Rommel Pacheco: “Le damos mucha importancia al oro, pero yo prefiero un vaso de agua bien fría”
El diputado y campeón del mundo en clavados dice que la política es más dura que el deporte por su desgaste emocional
El clavadista panista. Así le llaman los medios de comunicación, porque este mexicano es campeón del mundo de clavados y además diputado, desde hace un año, del Partido de Acción Nacional (PAN). Y muchas cosas más. Cuando nació, hace 35 años, en Mérida (Yucatán), sus padres le llamaron Rommel, como el zorro del desierto. No es que fueran nazis, así se llama su padre. Pero acertaron en una cosa: el niño siempre quiso ser militar. Y lo consiguió. Quiso ser el mejor del mundo en su disciplina deportiva, y lo logró. Ahora sueña con ser gobernador en su tierra. Participó en varios Juegos Olímpicos, pero ahí no tuvo tanta suerte. París 2024 lo pasará sin el traje de baño. “Me encantaría ir y tengo el nivel para llegar en clavados sincronizados, pero no se pueden hacer dos cosas bien. Me voy feliz”.
Pregunta. Rommel Pacheco, buenas tardes. Deportista, político, militar, filántropo, conferenciante, empresario. Usted se tira de cabeza a todo.
Respuesta. Soy como el Ken de la Barbie, hago de todo un poco. Mi padre decía que descansarás cuando mueras. El deporte enseña a ser disciplinado, constante, a tener objetivos claros y conseguirlos. La vida es un pastel, no puedes descuidar ninguna rebanada. Ahora la porción grande es la de diputado. Yo sé que los políticos no están bien vistos en ninguna parte, desde el otro lado siempre se critica, pero la única manera de hacer cambios reales es a través de la política.
P. Vale, pero que de niño ya dijera que quería ser gobernador de Yucatán…
R. Mi sueño siempre fue eso, como lo fueron los Olímpicos en su día. Como deportista todo el mundo te quiere y te celebra, pero cuando dices política, se mancha todo. Pero los apoyos que tuve, mis papás tocaron puertas de políticos, de empresarios, rifaron, vendieron, eso me dio la posibilidad de competir y viajar. Ahora quiero brindárselo a otros desde la política.
P. Es diputado del PAN, ¿se considera de derecha?
R. Me considero de derecha y centro, y una parte de izquierda. Creo que soy centro. Porque la parte de derecha tiene cosas positivas y la izquierda también, el ayudar a la gente, estar pegado a la gente. Al fin y al cabo, la política es una cuestión de personas, unos y otros lo han hecho bien y mal en cualquier partido. Pero los jóvenes aborrecen la política, ya no quieren ni salir a votar…
P. ¿Qué está haciendo la política por el deporte?
R. No mucho. Depende del país. En China, que están donde están por el trabajo, entendieron que a través del deporte se posicionan en el mundo. Ya casi no hay guerras, y estar en los primeros lugares del deporte, te posiciona. El deporte crea modelos, yo de pequeño quería ser como Michael Jordan.
P. Bueno, pero también puede ser como Maradona…
R. Ja, ja ja. Yo di el discurso de mi universidad, porque tenía buen promedio, y allí lo dije: Ser un medallista no te hace un campeón, el legado, el ejemplo que dejas, sí. ¿Qué haces con una medalla?
P. ¿Qué opina de todos esos famosos que reclutan en México en distintos partidos cada vez que hay elecciones?
R. A mí me incluyeron también en esa burbuja, me señalaban por eso. Mi defensa es que todos pueden estar, pero yo tengo licenciatura, maestría, 11 años en el Ejército, los valores del deporte, soy empresario, doy conferencias. Estoy por arriba de muchos legisladores. No pondría en tela de juicio mis 28 años de carrera deportiva nada más que por tener un cargo.
P. El ego lo tiene bien musculado. Ahora se entiende el título de su libro: Cómo ser el mejor del mundo.
R. [Ríe con ganas] La vida es una jungla y el deporte más, en competencia contra los mejores del mundo. Hay que creer en uno y tener confianza.
