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El calvario de Altos Hornos de México: entre el proceso de quiebra y unas deudas millonarias con Pemex

La acerera, clave para el Estado de Coahuila, no logra salir de la debacle financiera ante el acecho de sus acreedores y unas deudas al Gobierno que sobrepasan los 700 millones de dólares

Una planta de Altos Hornos de México, el pasado 6 de julio, en Monclova (Coahuila).
Una planta de Altos Hornos de México, el pasado 6 de julio, en Monclova (Coahuila).Julio Cesar Aguilar
Karina Suárez

La empresa Altos Hornos de México sigue en un callejón sin salida. Aunque la otrora compañía más importante del Estado de Coahuila ha asegurado contar con inversionistas interesados en hacer reflotar la empresa, el plan de reestructura financiera aún no llega y las deudas se acumulan. El pasado 30 de noviembre la siderúrgica incumplió en el pago de 112 millones de dólares de su acuerdo reparatorio con Pemex por el caso Agronitrogenados. Aunque el convenio con el que el anterior presidente de Altos Hornos, Alonso Ancira, esquivó la cárcel establecía que ante cualquier impago la petrolera podría hacerse con los fierros y la infraestructura de AHMSA, el proceso de bancarrota en el que se encuentra la empresa en este momento hace inviable cualquier movimiento, sin embargo, eleva el pulso y la incertidumbre respecto al futuro del otrora gigante industrial. El acuerdo reparatorio firmado con Pemex en 2021 incluye siete activos de AHMSA y filiales, que fueron dejados como garantía en favor de la paraestatal, así como acciones de la matriz Grupo Acerero del Norte (GAN).

La empresa se acerca al 2024 en la incertidumbre de si logrará hacer la cirugía mayor que le permita volver a levantar cabeza. En medio de cuantiosas deudas con el Gobierno, una parálisis productiva y el impago a sus acreedores. La propia empresa ha informado a través de la Bolsa Mexicana de Valores que el 30 de enero de 2023 AHMSA fue declarada en proceso de quiebra, de acuerdo con la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, y en paralelo, su subsidiaria Minera del Norte solicitó entrar en concurso mercantil. Posteriormente, afirma la firma, “en un intento irregular”, personas ajenas han buscado que AHMSA, declarada con fecha anterior en proceso de quiebra, quede adherida al concurso posterior de Minera del Norte, lo que es legalmente improcedente y está siendo impugnado por la empresa en las instancias correspondientes. La aclaración tiene como punto de partida la demanda de quiebra iniciada por la compañía Transportes Especializados Bortoni, uno de los acreedores de la siderúrgica. El asunto no es menor, la acerera debe encarar el reclamo de más de un millar de acreedores.

En medio de estos procesos de bancarrota, en abril pasado, se informó que el fondo estadounidense Argentem Creek Partners compró la mayoría de las acciones que tenía Alonso Ancira. Sin embargo, hasta ahora los nuevos dueños no han tomado formalmente la presidencia del grupo, lo que ha despertado incertidumbre y suspicacias en el sector industrial sobre la viabilidad de la empresa y la certeza de que este dinero fresco efectivamente aterrice en las desérticas llanuras de Monclova (Coahuila). La próxima semana será una fecha clave porque se reunirá en su última sesión del año el Consejo de Administración de la empresa, fecha clave sobre el futuro de AHMSA.

Pedro Tello, consultor en temas económicos, advierte de que AHMSA atraviesa una situación de jaque mate. “La deuda que tiene con el Gobierno federal, con Pemex, con la CFE, con el propio SAT, más la que tiene con proveedores de materias primas y, adicionalmente, los problemas que arrastra en materia laboral la colocan en una situación de emergencia financiera a la que habría que agregar la emergencia productiva. Todo el tiempo que ha estado parada la planta supone el deterioro de equipos y el reinicio de operaciones plantea una operación extraordinaria de rehabilitación que, además, supone una inyección de capital”, refiere.

El especialista industrial también afirma que existen las condiciones de dar un viraje en la debacle económica de la siderúrgica, tan pronto se concrete el relevo de inversionistas al frente de la empresa. Tello hace hincapié en que AHMSA sigue siendo rentable debido a su localización privilegiada, de proximidad con Estados Unidos y puede aprovechar el nearshoring y a su experiencia. “Lo que estamos viendo es el inicio de la cuenta regresiva de una empresa que fue importante, pero que al parecer va a morir de inanición, a menos que en los próximos tres meses se tome una decisión relevante al respecto”, comenta.

Raymundo Díaz Robles, profesor e investigador del Tec de Monterrey, refiere que ahora hay una situación simultánea como bien decía de incertidumbre poca información por parte de Gobierno de López Obrador. La reactivación de un monstruo industrial que abarca más de 1.200 hectáreas y miles de empleados, refiere el investigador, tendrá que ser paulatina y en los próximos tres a cuatro años, con una tasa de retorno hasta 2028.

Ante el gran capital de dinero que se requiere para levantar la empresa, el experto aconseja una reestructura de fondo y levantar nueva deuda. “Altos Hornos es muy rentable, está en una zona donde tiene yacimientos cercanos de carbón y de hierro, todo lo que necesita para la fundición y creación del nuevo metal, pero depende mucho de que se reduzca mucho la incertidumbre política y crezca la certidumbre financiera y social”, zanja Díaz Robles.

La acerera hasta el sexenio pasado fue un referente en América Latina, operaba una amplia cadena industrial y de suministros que abarcaba desde la extracción de carbón, hasta la manufactura de diversos productos de acero. La empresa cuenta con dos plantas siderúrgicas en la ciudad de Monclova, ambas tienen una extensión de 1.200 hectáreas. Adicionalmente, en la región carbonífera de Coahuila, existen minas donde se extrae carbón metalúrgico, que es transportado por ferrocarril a las siderúrgicas y constituye la materia prima de la industria del acero en el Estado. Esas minas de la región y toda la actividad económica en torno a ellas depende de la empresa AHMSA.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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