Las decisiones que afectan a Morena abren una brecha en el Tribunal Electoral entre sospechas de favoritismo
La mayoría de la Sala Superior recrimina al presidente del órgano los retrasos en el fallo sobre Salgado Macedonio mientras crecen las presiones sobre los jueces
Las presiones sobre el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) crecen a medida que se dilata la decisión sobre las candidaturas de Félix Salgado Macedonio en Guerrero y Raúl Morón en Michoacán, ambos de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador. Los magistrados y magistradas de la Sala Superior del órgano tenían que haber tomado la semana pasada una decisión al respecto pero a última hora, la votación fue pospuesta de nuevo hasta el martes. Y esa decisión abrió una profunda brecha interna y dudas de favoritismo hacia el partido de Gobierno.
Cinco de los siete jueces acusaron al presidente del Tribunal, José Luis Vargas, de retrasar la deliberación y expresaron a través de una carta su malestar por una decisión unilateral. El documento fue suscrito por Janine Otálora, Reyes Rodríguez, Felipe de la Mata, Felipe Fuentes e Indalfer Infante, ponente del proyecto que se iba a votar y que propone la cancelación del registro de Salgado Macedonio a las elecciones federales y locales del 6 de junio. La única que se mantuvo al margen del escrito fue la magistrada Mónica Soto.
“[Posponer la votación] implica trastocar principios constitucionales que son nuestra responsabilidad guardar, tales como la certeza, transparencia y seguridad jurídica, máxime si se toma en cuenta que estamos en el proceso electoral más grande de la historia de nuestro país (recordando que todos los días y horas son hábiles), respecto del cual este Tribunal constitucional tiene una responsabilidad con la ciudadanía y los actores políticos”, señalan los jueces en la carta. En su opinión, “la decisión unilateral de diferir las sesiones incide negativamente en la resolución de asuntos de carácter urgente”.
El desacuerdo entre los magistrados y el mayor margen de negociación en la votación es el enésimo episodio que las últimas semanas ha alimentado dudas sobre la independencia de la justicia y la injerencia tanto del Gobierno como de la cúpula de la formación que lo sostiene en la autonomía de los tribunales en general y en el rumbo de los procesos electorales en particular. “Parece que Vargas quiere ganar tiempo y es posible que mientras tanto, Salgado Macedonio, el movimiento que lo respalda [Morena], incluso el mismo presidente puedan ejercer algún tipo de presión”, declara Juan Jesús Garza Onofre, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
El experto considera que si se producen cambios abruptos en el sentido del proyecto o en la votación, el Tribunal Electoral y su presidente enfrentarían un fuerte descrédito sobre su autonomía. “Mostraría claramente que las decisiones del TEPJF dependen de los humores del poder político” y por lo tanto, la confianza en el órgano quedaría menoscabada. “Vargas está golpeando muy duro la legitimidad de una institución que cada día cae más bajo”, sostiene Garza Onofre.
Las señales que ha dado el presidente del órgano sugieren obediencia a las prioridades de Morena y algunas de sus decisiones han provocado un profundo malestar dentro de la Sala Superior, como queda reflejado en la carta suscrita por cinco magistrados. Y a eso se añade otro factor. El Tribunal no tiene en sus manos solo la decisión sobre las candidaturas Salgado Macedonio y Morón a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán. Esos fallos se enmarcan en una negociación más amplia que incluye una resolución sobre el mecanismo, adoptado por el INE e impugnado por el partido oficialista, que busca acotar las bancadas de las mayorías parlamentarias y evitar que haya trasvase de diputados entre fuerzas que acudieron en coalición a estos comicios.
El acuerdo para limitar la sobrerrepresentación en el Congreso es una cuestión estructural que molesta a López Obrador, quien habló abiertamente de “complot” para arrebatarles el control del poder legislativo, y preocupa en la dirección de Morena. El presidente nacional del partido, Mario Delgado, calificó esta decisión del INE de “maniobra oscura y vergonzosa”. En cualquier caso, ya que la Sala Superior se dispone a pronunciarse sobre estos tres expedientes, un sector del Tribunal es partidario de encontrar una salida de consenso con una fotografía final equilibrada.
