La salida de capitales de México se acelera durante la pandemia
La mitad del dinero transferido del país a cuentas en el extranjero el año pasado se dio en los últimos tres meses, al mismo tiempo que el Gobierno promovió controvertidas iniciativas de ley
México sigue perdiendo dinero. Datos del Banco de México muestran que durante los últimos tres meses de 2020 se aceleraron las transferencias de capital hacia el extranjero, periodo que coincide con el impulso de propuestas de ley que han sido altamente criticadas como dañinas al clima de negocios. La propuesta laboral para prohibir la subcontratación, la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica para beneficiar a las empresas del Estado y la iniciativa que obligaría al banco central a captar dólares en efectivo, todas fueron promovidas por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, o por su partido en el Congreso al final del año pasado.
De acuerdo con el banco central se transfirieron 18.758 millones de dólares de México al extranjero el año pasado, un salto de 44% en comparación con 2019. Más de 9.000 millones de dólares salieron tan solo en los últimos tres meses de 2020. Esta salida de capitales va en línea con la noticia de que JP Morgan, uno de los bancos de inversión más grandes del mundo, está en proceso de cerrar su servicio de banca privada en México, el cual está enfocado en administrar fortunas de personas o familias.
La tendencia es que quienes tienen recursos en México están buscando la manera de alojarla fuera del país en monedas más estables y países con mejores perspectivas económicas. Expertos y observadores de la banca internacional en el país calificaron esta decisión de “preocupante”, ya que refleja no solo las tensiones entre el sector privado y el Gobierno federal, sino también el daño económico de la pandemia en el país.
“Esta tendencia de salidas que se acentuó durante la última parte del año se deben a que el entorno de incertidumbre para hacer inversiones en el país continúa deteriorándose”, dice Jessica Roldán, directora de análisis económico en la firma Finamex. ”La expectativa de recuperación económica para 2021 es modesta, bajo cualquier métrica y las reglas del juego siguen cambiando. Estas iniciativas de ley definitivamente contribuyen a agudizar aún más el entorno de elevada incertidumbre”, agrega.
El Gobierno de López Obrador se enfrentó con la iniciativa privada desde temprano. Antes de tomar el poder en diciembre de 2019, el entonces presidente electo canceló la inversión en infraestructura más grande de la Administración anterior, lo cual generó incertidumbre sobre el clima de negocios en el país, que representa la segunda economía más grande de América Latina.
Su Administración ha buscado la manera de revertir la apertura del sector energético, limitando los permisos a empresas privadas de electricidad. Actualmente, el Congreso tiene pendiente votar por tres iniciativas promovidas por el mismo presidente o por su partido que han sido altamente controvertidas. El Gobierno busca reformar la ley laboral de manera que la subcontratación, o el outsourcing, quede prohibido; otorgar un privilegio a la empresa estatal de electricidad por encima de sus competidores a través de una iniciativa en la Ley de la Industria Eléctrica y obligar al banco central a comprar dólares, lo cual es ampliamente interpretado como una vulneración a la autonomía de la institución.
Al mismo tiempo, los extranjeros han invertido cada vez menos en bonos de deuda del Gobierno denominada en pesos, una señal de que la confianza en la economía de México a futuro se está perdiendo. En los últimos dos años, los extranjeros pasaron de tener cerca del 32% de los bonos de largo plazo del Gobierno a menos del 25% en enero de este año.
“La tenencia de extranjeros es importante por varias razones”, explica Luis Gonzali, estratega de deuda y macroeconomía de la firma Franklin Templeton en Ciudad de México. “Primero, te indica el sentimiento del inversionista global sobre el rumbo de la economía mexicana. Una tenencia alta de extranjeros implica una confianza alta en la economía, y viceversa”. Además, agrega Gonzali, hace más amplia la base de inversionistas dispuestos a comprar deuda local, ayudando a la Secretaría de Hacienda a financiarse en su propia moneda y no en dólares. La salida de los extranjeros en bonos del Gobierno se ha exacerbado en los últimos 12 meses a raíz de la crisis por la pandemia de la covid-19, apunta el experto. Como consecuencia, el Gobierno federal se verá obligado a financiarse en el mercado externo, en dólares, lo que hace la deuda más cara.
El extranjero invertido en pesos busca que el peso se fortalezca, explica Gonzali, “sin embargo, si las perspectivas del país no son buenas, esto hará que el tipo de cambio se deprecie, y el extranjero pierda dinero”.
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