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Más allá de la seguridad: las cinco claves del plan para reducir la violencia acordado por México y Estados Unidos

El acuerdo suscrito por los gobiernos de López Obrador y Biden hace hincapié en el desarrollo de las comunidades y mide la capacidad real de colaboración entre los dos países

Entendimiento Bicentenario México Estados Unidos
Andrés Manuel López Obrador, durante una reunión con la comitiva del Gobierno de Estados Unidos.Presidencia
Francesco Manetto

El llamado Entendimiento Bicentenario suscrito este viernes por los gobiernos de México y Estados Unidos es un plan de seguridad que persigue un nuevo enfoque en la lucha contra el crimen organizado. La estrategia sustituye la anterior, conocida como Iniciativa Mérida, alcanzada en 2008 y estancada desde hace años. El propósito central es el de reducir la violencia y los asesinatos, lo que en definitiva significa combatir a los cárteles de narcotraficantes que operan a ambos lados de la frontera. Sin embargo, el diseño del acuerdo va más allá de la seguridad en sentido estricto, plantea un giro en la lucha contra el consumo e incluye el desarrollo de las comunidades como premisa fundamental. El documento consta de tres objetivos y 10 medidas. Estas son algunas claves del programa, de momento un borrador que mide la capacidad real de colaboración entre los dos países.

Las prioridades

Las prioridades de las Administraciones de Andrés Manuel López Obrador y de Joe Biden son la protección de la población, prevenir los delitos transfronterizos y perseguir a las mafias y redes criminales. El compromiso consiste en “crear comunidades más seguras, con mejores servicios de salud y que además sean sostenibles y beneficien a las y los ciudadanos de ambos países”. La prevención es otra de las ideas para hacer frente al “tráfico de drogas, armas, personas, fauna y flora silvestre, así como la trata de personas”. A eso se añade la determinación de desmantelar los entramados financieros de las organizaciones criminales.

¿Cuál es la novedad?

La Iniciativa Mérida ya estaba agotada, pero el programa suscrito al final del segundo mandato de George W. Bush supuso el desembolso de más de 3.000 millones de dólares. No se conoce, de momento, el presupuesto Entendimiento Bicentenario, que deberá concretarse antes de que termine el año. Sin embargo, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha explicado que el nuevo acuerdo marca un salto cualitativo. “La primera diferencia sustantiva es que la Iniciativa Mérida estaba, desde el punto de vista de México, concentrado en la tesis de que había que capturar a los capos de los cárteles y con eso era suficiente [...]. Hoy en día, lo que hay es una estrategia común que es más compleja que eso”, ha afirmado. El trasfondo del acuerdo tiene que ver con el desarrollo, la lucha contra el consumo de drogas y la oferta de oportunidades a los jóvenes. “El éxito de esto no se va a medir porque se capture a un capo y se haga una gran conferencia de prensa”, ha agregado el canciller. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, ha calificado de “holístico e integral” el nuevo marco en una entrevista a Milenio Televisión.

Intercambio de información

Las palabras clave del plan son justicia, inteligencia y cooperación. El objetivo es ambicioso porque pone a prueba la voluntad de los Gobiernos de colaborar y hacerlo sin injerencias. La soberanía es otra de las ideas centrales del plan. Se trata, señala un documento difundido por la Secretaría de Relaciones Exteriores, de busca “una respuesta impulsada por la justicia y el uso de la inteligencia contra el crimen organizado y basada en una cooperación efectiva en materia de aplicación de la ley”. El distinto ritmo de las extradiciones y episodios como la exoneración del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos, acusado de narcotráfico por la DEA, contribuyeron a tensar las relaciones a principios de año. Ahora Washington y México han mostrado su intención de pasar página y han prometido trabajar de la mano bajo tres premisas: la protección de los derechos humanos, el intercambio de la información y el seguimiento de los resultados.

Lucha contra el consumo

Las 10 acciones concretas contempladas por la alianza hacen hincapié en la salud pública y en un cambio de filosofía en la cultura de lucha contra las drogas. Los países se proponen “prevenir y reducir el consumo abusivo de sustancias, en paralelo a limitar los daños asociados con la adicción; mejorar el acceso al apoyo para la recuperación y el tratamiento por el abuso en el consumo de sustancias; compartir las mejores prácticas y lecciones aprendidas para comprender mejor los patrones de abuso en el consumo de sustancias; explorar alternativas al encarcelamiento para casos de abuso en el consumo de sustancias”.

Prohibicionismo y seguridad

El Entendimiento Bicentenario va más allá de las políticas de seguridad. La idea es que “deben atenderse las causas estructurales de la violencia”, al tiempo que “la actual política de drogas, basada en el prohibicionismo y la criminalización del usuario, no ha sido efectiva”. “El nuevo mecanismo de Entendimiento Bicentenario”, ha informado la Cancillería, “atiende no solamente las preocupaciones concretas y cotidianas que comparten México y Estados Unidos, sino el interés por resolver, de raíz, las causas de problemas tangenciales al de la seguridad”. Empezando por el apoyo de las comunidades rurales y fronterizas de México, que llevan décadas sufriendo el abandono de las autoridades y un problema de violencia estructural que requiere, según el Gobierno de López Obrador, una transformación de fondo.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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