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Muere Rafael Cauduro, el muralista mexicano que pintaba “mentiras comprensibles”

El pintor, que estaba enfermo y alejado de la escena pública, ha fallecido a los 72 años. Fue el autor de obras maestras como ‘Un clamor por la justicia’, para el edificio de la Suprema Corte

Rafael Cauduro pintando uno de los paneles de la SCJN en su estudio de Ciudad de México.
Rafael Cauduro pintando uno de los paneles de la SCJN en su estudio de Ciudad de México.Cortesía Trilce

El muralista mexicano Rafael Cauduro ha fallecido este sábado a los 72 años. El artista plástico estaba enfermo y permanecía alejado de la escena pública. Cauduro fue autor de obras maestras como Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores, un mural que ocupa tres pisos del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que muestra a una mujer violada, hombres lanzados al vacío, manifestantes atravesados por lanzas o los archivos de casos que se apilan sin seguimiento. Inclasificable y outsider, como lo describieron los críticos, Cauduro había dicho que en sus obras intentaba “hacer una mentira comprensible”: “Siempre que se habla de mi obra se incluyen palabras como realidad o, peor aún, hiperrealidad. ¿Superior a la realidad o esencialmente real?”. Para el artista, más que realismo, en su obra había perversión: “Etimológicamente, pervertir quiere decir ‘gran vuelta’, ‘gran derribe’, ‘gran cambio’ o ‘gran conversión”.

“Informamos con gran tristeza que el gran artista plástico y muralista mexicano Rafael Cauduro falleció el día de hoy. Agradecemos las condolencias y muestras de cariño hacia la familia y a sus hijas, Elena y Juliana”, fue el breve mensaje publicado en las cuentas oficiales del pintor este sábado. La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, lamentó en Twitter la muerte de “uno de los mejores artistas plásticos, de los más importantes del mundo”. “Nos deja su obra y su mirada crítica”, expresó. También lo hizo Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): “Lamento profundamente el fallecimiento del gran Rafael Cauduro. Una enorme pérdida para el arte de México. Su mural en la SCJN será un grito permanente en contra de las injusticias”. A ellos han sumado su pésame decenas de instituciones y representantes del sector cultural. Este lunes a las 17.00 el pintor recibirá un homenaje abierto al público en el Palacio de Bellas Artes.

Otra obra del pintor Cauduro en la exposición Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro), en el Colegio San Ildefonso.
Otra obra del pintor Cauduro en la exposición Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro), en el Colegio San Ildefonso.Claudia Aréchiga (EL PAÍS)

Cauduro nunca tuvo un aprendizaje artístico formal. Estudiaba diseño industrial cuando decidió que dejaría la universidad para ser pintor. Los académicos que estudian su vida y obra opinan que esa fue la razón de su arte en solitario, de que fuera un pintor que trabajaba ajeno a las corrientes pictóricas de su época. El artista ensayó en sus primeros años con el abstraccionismo y el geometrismo. La experimentación lo llevó a salir de la bidimensionalidad y a jugar con la perspectiva para crear espacios imposibles con personajes fantasmagóricos, seres monstruosos o ángeles. Aunque para los expertos no hay una trayectoria lineal en la obra de Cauduro, hay elementos constantes, como el uso que hizo de los materiales: el artista compraba los insumos que necesitaba en la tlapalería.

Este año, la editorial Trilce publicó un libro que reúne más de 400 obras, bocetos y anotaciones inéditas que permiten entender cómo creaba el pintor. También organizó una exposición que se mostró en el Colegio de San Ildefonso, en Ciudad de México. El crítico Juan Rafael Coronel señala en el libro, que se titula Aquí ‘estubo’ Cauduro, que las expresiones del artista “lindan con la rareza”: “Extraño es aquello que nos relata una historia que es de fuera; quizás por eso también sus contemporáneos lo veían distinto”. El error en el título del libro publicado –la b en lugar de la v– hace referencia a faltas ortográficas que Cauduro introdujo adrede en algunas de sus obras. La editora de la obra, Deborah Holz, lo definió también como un “outsider” en una entrevista con este periódico en mayo. Este sábado, Holz ha lamentado la muerte del pintor en un tuit: “Durante seis años trabajamos en la edición de un libro que dio a conocer su impresionante obra. Fue un privilegio haberlo conocido y disfrutado de su inteligencia y sentido del humor”.

“Rafael Cauduro es un ejemplo significativo de algunas de las graves injusticias cometidas por la historia del arte nacional”, había dicho la académica Dina Comisarenco en la presentación del libro. La investigadora, que escribió un ensayo para la publicación, lo atribuyó a “prejuicios” derivados del éxito temprano del artista, que en los ochenta ya tenía la atención del mercado y de las galerías internacionales; de la institución que comisionó el mural –la Corte Suprema de Justicia–, y del estilo realista de la obra que, sin embargo, cuestiona y engaña. Cuando Cauduro presentó su proyecto para hacer ese mural en la Suprema Corte, lo eligieron pese al carácter crítico de la propuesta. Empezó, entonces, su obra maestra para mostrar “las limitaciones, fallas y problemas no resueltos” de la justicia. Gonzalo Vélez, que también escribió un ensayo en Aquí estubo Cauduro, contó a EL PAÍS que en esos años el muralismo “había caído” y se había vuelto un “movimiento panfletario”. Lo que hizo Cauduro, dijo, es “una especie de renovación”.

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