El caso de Salgado Macedonio ha sido, con diferencia, el que más repercusión ha tenido y el que más indignación ha generado. La campaña de este veterano político cercano a López Obrador, sobre el que pesan dos denuncias por violación, ha estado marcada por la polémica, un fuerte malestar social y la división entre los dirigentes del partido y sus bases feministas. Lo que no consiguieron las mujeres de Morena ni las protestas en las calles, lo consiguió el Instituto Nacional Electoral (INE) que le retiró la candidatura por no entregar el informe sobre los gastos de precampaña. Salgado ya ha dicho en varias ocasiones que por mucho que intenten apartarlo de la carrera electoral, llegará a ser gobernador de Guerrero.
Enfrentado con la autoridad electoral y hasta con su propio partido, al que acusa de no haberle registrado como precadidato, Salgado Macedonio impugnó la decisión ante el TEPJF con la esperanza de que los magistrados le devolvieran a la contienda electoral. Entre tanto, se plantó en las puertas del INE con cientos de seguidores y amenazó a los consejeros que habían votado en contra de él con ir a sus casas a amedrentarlos.
El Tribunal determinó que el candidato sí había violado la ley electoral pero instaba al INE a individualizar las sanciones y a proteger el derecho a ser votado. Los consejeros del INE insistieron en la decisión ya tomada y volvieron a ordenar la cancelación del registro de Salgado Macedonio. Al político, apoyado por el propio presidente desde Palacio Nacional en sus conferencias matutinas, solo le queda una bala en la recámara y este lunes comparecerá ante la Sala Superior para defender su caso.
Los jueces disponen de argumentos adicionales para retirarle la candidatura al Gobierno de Guerrero, porque el aspirante, lejos de limitarse a impugnar la cancelación del INE por los cauces legales, siguió haciendo campaña. De hecho, convirtió la anulación de su registro en un arma para arremeter contra la justicia y sus adversarios. En Morena son conscientes de que, en caso de tener que concurrir con otro candidato, no tendrían muchos problemas para ganar las elecciones en ese Estado. Y la propia autoridad electoral abrió la puerta a la postulación Luis Walton como alternativa.
Sin embargo, López Obrador ha hecho de la defensa de Salgado Macedonio una apuesta casi personal. Lo ha respaldado desde la tribuna de sus conferencias de prensa matutinas. Ha aprovechado para arremeter contra el INE, llegando a calificarlo de “supremo poder conservador”. Y ha tratado de convencer a sus votantes de que las gravísimas acusaciones y denuncias que pesan sobre el político forman parte de una “campaña de difamación”. El presidente, en definitiva, no está dispuesto a ceder, porque el retiro de su candidatura supondría en cierta medida una derrota personal.
El próximo miércoles Guerrero organiza el debate electoral con la incógnita todavía sobre si Salgado Macedonio será o no el candidato de Morena. Los dirigentes estatales del resto de partidos siguen de cerca la decisión del TEPJF y advierten de una posible influencia del presidente López Obrador. Alberto Catalán Bastida, líder del PRD en Guerrero afirmó que la intervención del presidente en este asunto “pone en riesgo su legitimidad”. Tanto él como el líder del PRI en el Congreso local, Héctor Apreza, temen que el sentido de la votación cambie y Salgado Macedonio, puntero en las encuestas, vuelva a la contienda.
“Parece que el TEPJF cambia de color durante cada administración. Desde que tomó posesión López Obrador, muchas de las decisiones no terminan por darle cuadratura al marco constitucional y legal y por ende terminan perdonando multas, haciendo algunas maniobras jurídicas para no poner entre espada y la pared al actual poder en turno”, señala Garza Onofre. El jurista considera que la lenta decisión del TEPJF embarra aún más el proceso electoral. A menos de dos meses de la cita con las urnas, todavía los ciudadanos no tienen claro qué candidato de Morena aparecerá en la boleta.
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