Un incendio consume 350 hectáreas en Tepoztlán, uno de los pulmones verdes de Morelos
Más de 280 brigadistas y voluntarios sofocan el fuego, que ha estado activo cuatro días y ha sido controlado en un 90%
Tepoztlán ha logrado imponerse al fuego. Un incendio forestal que ha estado activo desde el pasado fin de semana ya está prácticamente controlado y ha logrado contenerse en un 90%, de acuerdo con el último parte informativo de las autoridades. Las brasas han consumido al menos 350 hectáreas de uno de los principales pulmones en el Estado mexicano de Morelos. Más de 280 técnicos y combatientes trabajaron en las labores para extinguir las llamas de uno de los sitios turísticos más importantes del país, mientras que dos helicópteros de la Comisión Nacional del Agua y otro más del Ejército han llegado para apoyar en las tareas.
La coordinación estatal de Protección Civil señala que probablemente ha sido el peor incendio en la zona en por lo menos 20 años. El incendio comenzó en la noche del domingo en el paraje de Malinalapa y ha afectado al poblado de Santo Domingo y otras zonas del cerro del Tepozteco, en el corazón de la zona forestal y arqueológica del municipio. Las llamas iniciaron en la zona norponiente de Tepoztlán y se han extendido hacia la franja nororiental hacia las poblaciones de San Juan Tlacotenco y Oztopulco.
Paramédicos y personal auxiliar en las tareas de rescate refieren un saldo preliminar de poco más de una veintena de heridos, ninguno de gravedad. Aunque no se ha detallado el origen específico por canales oficiales, el personal de Protección Civil ha atribuido el fuego a la sequía que ha afectado a más del 80% del territorio del país en los últimos días. En todo México hay casi setenta incendios forestales simultáneos y el de Tepoztlán ha sido uno de los cinco más extensos. El pronóstico gubernamental es que se pueda apagar la mayor parte del incendio hacia finales de esta semana. Las ráfagas de viento, el terreno escarpado y la vegetación seca han complicado la contención del incendio. Los tejones de Santo Domingo, entre otras brigadas comunitarias, reclaman que las aeronaves tardaron demasiado en llegar a los puntos de difícil acceso por tierra, aunque el Gobierno federal y estatal han defendido que la atención ha sido oportuna.
El incendio se propagó todo el lunes antes de que llegara el apoyo por aire, mientras las quejas de los habitantes y los llamados de auxilio se multiplicaban en las redes sociales. La llegada de los helicópteros, sin embargo, ha sido determinante. Mientras que el martes por la noche apenas se había contenido un 50% del incendio, menos de 24 horas después apenas se veían algunas humaredas en las zonas montañosas más alejadas. “Los helicópteros nos permitieron hacer lo que normalmente tardaría un mes, en pocas horas”, afirma Pedro Enrique Clement, coordinador de Protección Civil de Morelos. Las tres aeronaves sobrevolaban las partes más afectadas y descendían a recargar agua de pipas que se colocaron en dos campos de fútbol, ante la mirada de los curiosos que captaban las maniobras con sus celulares.
Tras realizar los primeros vuelos de reconocimiento el martes, los helicópteros han descargado alrededor de 220.000 litros de agua y varios grupos de voluntarios cavaron brechas para evitar que las llamas y los materiales orgánicos quemados avancen por el cerro. Alrededor de una decena de combatientes se han intoxicado por el humo y dos han sufrido quemaduras, de acuerdo con las autoridades.”Todo se pudo haber prevenido, pero la respuesta del Gobierno fue lenta”, afirma Lázaro Rodríguez, al frente de la brigada comunitaria Los Tejones. Rodríguez ha organizado grupos de apoyo durante los últimos 15 años, en una zona en donde los incendios son recurrentes en esta época del año. “No hubo pérdidas humanas ni daños materiales, pero la pérdida para la naturaleza es brutal, todo quedó negro”, lamenta.
Pese a que pasada la tarde ya no había prácticamente rastro del incendio, el Ayuntamiento ha instado a la población a cerrar puertas y ventanas, así como evitar actividades al aire libre. “Se hace un llamado enérgico a la ciudadanía a no ingresar a la línea del fuego, ya que es de alto riesgo por el material rodante, la topografía al encontrarse en una zona de riscos, la alta concentración de humo y los cambios en la dirección de vientos que pueden poner en riesgo su vida y de los brigadistas que se encuentran combatiendo”, han insistido las autoridades municipales en un comunicado. El alcalde, Rogelio Ortega, falleció de covid el martes. Las autoridades habían advertido desde principios de marzo el riesgo de incendios durante la temporada de estiaje y prohibieron el acceso a los visitantes de los cerros de Tepoztlán, unos 80 kilómetros al sur de Ciudad de México. Tras vivir momentos angustiantes, la calma y los turistas han vuelto a las calles. En la trastienda, cientos de hectáreas de bosque de pino y encino que han quedado arrasadas aguardan el recuento final de los daños.
Aunque no se ha detallado el origen específico por canales oficiales, el personal de Protección Civil ha atribuido el fuego a la sequía que ha afectado a más del 80% del territorio del país en los últimos días. En todo México hay casi setenta incendios forestales simultáneos y el de Tepoztlán es uno de los cinco más extensos. El pronóstico gubernamental es que se pueda apagar la mayor parte del incendio hacia finales de esta semana. Tampoco se ha dado a conocer cuántas personas han tenido que ser evacuadas.
Las ráfagas de viento, el terreno escarpado y la vegetación seca han complicado la contención del incendio. Los tejones de Santo Domingo, entre otras brigadas comunitarias, reclaman que las aeronaves tardaron demasiado en llegar a los puntos de difícil acceso por tierra, aunque el Gobierno federal y estatal han defendido que la atención ha sido oportuna. El incendio se propagó todo el lunes antes de que llegara el apoyo por aire, mientras las quejas de los habitantes y los llamados de auxilio se multiplicaban en las redes sociales.
Tras realizar los primeros vuelos de reconocimiento el martes, los helicópteros han descargado más de 224.000 litros de agua y varios grupos de voluntarios cavan brechas para evitar que las llamas y los materiales orgánicos quemados avancen por el cerro. Alrededor de una decena de combatientes se han intoxicado por el humo y dos han sufrido quemaduras, de acuerdo con las autoridades. Al cabo que varios habitantes temen que el incendio se extienda hacia sus domicilios, el Ayuntamiento ha instado a la población a cerrar puertas y ventanas, así como evitar actividades al aire libre. “Se hace un llamado enérgico a la ciudadanía a no ingresar a la línea del fuego, ya que es de alto riesgo por el material rodante, la topografía al encontrarse en una zona de riscos, la alta concentración de humo y los cambios en la dirección de vientos que pueden poner en riesgo su vida y de los brigadistas que se encuentran combatiendo”, han insistido las autoridades municipales en un comunicado.
El alcalde, Rogelio Ortega, falleció de covid el martes. Las autoridades habían advertido desde principios de marzo el riesgo de incendios durante la temporada de estiaje y prohibieron el acceso a los visitantes de los cerros de Tepoztlán, unos 80 kilómetros al sur de Ciudad de México. Los incendios son recurrentes en esta época del año. Funcionarios de los tres órdenes de Gobierno han insistido que los habitantes están fuera de peligro, mientras sigan las recomendaciones y permitan que combatientes capacitados se encarguen de la contención del incendio.
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