P. Ustedes los mexicanos son muy de himnos y banderas. Pero hay 26 millones de pobres, ¿a ellos no les cubre la bandera?
R. Hoy está todo muy polarizado, no solo los que tienen y los que no tienen, y en más asuntos, dividir a la sociedad está mal. Los que más tienen deben compartir, sí. Yo he sido acreedor de muchas ayudas públicas para el deporte, pero me ha costado, tenía un nivel y un compromiso. Hoy muchos programas de ayuda que se dan sin exigir un mínimo de esfuerzo y eso crea una generación de gente sin aspiraciones ni lucha.
P. Ahora sí se le ve más de derecha.
R. Sí, hay que dar asistencia, pero hay que echarle ganas, compadre.
P. ¿Pero usted cree que 26 millones de compatriotas son pobres porque no le echan ganas?
R. Bueno, también es educación, pero hay que dar las ayudas al que lo merece, no por impacto político. Se gastan muchos recursos en promocionar cosas y no se les da a quienes lo necesitan. (Algún día me van a sacar de este y de todos los partidos).
P. ¿Alguna vez se ha lanzado desde la quebrada de Acapulco, donde los mundialmente famosos clavadistas?
R. Me he subido, pero no llevaba el traje de baño… ja ja. No hombre, no, mis respetos a los clavadistas de la quebrada. No tienen técnica y se avientan a la bendición de Dios, tienen valor, se ve espantoso desde arriba, porque yo veo la plataforma y el agua en la piscina, pero allí solo ves piedras y piedras y muy lejos el mar, se ve espantoso. El salto olímpico más alto es desde 10 metros y la quebrada tiene como 22, es impresionante y lo hacen por propinas. Así que, si van a Acapulco denles mucho dinero.
P. Cristiano Ronaldo dijo coca-cola no, agua, y la que se montó.
R. Yo tomo mucha agua, en Yucatán hace mucho calor. Uno de los bienes no valorados hoy es el agua, le damos más importancia al oro, pero yo prefiero un vaso de agua bien fría con hielito. Me va a hacer más feliz.
P. Da miedo verle hacer abdominales, duele la espalda solo con verlo.
R. Ya sé, antes entrenaba ocho horas diarias. Ahora me busco algún espacio, una hora, media… Por más que lo planee me llaman que algo pasó y por más que despierte temprano, el celular suena. Por la noche ya estoy muerto.
P. La política se le hace más dura que el deporte.
R. Es más dura. No es físico, pero el desgaste psicológico y emocional, sí, te llegan muchas historias de vida duras que trato de resolver, pero no siempre se puede. Te quedas con ese dolor.
P. Y la vocación militar, ¿le viene de familia?
R. No, es pura. De niño ya tengo una foto donde ya estoy como disfrazado de general. Me encantaba. Empecé como soldado y llegué a teniente por méritos deportivos.
P. Al Ejército le están dando muchas atribuciones en México. Lo mismo te hacen el trazado de un tren que vigilan las aduanas que reparten vacunas.
R. Eso es por la confianza que le tienen la ciudadanía a la institución. Si no cuentas con alguien confiable pues se lo das al Ejército. Creo que son demasiadas atribuciones, aunque lo hacen bien, pero no debemos cargarle todo el trabajo. Salvaguardar el país es propio del Ejército, pero otras no le competen.
P. Pero si no hay guerra, algo tendrán que hacer.
R. México no pelea hacia afuera, pero es de dominio público que hay una gran guerra contra la delincuencia, muy dura. Mi Estado, bendito sea dios, es muy seguro, pero hay otros que no viven esa realidad. Qué feo vivir con el miedo de ir al súper y que te toque una bala perdida, o te secuestren, es delicado.
P. Muchos mexicanos creen que la violencia de su país es igual en todo el mundo. ¿Ha observado esto?
R. Hay gente que está muy acostumbrada a esa realidad. Es costumbre.
P. ¿Pero no debería combatirse eso, el que se aclimaten a la violencia estructural?
R. Sí, pero no te das cuenta porque estás en ese entorno.
P. Si ponemos un pódium medallista, ¿cuáles serían los tres grandes problemas de México?
R. …
P. Resopla usted.
R. Número uno: educación, en general, se necesita en todo, educar a los políticos, a la sociedad. Dos, la salud, es primordial. Y la seguridad. Esos tres más que un triángulo los pondría en un círculo y los iría moviendo de acuerdo a las circunstancias: puedes tener mucha salud, pero si la gente no tiene educación no irá a los servicios de salud, por ejemplo.
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