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Los proyectos ‘verdes’ en México, en el limbo en plena pugna energética con EE UU

La Comisión Reguladora de Energía ha negado más de una veintena de permisos eléctricos renovables a privados durante el primer semestre del año

Karina Suárez
Planta solar en San Luis de la Paz, Guanajuato
Un guardia de seguridad en el parque solar Don José, en San Luis de la Paz, Estado de Guanajuato (México).Alejandro Cegarra (Bloomberg)

Un parque solar en Zacatecas de 76,5 megavatios ha sido descartado de un plumazo por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) esta semana. Al proyecto fotovoltaico, que implicaba una inversión de unos 85 millones de dólares, le ha sido negado el permiso de generación eléctrico en la última sesión del órgano regulador. Como este, otros seis proyectos eléctricos renovables fueron descartados por los comisionados de la CRE, todos ellos suman más de 670 megavatios verdes que se han apagado tras la decisión del órgano regulador. En lo que va de este año, más de una veintena de permisos de generación eléctrica solicitados por empresas privadas renovables han sido rechazadas por esta Comisión, una decisión polémica alineada a la cerrazón del Ejecutivo de bloquear el ingreso de más centrales privadas que puedan hacerle competencia a la paraestatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).

A los bloqueos de los permisos energéticos se suma la modificación de la ley eléctrica para darle prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para sus plantas hidroeléctricas y térmicas en la matriz energética, mientras que los proyectos eólicos y solares de propiedad privada quedan en segundo lugar de despacho eléctrico. Una cerrazón a la que contravino después la inauguración de un megaparque solar en el Estado de Sonora, que sumará un giga de energía verde a mediados de julio. Con una inversión de 1.685 millones de dólares, la central será propiedad de la CFE y del Gobierno local.

Las señales contradictorias por parte del Ejecutivo continúan. Luego de su vista a Washington, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abrió la posibilidad de que particulares se asocien con la CFE para impulsar proyectos de energía limpia en el norte del país. “El proyecto que se inició en Sonora, de una planta solar, lo queremos replicar en toda la frontera, no solo para tener energía en nuestro país, sino poder exportar energía a Estados fronterizos de la Unión Americana. De eso hablamos, siempre y cuando la planeación esté a cargo de la Secretaría de Energía y el socio principal sea la CFE”, declaró tras su visita a Estados Unidos.

Turbinas eólicas en Oaxaca
Generadores de la CFE en la granja eólica de La Ventosa, Estado de Oaxaca (México) en 2013.Susana Gonzalez (Bloomberg)

“Se puede permitir la inversión extranjera en sociedad con la CFE. Para tener energía nosotros en el norte y poder exportar energía eléctrica sí hay que replicar las plantas solares, pero necesitamos también plantas de gas, de respaldo, y necesitamos un tendido de líneas de transmisión. Son inversiones fuertes, pero hay interés de parte de inversionistas estadounidenses. Lo mismo en el caso del gas”, añadió el mandatario.

Sin embargo, analistas del sector observan con incredulidad estos mensajes cruzados. En el discurso se habla de una oportunidad de echar andar proyectos verdes, sin embargo, en la práctica la Comisión Reguladora de Energía sigue negando la mayoría de los permisos eléctricos renovables que llegan a su mesa. Montserrat Ramiro, consultora del sector energético, hace hincapié en que este Gobierno se ha dedicado los últimos tres años a cerrar el paso a los proyectos privados de generación eléctrica, solar y eólica. “Este Gobierno ha hecho todo para que no tengamos más renovables y con ese marco no hay ninguna certidumbre para que las inversiones se hagan, ni siquiera te dejan invertir porque la CRE te niega todos los permisos”, refiere.

“¿Cómo un privado va a arriesgar su capital si CFE va a operar la planta, lo que realmente están diciendo no es inversión, sino contratos, y entonces otra vez nos estamos yendo a los esquemas de la década de los noventa y de los 2000 para poder tener electricidad cuando los privados no podían estar, porque de ninguna otra forma un privado va a poner el dinero”, explica.

Presa Belisario Domínguez
La central hidroeléctrica Belisario Domínguez, en el río Grijalva, Chiapas (México), operada por la CFE desde que comenzó a funcionar en 1976.Jeoffrey Guillemard (Bloomberg)

Karla Cedano, presidenta de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), señaló que no existe una claridad sobre el tipo de consorcios que pretende hacer el Ejecutivo con los privados y con la Secretaría de Energía (Sener). “La incertidumbre siempre le pega a las inversiones. Sí nos parece necesario que haya una mejor coordinación del sector, industria, Gobierno y academia. Necesitamos más datos y más claridad”, zanja.

Las especialistas en el sector energético coinciden en que el panorama, que ya era retador, se ha vuelto más complicado ahora que Estados Unidos ha alzado la voz en contra de la política energética de esta Administración. No obstante, para Ramiro esta queja del exterior es una confirmación de lo que han tenido que padecer los desarrolladores privados desde hace meses para intentar sortear una política que a todas luces pretende beneficiar solo a la CFE, a costa incluso de las metas verdes que ya ha suscrito el país.

De acuerdo con las solicitudes de permisos de generación de energía eléctrica presentadas al 10 de junio de 2022, existen más de 60 trámites pendientes a recibir una resolución por parte del Órgano de Gobierno de la Comisión Reguladora de Energía. Entre estas solicitudes, solo siete corresponden a la Comisión Federal de Electricidad y sus subsidiarias, mientras que el resto, son peticiones de empresarios privados. Por tipo de energía, se puede observar que entre los permisos que se encuentran en espera más de 30 de ellos corresponden a generación eléctrica solar y unos 32 a energía eólica.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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