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El drama de tener un crédito del Infonavit vinculado al salario mínimo: “La deuda de la casa va a volver a subir”

En México existen 2,3 millones de créditos en riesgo de que aumenten un 8% si no se realiza su conversión a pesos antes del 31 de diciembre próximo

Viviendas del infonavit
El desarrollo de viviendas La Alvorada, a las afueras de la Ciudad de México.Miguel Tovar (AP)
Karina Suárez

Cada año es lo mismo. Judith García y su esposo, lejos de celebrar el alza al salario mínimo en México, lo padecen, saben que irremediablemente la deuda de su crédito hipotecario aumentará. En 2009 su esposo obtuvo un préstamo hipotecario a través del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para adquirir una casa en su natal Durango. Aún no alcanzaban los requisitos para adquirir un financiamiento exclusivo del Infonavit, por lo que la constructora le habló del Crédito Infonavit Total —un financiamiento coparticipado donde la mayor parte la aporta el banco— como la mejor opción. En ese entonces, asegura García, ese financiamiento solo se otorgaba en salarios mínimos y así lo contrataron. Lo que comenzó como una alegría por dejar de pagar rentas y tener un patrimonio propio, valuado originalmente en unos 375.000 pesos, se ha convertido, 13 años más tarde, en una deuda interminable que lejos de saldarse sigue en ascenso.

Hasta 2016 los créditos del Infonavit se otorgaban en salarios mínimos y eso significa que para la gente que tiene este tipo de financiamientos cada que aumenta, también lo hace la deuda total. Gracias a una reforma de ese mismo año, el organismo estableció que para no perjudicar tanto al trabajador se elegirá la tasa mínima entre el aumento al salario mínimo o entre la inflación. Sin embargo, en 2022 se ha registrado la peor escalada de precios de los últimos 20 años, superando el 8%. Así, aunque es un alza menor respecto al 20% de incremento que tendrá el salario mínimo el siguiente año, un aumento de alrededor del 8% pesará en los bolsillos de 2,3 millones de familias que aún tienen un crédito hipotecario bajo estas condiciones. Es por ello, que el Instituto ha urgido en las últimas semanas a que los trabajadores en esta situación realicen la conversión de su financiamiento a pesos antes del 31 de diciembre para esquivar este incremento de golpe.

García se enteró desde mediados de año de la opción de conversión que ofrecía el Infonavit, pero ella es una de las 264.000 personas con este tipo de crédito que excluye el programa por el tipo de financiamiento que contrató. Esto se debe a que su crédito Infonavit Total es un financiamiento coparticipado, es decir, aunque el Infonavit tramita el crédito solo aporta una pequeña parte del mismo, ya que prácticamente el fondeo lo hace el banco y por ende, ellos ponen sus reglas. Tampoco podrán beneficiarse de este programa de conversión los créditos con un proceso judicial por impagos. Y en el caso de los financiamientos cofinanciados entre una institución bancaria y el Infonavit los interesados solo podrán ajustar a pesos la parte que haya aportado el Instituto, pero no la parte que dio la institución financiera.

Vista del Fraccionamiento Valle de San Miguel en Huejotzingo, Puebla.
Vista aérea del fraccionamiento Valle de San Miguel en el Estado de Puebla.Alejandra Rajal

“A mí, la verdad, que me digan subió el salario mínimo, yo digo: ‘chin, la deuda de la casa va a volver a subir y ¿cuándo la voy a terminar de pagar?”, lamenta. Aunque en los últimos 13 años, ella y su esposo han pagado puntualmente sus mensualidades, que ya ascienden a unos 5.500 pesos, aún deben pagar 120.000 pesos y a partir del primer día de enero del siguiente año su adeudo se incrementará en unos 9.000 pesos. En esta última década, García y su familia han enfrentado crisis económicas, incapacidades laborales y una pandemia. Todo, con el temor latente de que si pierden su fuente de ingresos no podrán cubrir las mensualidades de su crédito hipotecario. Su esposo trabaja en ventas y ella atiende una tienda. Apenas sumando los ingresos de sus jornadas maratónicas ellos libran los pagos mensuales de la casa y la manutención de sus tres hijas. “Al Infonavit no les importa si tienes trabajo o no, no les importa si no comes, si no vistes, ellos quieren que pagues y ya. Yo no volvería a sacar un crédito, es esclavizarte con Infonavit”, refiere.

Carlos Martínez, director general del Infonavit explica que hay 2,3 millones de créditos que aún están en salarios mínimos. “Lo que le decimos a la gente es que es ahora cuando más conviene el cambio porque es un periodo de inflación alta, por eso estamos urgiendo a la gente a que haga el cambio”, menciona. El trámite es en línea y gratuito en la página del organismo. El director refiere que se establece que en el nuevo crédito con una tasa de interés fija y acorde al salario del trabajador, que va del 2% al 10,4%. En la mayoría de los casos también se hace un descuento y no cambian el número de pagos que el deudor tenía antes. “A la fecha se han convertido ya 438.000 créditos y se han hecho descuentos sumados por 64.000 millones de pesos. Este programa de conversión inició a partir de esta Administración”, detalla.

El director reconoce que en estos primeros días de diciembre han incrementado estos trámites respecto a otros meses. “Cuando comenzamos este año en promedio se convertían 20.000 y en estos cinco días de diciembre se han convertido unos 32.000 créditos”, refiere. Martínez explica que cada deudor debe hace el trámite digital, ya que es imposible que el organismo lo ejecute en automático. Desde 2017, todos los financiamientos del Infonavit se otorgan en pesos.

Con una inflación inédita en las últimas décadas y una tasa de interés fijada por el Banco de México en 10,5%, Martínez reconoce que sí se ha frenado la oferta de vivienda en el país y por ello la colocación de crédito en este año estará por debajo de 2021. “Los créditos para empresas han tenido un impacto por las tasas de interés, los precios de materiales han tenido una inflación de dos dígitos y eso hace que los proyectos que tenían ya no sean viables y se aplacen proyectos”, agrega. El Infonavit prevé cerrar 2022 con una dispersión de 200.000 millones de pesos en financiamientos, un 9% abajo respecto al año pasado.

A unos mil kilómetros de distancia de las oficinas centrales del Infonavit, en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, Judith García y su esposo ven correr el calendario con resignación ante el inminente incremento de su adeudo. “Mi esposo ya ni quiere hacer cuentas porque se entristece” confiesa García. Sin embargo, tampoco piensan tirar la toalla después de tantos años: “Le seguimos echando las ganas y aquí seguimos pagándola”, concluye entre dientes esta esposa y madre de familia.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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