Los negocios de Vox: una marca a la conquista de América
El partido ultraderechista español solicita el registro de su logo en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que le daría acceso a numerosos servicios políticos y empresariales
El partido ultraderechista español Vox ha registrado la inscripción de su marca y logotipo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) una vía que le permitiría hacer negocios de promoción, marketing, publicidad, operaciones comerciales, difusión de folletos, sondeos internos, alquiler de tiempo publicitario, consultoría y numerosas operaciones de las que puede servirse un partido político… o una empresa. El diario mexicano El Universal ha tenido acceso a los expedientes con los que esta formación política solicita su registro ante el IMPI. Lo hace, según el diario, por medio del Protocolo de Madrid, en el que se ofrece a las empresas la posibilidad de solicitar una marca en diferentes países. Una vez obtenida y previo pago de las tarifas establecidas, tendrían el campo abierto para operar en un centenar de servicios, entre ellos la consultoría de seguridad nacional.
En los últimos tiempos, Vox ha extendido sus relaciones más allá de España. Lo hace a través de encuentros con partidos políticos de otros países que le son afines, la ultraderecha italiana, la francesa. Y América. El partido parece a la conquista de esos 700 millones de personas que, según su concepción de la geopolítica, conforman la Iberosfera. Este jueves, el líder de la formación, Santiago Abascal, visitó México y se reunió con un grupo de senadores del conservador Partido de Acción Nacional (PAN). De aquel encuentro arrancó firmas de apoyo para su cruzada anticomunista, pero dejó una herida en el partido mexicano que no ha hecho más que sangrar desde entonces. La mitad del partido, incluidos antiguos líderes como el expresidente Felipe Calderón, han rechazado con enorme desdén aquel encuentro del que no quieren saber nada. La ideología que apoyaron con su firma los senadores panistas cristaliza en la Carta de Madrid, un folleto en el que acusa a los gobiernos de izquierda en Latinoamérica de “regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico”.
México no ha sido el único país latinoamericano en el que Vox pretende hacer relaciones. Miembros de la formación también han visitado recientemente Ecuador y mantenido encuentros con representantes del nuevo gobierno de Guillermo Lasso. Hasta dónde esas visitas al extranjero son solo una estrategia política o comercial está por ver. La incursión en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial abre, desde luego, otras opciones. El registro de su marca y logo le permite hacer sondeos internos de comunicación empresarial, servicios de relaciones con medios de comunicación, consultoría de estrategias de comunicación (relaciones públicas), servicios de comunicaciones corporativas, etcétera.
El trámite administrativo, solicitado en abril del año pasado está aún “pendiente”, según El Universal. Mientras corren los tiempos de la Administración, el líder ultraderechista que se dio un baño de política con una quincena de diputados del PAN este jueves, había dejado semanas antes frases como esta en su cuenta de Twitter: “España logró liberar a millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas. Orgullosos de nuestra Historia”. Era su forma de conmemorar la caída de Tenochtitlan bajo las fuerzas de Hernán Cortés y sus aliados. Abascal parece tener en el conquistador extremeño un referente político con el que aleccionar a la derecha española sobre el camino correcto. En marzo de 2019 se caló el casco de guerrero de Cortés como símbolo de una reconquista en plenas elecciones.
Pasan las horas y la tormenta política no parece amainar. Esta mañana ha sido el presidente de Morena, Mario Delgado, el que ha aprovechado su tiempo de política sabatina para cargar contra Abascal en las redes sociales. Le ha llamado inepto por escribir México con jota, como lo puso el líder de Vox en un tuit ayer. Y ha dicho que tanto el PAN como Vox son unos ridículos por abrazar el fantasma del anticomunismo.
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