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Alicia Bárcena, la bióloga que se abrió paso en la ONU por su ‘impresionante’ don de negociación

A sus 70 años de edad, la bióloga es la candidata del Gobierno de México para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La distingue su habilidad de negociar y coordinar, según dicen sus antiguos colegas

Isabella Cota
Alicia Bárcena
Alicia Bárcena, tras una entrevista con EL PAÍS.VÍCTOR SAINZ

Basta coincidir en un evento con Alicia Bárcena (Ciudad de México, 1952) para entender por qué ha llegado a ser la funcionaria mexicana con el mayor rango a nivel internacional. Presidentes de toda Latinoamérica y diplomáticos de alto rango esperan con paciencia su oportunidad para hablar con ella, según cuentan quienes han trabajado con ella. Su trato es ecuánime, cálido, familiar y, por encima de todo, profesional.

Bióloga de profesión y con maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard, Bárcena alcanzó un nivel sin precedentes entre funcionarios en México cuando en 2006, el entonces secretario general de las Nacionales Unidas (ONU), Kofi Annan, la nombró Jefa de Gabinete. Su trabajo le abrió la puerta a la secretaría ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU, puesto que ocupó desde 2008 hasta hace unos meses. Hoy es embajadora de México en Chile pero el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene mayores ambiciones para ella.

El 29 de septiembre, López Obrador anunció que propondrá a Bárcena como directora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), después de que su último director, Mauricio Clever-Carone, fuera destituido tras conocerse detalles de una relación que sostuvo con una colega. El proceso de selección inició el 28 de septiembre, y, durante 45 días, los representantes de los países miembros podrán nominar a sus candidatos. El BID tiene 26 países de la región latinoamericana como miembros prestatarios, mientras que Estados Unidos es parte como miembro no-prestatario. El país norteamericano tiene el 30% del voto final al elegir al líder de la institución.

Con 70 años de edad, Bárcena traería al puesto un pesado directorio de contactos y una muy buena reputación. Un colega, que trabajó con Bárcena de cerca durante muchos años, asegura que su capacidad de negociación, coordinación y su habilidad para ofrecer soluciones es “impresionante”. “Su don de trato, su forma suave de decir las cosas y dar las instrucciones cuando tenía que ser firme es bien particular”, describió. “El trato que daba a los países, la atención y dedicación que daba a las peticiones de los países siempre fueron muy importantes para ella, países tanto pequeños como grandes y de cualquier alineación política”, agregó.

Entrevistas con medios a través de los años ofrecen una ventana a su visión para la región. “El modelo económico que se ha aplicado en América Latina está agotado: es extractivista, concentra la riqueza en pocas manos y apenas tiene innovación tecnológica”, dijo a este diario en febrero de 2020, un mes antes de que la pandemia por la covid-19 confinara a millones de personas. “Nadie está en contra del mercado, pero debe estar al servicio de la sociedad y no al revés”, apuntó.

Un episodio de su vida ha despertado siempre curiosidad. En 1971, cuando todavía era estudiante en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Bárcena fue dirigente del Comité de Lucha, un grupo formado desde la Facultad de Ciencias que estudió y exigió justicia por la masacre de estudiantes en manos del grupo paramilitar conocido como Los Halcones. En entrevista con la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex, en 2009, Bárcena calificó el episodio como “emblemático” en la historia del país.

Ante la pregunta de si se consideró marxista en esa época, Bárcena respondió: “No me siento tan conocedora como para decir que fui marxista, pero pertenecía un grupo en el que creíamos en valores de igualdad y teníamos este sueño de hacer un México bueno, un México nuevo”.

Su primer puesto como funcionaria fue en 1989, cuando tomó las riendas del Instituto Nacional de Pesca y después fue subsecretaria en la entonces llamada Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (hoy Semarnat). En 2016, Bárcena dijo a la revista YA, del diario chileno El Mercurio, que su paso por la Secretaría fue clave al momento de encaminar sus estudios de maestría.

“Llegué a Harvard en 1987 después de haber sido viceministra de Medio Ambiente de México y, en la escuela de Administración Pública, la John F. Kennedy, escogí muchas materias de Economía, porque desde entonces quería ver cómo podíamos traducir el tema ambiental al área económica”, dijo Bárcena. “Además, conocí a una persona que cambió mi vida: Maurice Strong, quien fue secretario general de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992. Y que me invitó a trabajar con él. Así fue cómo ingresé a las Naciones Unidas”, agregó.

Empresario petrolero, de minería, y también diplomático, quien alcanzó altos rangos en la ONU, Strong tuvo una fuerte influencia en Bárcena. A finales de 2021, la embajadora ofreció una entrevista a un podcast en inglés sobre acciones a tomar para prevenir el cambio climático en la que expresa su admiración por el canadiense: “Algún día pagaremos tributo a Maurice Strong… pienso en él bastante. Creo que él realmente anticipó muchas de estas cosas”. Strong falleció en 2015.

En sus años previos a la Cepal, Bárcena compartió el escenario, no solo con Strong, sino con Mijail Gorbachov, Mercedes Sosa y Leonardo Boff, entre otros, como fundadores del Consejo de la Tierra, en Costa Rica, una organización que precedió la cumbre en Río de Janeiro.

En medio de los movimientos feministas que se han vuelto la oposición política más vocal en algunas partes del mundo (ahora mismo en Irán y en el propio México, por ejemplo), la pregunta que resta por responder es: Alicia Bárcena, ¿es una líder feminista? En aquella entrevista con El Mercurio lo deja muy claro: “Las cosas han cambiado y los propios varones así lo comprenden. Pertenezco a una generación de transición. Cuando comencé a trabajar y a estudiar, el escenario para las mujeres era muy difícil. Había una gran desigualdad, no teníamos las mismas oportunidades. Fue una lucha permanente ganarse un espacio. Hoy se hace un poco más fácil”.

Y sentenció: “Llegó la hora para que llegue una mujer a las Naciones Unidas. Para mí sería muy grato -es mi alma máter-, pero además creo que hay muchas mujeres calificadas para eso”.

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Sobre la firma

Isabella Cota
Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.

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