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Detenido José Guadalupe ‘Lupe’ Tapia Quintero, uno de los principales capos del Cartel de Sinaloa

El socio de Ismael ‘El Mayo’ Zambada está considerado por el Departamento del Tesoro de EE UU como el “responsable de adquirir y coordinar el tráfico de cocaína y metanfetamina desde Sinaloa a Arizona y California”

Alejandro Santos Cid
José Guadalupe ‘Lupe’ Tapia Quintero, en una foto de archivo.
José Guadalupe ‘Lupe’ Tapia Quintero, en una foto de archivo.

La cúpula del Cartel de Sinaloa ha encajado un nuevo revés. José Guadalupe Tapia Quintero, uno de los capos de más alto rango del grupo criminal, ha sido arrestado cerca de Culiacán durante la madrugada de este jueves en un operativo de la Guardia Nacional con el apoyo del Ejército, según ha confirmado a este diario la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena). Tapia Quintero, alias El Lupe, es considerado desde 2014 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como uno de los principales responsables logísticos de la organización liderada por Ismael El Mayo Zambada, una de las dos facciones más fuertes del cartel, enfrentada con los Chapitos: los hijos del antiguo socio de Zambada, Joaquín El Chapo Guzmán, condenado a cadena perpetua por la justicia estadounidense.

El Departamento del Tesoro de EE UU calificó a El Lupe el 16 de enero de 2014 como un “teniente mayor” del Cartel de Sinaloa por “su rol en el tráfico de drogas de Ismael El Mayo Zambada” y por “jugar un papel significante en el tráfico de drogas internacional”, reza un comunicado de la entidad federal. “Tapia Quintero supervisa el transporte de cocaína y marihuana para la organización de Zambada y es responsable de coordinar la adquisición y el transporte de cocaína y metanfetamina desde Sinaloa a los Estados Unidos, específicamente Arizona y California, mensualmente”, continúa el documento.

En aquel comunicado, el organismo también identificó a Tapia Quintero como operador para “una célula afiliada con Joaquín El Chapo Guzmán”, que movía metanfetamina desde Sinaloa a Tijuana y Baja California escondida en el interior de tráileres. Un año después, en 2015, El Chapo fue detenido y extraditado a Estados Unidos, donde cumple condena. Su arresto inició una guerra entre las dos facciones más poderosas del Cartel de Sinaloa: Los Chapitos o Los Menores, comandada por tres de los hijos de Guzmán, Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio, detenido a principios de enero; y la liderada por El Mayo, el único capo histórico del narcotráfico mexicano que a sus más de 70 años nunca ha pisado la cárcel.

El Lupe, según la prensa local, fue arrestado por un operativo que incluyó helicópteros en Tacuichamona, un poblado rural de donde algunas fuentes señalan que es originario. El lugar se encuentra en los alrededores de Culiacán, uno de los centros neurálgicos del cartel. En agosto del año pasado, las autoridades ya habían conseguido apresar al hijo del capo, Heibar Josué Tapia, también involucrado en la organización criminal. El gobernador de Sinaloa, el morenista Rubén Rocha Moya, ha confirmado que el narco ya se encuentra en la Ciudad de México y celebró que su captura fue más pacífica que la de Ovidio Guzmán un mes antes, de acuerdo con declaraciones recogidas por Milenio.

La detención de Ovidio desató una respuesta extrema del cartel, que dejó centenares de vehículos calcinados y una ciudad, Culiacán, levantada en armas y narcobloqueos, con imágenes que recordaban a la de los países en guerra abierta. No era la primera vez que las autoridades intentaban arrestar al narcotraficante: en 2019, en una jornada recordada por la población como el jueves negro o culiacanazo, el Gobierno decidió liberar al hijo de El Chapo después de unas pocas horas en cautividad para frenar la espiral de violencia que desplegaron sus secuaces.

La caída del Chapito alimentó la sensación extendida entre la población de que las autoridades benefician a la facción de El Mayo, un capo nunca arrestado, escondido desde hace años en algún lugar de la sierra sinaloense, según los expertos. La detención de Tapia Quintero ahora ayuda a equilibrar la balanza. Su arresto se produce mientras, a miles de kilómetros, un tribunal de Nueva York juzga a Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), uno de los artífices de la estrategia conocida como “guerra contra el narco” y acusado por la justicia estadounidense de ser un colaborador a sueldo del Cartel de Sinaloa.

El funcionario mexicano de más alto rango en ser juzgado al otro lado del Río Bravo enfrenta tres cargos por narcotráfico, uno por delincuencia organizada y otro por dar declaraciones falsas. En una las sesiones del juicio, el antiguo fiscal de Nayarit, Édgar Veytia, alias El Diablo, condenado también en Estados Unidos por narcotráfico, aseguró que García Luna y Calderón dieron la orden de proteger a El Chapo y sus colaboradores —en una época en la que que El Mayo y Guzmán eran socios— frente al resto de capos mexicanos, en plena guerra entre carteles por el control del territorio.

De acuerdo con Milenio, El Lupe tenía una serie de empresas fachadas de transporte y mudanzas que en realidad usaba para traficar drogas de un lado a otro de la frontera. Las compañías están siendo investigadas. Según el diario mexicano, Tapia Quintero también fue policía municipal y se aprovechó de su cargo para escalar en la jerarquía del cartel, hasta llegar al puesto de poder que ha detentado hasta su detención. Ahora su futuro se decidirá en los tribunales. Solo queda por esclarecer si será en los mexicanos o, como muchos de sus antiguos socios y García Luna, al otro lado de la frontera.

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Sobre la firma

Alejandro Santos Cid
Reportero en El País México desde 2021. Es licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre la actualidad mexicana con especial interés por temas migratorios, derechos humanos, violencia política y cultura.

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