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Mike Vigil: “La Marina detuvo a Caro Quintero pero la DEA les dio la información”

El exjefe de operaciones de la DEA, activo durante los años más duros del capo mexicano, explica los detalles de los operativos contra el crimen organizado

Mike Vigil
Vigil, con combatientes muyahidines en Medio Oriente.MIKE VIGIL
David Marcial Pérez

Mike Vigil ha trabajado para la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) durante más de 30 años, 13 de ellos en México, y está seguro de una cosa: “La Marina detuvo a Caro Quintero, pero la DEA les dio la información”. Una corazonada que choca con la postura de Andrés Manuel López Obrador, que ha asegurado que en la operación del pasado viernes “no tuvo injerencia directa”, contradiciendo incluso a la propia directora de la DEA y al fiscal general estadounidense. El exagente Vigil, que llegó a ser exjefe de operaciones internacionales, asegura que muchas veces los presidentes ni se enteran de las detenciones de los grandes capos hasta casi cuando ya han sucedido. Más todavía en un caso como el de Rafael Caro Quintero, objetivo número uno de DEA desde su implicación en el asesinato de uno de los suyos, el agente encubierto Enrique Kiki Camarena.

Pregunta. ¿Dónde estaba usted cuando asesinan a Camarena?

Respuesta. El asesinato de Camarena fue en febrero de 1985. Yo en octubre del 81 fui trasladado de México a Medellín, Colombia. Por poquito más de un año y luego por amenazas del cartel de Medellín, el embajador decidió cerrar la oficina y me fui a Barranquilla, en la costa norte de Colombia, donde tomé cargo de esa oficina. Cuando fue asesinado Camarena, comenzamos una investigación por todo el mundo para llevar hasta la Justicia a miembros del cartel de Guadalajara. Empezamos a interceptar llamadas de un narcotraficante que tenía residencia en Cartagena. Un día, en una de las llamadas le preguntaban a la criada de la casa si ya estaba todo listo porque venía “el Señor”. Me fui a Cartagena y vimos movimientos raros. Tomé la decisión de intervenir la casa con elementos de la Policía Nacional. Fuimos yo y un coronel y tocamos a la puerta. La criada no abrió, pero por una ventanita vimos que estaba Matta.

P. ¿Juan Ramón Matta Balleteros, el narco hondureño que era el enlace entre los carteles mexicanos y colombianos?

R. Sí. Tumbamos la puerta y Matta se puso a correr con un arma de fuego, una nueve milímetros. Le perseguí y cuando lo iba a matar y me dice “No dispares. Mira, yo sé que usted es de la DEA. Ni yo ni mi compadre tuvimos nada que ver con la muerte de su agente. Eso fue cosa del marihuanero”. Es decir, Caro Quintero.

P. ¿Usted colaboró en todo caso en la operación encubierta de Camarena?

R. Yo no estaba ya en México cuando comenzó la operación en el plantío del Búfalo, en Chihuahua. Pero fue un informante mío el que dio la información. Al parecer una persona se escapó del rancho, llegó con el informante y él fue a la DEA a avisar que había ese plantío enorme de marihuana.

P. ¿Cuándo se entera usted del asesinato y qué sintió?

R. Fue una tragedia. El día más triste en la agencia.

P. A partir del asesinato hay como una especie de promesa o de objetivo de capturar a Caro Quintero.

R. Sí, porque si alguien mata a un agente de la DEA lo vamos a buscar por todo el mundo, con todos los recursos y esfuerzos necesarios. Es muy importante mandar el mensaje a estos narcotraficantes que si matan a un agente nuestro, tarde o temprano, los vamos a capturar.

P. ¿La agencia estaba satisfecha con su primera detención en 1985 y con que fuera a una cárcel en México? ¿O siempre hubo dudas de que pudiera salir?

R. Fue capturado en Costa Rica. Lo deportaron a México y decidieron que iba a estar en una cárcel allá. Nosotros no estuvimos conformes porque en ese entonces todavía tenía la infraestructura criminal para sobornar o amenazar a oficiales en México y posiblemente lograr su escape. Lo condenaron a 40 años porque fue el autor intelectual del asesinato. Pero después de 28 años, un juez estatal decidió que el Gobierno federal no era competente y lo liberó. Pero lo que se me hizo muy raro es que el juez sabía perfectamente bien que tenía causas en EE UU. Lo soltaron temprano en la madrugada. Fue muy sospechoso.

P. ¿Cree que hubo sobornos?

R. No sé, pero fue muy raro. Para nosotros fue como un insulto.

P. Y centrándonos en la captura de la semana pasada. ¿Qué le pareció?

R. Felicito a la Marina porque son los mejores de los mejores. Son héroes.

P. Ha habido un poco de confusión porque tanto el fiscal general estadounidense como la directora de la agencia aseguraron que colaboraron en el operativo. Sin embargo, el presidente López Obrador lo negó. ¿Usted qué cree?

R. Claro que sí. En México las fuerzas de seguridad no tienen fondos para reclutar y pagar a informantes. La DEA sí tiene esos fondos. Durante mucho tiempo han desarrollado a informantes por toda la República. Tienen bastante información y tecnología. Por ejemplo, en el caso de El Chapo Guzmán, ellos triangularon los celulares para poder ubicar las zonas donde estaban estos individuos. En un operativo así es la norma. Quiero decir, la DEA no fue a Sinaloa a capturar a Caro Quintero, porque además López Obrador ha restringido bastante los movimientos de la DEA y ya solo pueden pasar información. La Marina detuvo a Caro Quintero, pero la DEA les dio la información.

P. ¿Cree que la detención haya podido ser una especie de contraprestación al caso Cienfuegos?

R. No creo. Puede incluso que López Obrador ni se haya enterado de la captura hasta el final. Mucha gente dice también que ha sido el resultado de la reunión de la semana anterior entre López Obrador y Joe Biden. Pero así no funciona. Estas cosas llevan mucho tiempo. Por eso te digo que posiblemente él no se enteró de que se iba a llevar a cabo este operativo, porque los presidentes, al menos cuando yo estaba en la DEA, muchas veces no se enteraban hasta después de que se hacían estos operativos. Ellos no estaban al tanto de cada detalle.

P. Pero lo que sí es evidente es que Caro Quintero era un objetivo más de Estados Unidos que de México.

R. Sí, para nosotros era una figura muy importante. Aunque ya estaba muy acabado y no era tan fuerte como en los viejos tiempos. Pero aun así, Estados Unidos había ofrecido 20 millones de dólares por su captura. Eso es mucho más dinero del que se ofreció por la captura de Pablo Escobar o El Chapo Guzmán.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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