El Banco de México abre la posibilidad de desligarse de la política monetaria de la Fed
La subgobernadora del banco central, Galia Borja Gómez, afirma que la sincronía del ciclo monetario de México y Estados Unidos no es “mecánica” y asegura que se prestará atención a las condiciones de cada economía
El ritmo de las subidas de la tasa de interés para atajar la inflación acapara la discusión al interior del Banco de México. A menos de una semana de que el Banco central del país dictó un incremento de 75 puntos básicos para llevar los tipos a un nuevo máximo histórico del 10% —en sintonía con el aumento de la Reserva Federal en Estados Unidos— la subgobernadora de la institución, Galia Borja Gómez, ha hecho hincapié en que las decisiones de política monetaria de la institución no son “mecánicas” respecto a Estados Unidos y que se evaluarán todas las variables para determinar si México continúa en sincronía con el banco central de EE UU o determinan un desligue respecto la Fed como ya ha ocurrido en Brasil o Chile.
Borja Gómez señaló que el Banco de México junto con otras economías emergentes de América Latina comenzaron el ciclo de alza mucho antes de la Fed y admitió que hay países de Sudamérica que ya declararon el fin de la tendencia. “En el caso de México nos gustaría seguir viendo cosas positivas, que no es por echar campanas al vuelo, pero la inflación general con mejores niveles. Si muchas de estas variables mejoraran, tendríamos que hacerlo [un desacoplamiento]”, refirió al participar en un foro económico en la capital del país este lunes.
Aunque en las últimas quincenas se ha observado una tendencia a la baja en la escalada de precios en el país —la inflación llegó al 8,41% a tasa anual durante octubre— los pronósticos del Banco de México aún son reservados. “La inflación general, si bien disminuyó un poco respecto a su lectura anterior, aún se encuentra en niveles muy elevados y la inflación subyacente mantiene una tendencia al alza que nos preocupa mucho”, admitió la subgobernadora del Banco central. Cuestionada sobre el ritmo al que la junta de Gobierno de la institución ha elevado los tipos de interés, Borja Gómez explico que su voto a favor de elevar la tasa en 75 puntos básicos se sustentó en la convicción conducir a la inflación en el horizonte de pronóstico hacia su meta [del 3%] fijada por el Banco de México.
Ante la inflación más alta de las últimas dos décadas, los tipos de interés en México ya ha alcanzado un nivel inédito del 10%, con cuatro alzas consecutivas de 75 puntos base, en línea con el ritmo del banco central de Estados Unidos. A principios de este mes, la Reserva Federal de EE UU aprobó una subida de los tipos de interés oficiales de 0,75 puntos porcentuales, hasta el rango del 3,75%-4%, los tipos más altos desde la primera mitad de enero de 2008. La Fed anticipó que los tipos van a seguir subiendo, no obstante, tampoco descartó que las próximas subidas sean a un ritmo menor.
La subgobernadora del Banco central reconoció que la postura monetaria de la Reserva Federal es uno de los elementos relevantes para la conducción de la política monetaria en México, sobre todo en un ambiente de mayor aversión al riesgo y de alta volatilidad como el actual, sin embargo, también insistió en que las sincronizaciones del ciclo monetario de México y Estados Unidos no son “mecánicas” y en que se debe prestar atención a las condiciones cíclicas de cada economía. Borja Gómez afirmó que la institución analizará a detalle y prudencia cada variable de cara a las próximas reuniones de política monetaria. “Nos importa la estabilidad de los mercados y creemos que la postura tiene que ser más orientada, no sin mencionar que con este cuarto incremento de 75 puntos base, que ahora podemos tomarlo como muy normalizado, pero no hay que perder de vista que nunca habíamos visto un incremento así, y ahora llevamos cuatro”, dijo.
Las subidas de tipos más agresivas para domar la escalada de precios puede llevar a asfixiar a la economía. Aunque una tasa alta ayuda a contener la inflación de precios, en el otro lado de la balanza encarece el crédito, ya que se utiliza como una referencia en tarjetas de crédito, hipotecas e instrumentos financieros. Esta es la encrucijada en la que se encuentran el Banco de México y el resto de bancos centrales del mundo. Analistas, economistas y empresarios ya han puesto sobre la mesa la interrogante de hasta cuándo México podrá seguir el ritmo de la Reserva Federal de Estados Unidos. “Cualquier economía global, y México no se escapa, nos vamos a tener que acostumbrarse a niveles más altos de inflación a los que estamos habituados, no mucho más, pero va a costar mucho que la inflación regrese a los objetivos que los bancos centrales habían fijado anteriormente”, señaló Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock durante el mismo panel económico.
Durante la última sesión, el Banco de México redujo a la baja su pronóstico de inflación para el cuarto trimestre del año, al pasar de 8,6% a un 8,3%. Sin embargo, el Banco central también advierte en sus previsiones que será hasta el tercer trimestre de 2024, cuando el país consiga llegar a su meta objetivo de una inflación al 3%. La subgobernadora concluyó que entre los factores que pueden presionar al alza este indicador se encuentran, la persistencia de una elevada inflación subyacente [aquella de los productos con menos volatilidad], la evolución de la pandemia de covid-19, un alza en los precios por la ofensiva rusa en Ucrania, una depreciación cambiaria y presiones por mayores costos asociados a las condiciones de contratación o salarios.
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