Tensión en Reynosa tras cinco días de balaceras, ataques a policías y a las cámaras de seguridad

Reynosa ha amanecido este lunes al son de las balaceras, una constante en los últimos cinco días en la ciudad fronteriza. En varios vídeos compartidos en redes sociales se escucha el bullicio de los proyectiles y se observa el resultado de los ataques contra cámaras del sistema de vigilancia público C-5. La vocería de seguridad de Tamaulipas ha informado de “actos vandálicos con transportes de carga” contra los postes que sostienen las cámaras y ha recomendado “precaución” a la población.

Los disturbios de la mañana enlazan con los que ocurrieron a lo largo de la semana pasada en la ciudad y sus alrededores. El viernes, criminales atacaron a agentes de la policía estatal en varios puntos de la región. Por la mañana, pistoleros dispararon contra un convoy policial cerca de un ejido en el camino a San Fernando, al sur de la ciudad. Luego, criminales y agentes chocaron en la colonia Los Arcos, según la vocería de Seguridad. Las autoridades decomisaron horas más tarde una camioneta con blindaje de los criminales, caída en una acequia. Los tiroteos dejaron varios heridos, entre ellos un estudiante de 17 años.

No hay explicación oficial de la última oleada de violencia en la ciudad, solo el recuento del daño humano y material de sus consecuencias. La Fiscalía del Estado no ha dado explicación alguna, igual que el Gobierno del Estado. El vocero de seguridad, Jorge Cuellar, comentó orgulloso, en su última conferencia de prensa, el jueves, que Tamaulipas es el Estado fronterizo con Estados Unidos que menos delitos registra. Cuellar destacó la bajada en asesinatos y secuestros en 2023, en comparación con el año anterior.

Fuera de los canales oficiales, algunas voces empiezan a alzarse, señalando lo insostenible de la situación. Es el caso de la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas, que divulgó una carta este sábado, denunciando el vínculo entre la violencia de estos días en Reynosa, con el contrabando de combustible de Estados Unidos a México, a través del puente Pharr, de la ciudad. Su presidente, Julio Almanza, decía que el contrabando “proporciona ingresos económicos significativos a los grupos delictivos”.

Almanza contaba este lunes por teléfono que desde principios de año, el combustible entra a México de contrabando por el puente de Reynosa y no por Matamoros, como ocurría hasta entonces. El empresario ha añadido que cada pipa de gasolina o diesel que entra a México supone una inyección de 1.500 dólares para los grupos delictivos. “Nosotros calculamos que cada año pasa combustible de contrabando a México por valor de 1.200 millones de dólares”, argumenta.

Además de un negocio millonario, el contrabando de combustible de Estados Unidos a México supone un problema creciente para las autoridades. A finales del año pasado, criminales en Matamoros obligaron a los conductores de varias pipas a verter el combustible en un campo, al parecer porque no habían pagado la extorsión requerida. El evento, grabado en vídeo, ilustra la situación que denuncia Almanza: el esquema ilegal de impuestos que criminales imponen a productos que transitan la frontera.

La gravedad de la situación trasciende al papel del crimen. Según Almanza, el contrabando se hace sobre el mismo puente internacional, no en barcazas, salvando el río Bravo. Es decir, que las autoridades que controlan el puente, la Agencia Nacional de Aduanas, dirigida por un general en retiro, es al menos consciente de la situación. Este diario ha contactado vía mensaje de texto y correo electrónico a los responsables de comunicación institucional de la Agencia Nacional de Aduanas de México, para preguntar por los señalamientos de los empresarios, pero no ha obtenido respuesta.

“El problema”, defiende Almanza, “es que los permisos de importación de combustible se restringieron con este Gobierno, lo que propició el contrabando. Lo que tiene que hacer el Gobierno es abrirlo”, señala. Sobre los tiroteos y ataques a las cámaras del C-5 de este lunes, el empresario ha evitado valorar si los vínculos con el contrabando son directos. ”Es que todo este conjunto de situaciones tiene relación con esto, directa o indirectamente”, ha argumentado.

La violencia de los grupos criminales en la frontera de Tamaulipas es habitual. Diferentes organizaciones con capacidades variables de fuego y planeación pelean por el control de economías irregulares en pueblos y ciudades en una franja de alrededor de 400 kilómetros. No es solo el combustible. Está la droga, metanfetamina, fentanilo, cocaína, etcétera, que fluyen en grandes cantidades al norte. También las personas. Las mafias controlan el viaje de decenas de miles migrantes cada año, desde el sur al centro de México, cobrándoles extorsiones en forma de permisos de tránsito.

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