El monitoreo y los informes compartidos por vecinos de la zona, les permitió mapear una franja de aproximadamente un kilómetro de extensión. La grieta corresponde a la falla Plateros-Mixcoac.
“La calle de Los Echave [en Mixcoac] fue la más evidente en cuanto a daños. Esa fue la calle a la que llegamos, y esa fue la sorpresa por la grieta tan grande. La grieta ustedes la pueden ver hacia el Este, por Circuito Interior, y hacia el Oeste, pasando por Periférico, hacia Plateros”, aseveró Ramírez Guzmán.
La investigación concluye que la causa más probable de los recientes microsismos es la reactivación de las fallas geológicas en la zona, posiblemente debido a tres factores: la acumulación de tensión regional, el hundimiento del valle de México y la recarga del acuífero que alimenta la zona metropolitana. Sin embargo, los investigadores advierten que todavía quedan pendientes por mapear otras fallas sísmicas que atraviesan la zona.
El monitoreo además arrojó que los sismos ocurridos con epicentro en la capital —desde que se tienen registros a principios del siglo XX— no han excedido la magnitud 4 y se han presentado con epicentros cercanos a la superficie, es decir, con profundidades menores a los 1,4 kilómetros.
Según los investigadores, aún queda por conocer las dimensiones exactas de la falla sísmica Plateros-Mixcoac, así como evaluar sus potenciales daños e incluirla en el mapa de riesgos de la Ciudad de México. Una vez que los investigadores cuenten con esta información, podrán determinar cuáles son los posibles efectos de la falla y sus potenciales impactos en la infraestructura de las construcciones que rodean la zona.
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