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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Manzanero, un puente mexicano con el Caribe

El cantautor representa a una rica tradición que tiene su epicentro en Mérida, la capital de Yucatán, una ciudad que dialoga musicalmente con Cuba, Ecuador y Colombia

Armando Manzanero canta en La Habana, Cuba, en julio de 2018.
Armando Manzanero canta en La Habana, Cuba, en julio de 2018.Jorge Beltrán (AFP)

La trascendencia musical de Armando Manzanero Canché hay que explicarla en toda su capacidad creativa, pero también en la tradición desde la que se construyó y proyectó: la trova yucateca. Esa hibridación cultural entre lo colombiano [bambuco y pasillo] y lo cubano [bolero], dio como resultado a la trova yucateca. Manzanero, nacido el 7 de diciembre de 1935, en Mérida capital de Yucatán, se incrusta en esta tradición. No está solo, pertenece a una comunidad: la yucateca. Abandera a la segunda generación del género durante el siglo XX: la primera fue encabezada por Guty Cárdenas. Ambos fallecieron en la Ciudad de México.

La geopolítica cultural es fundamental para entender el proceso artístico de Manzanero. Para dimensionar el legado del maestro yucateco, hay que situarnos en y desde la tradición. Manzanero representa a una rica tradición musical que tiene su epicentro en Mérida, una ciudad que musicalmente dialoga con Cuba, Ecuador y Colombia; proyecta en sus guayaberas y en sus pantalones de lino, la identidad Caribe.

Artífice de los romances de Luis Miguel, a principios de la década 1990, Manzanero nos deja un legado de más de 600 composiciones, entre boleros, pasillos y bambucos. Manzanero representa a Yucatán, a México y al Caribe. Desde la composición es, absolutamente, el padre de la canción-bolero mexicana.

Hijo de Santiago Manzanero, músico-fundador de la Orquesta Típica Yucalpetén, ejecutante de jaranas yucatecas y activo participante de las vaquerías [práctica cultural colonial asociada con las haciendas de la península yucateca]. Como dije: Armando Manzanero Canché es producto de la tradición musical yucateca.

Nunca en el mundo, su primera composición, se ubica en 1950. CBS se erige como su primera casa grabadora, tan importante para el desarrollo de la música popular mexicana durante la segunda mitad del siglo XX. En 1993 fue reconocido por Billboard con el premio a la excelencia por su trayectoria musical. En el 2001 ganó el Grammy. Fue Presidente de la SACM en 2010. En 1996 grabó el multipremiado álbum: Nada personal. En 1997, bajo su producción musical, Luis Miguel interpreta, Por debajo de la mesa. Mediáticamente, la década de 1990 fue la más importante en la historia de Manzanero. Fue cercano a la española, María Dolores Pradera.

Manzanero componía mediado, a veces, por un acordeón-concierto y otras por un piano. Musicalmente, no sorprende que el yucateco transitara entre dos instrumentos decimonónicos: están construidos sobre el mismo principio-estructura. Desde la elección instrumental, Manzanero era, pronunciadamente, decimonónico.

Armando perteneció a una familia vinculada al arte: su abuela, por ejemplo, dirigió una compañía de danza clásica en Mérida, Yucatán: Herencia es destino.

Aprovechando los circuitos migratorios-artísticos, Mérida-CDMX, exponenciados por Guty Cárdenas y por Pedro Infante, en la primera mitad del siglo XX, Manzanero emigró a la Ciudad de México, a finales de la década de 1950. Fue arropado por Luis Demetrio, destacado ejecutante yucateco, adscrito a la tradición de la trova yucateca. Otros circuitos musicales que construyeron los yucatecos, y que Manzanero aprovechó con pulcritud, fueron los tejidos con Cuba y con New Orleans.

Con su muerte, la tradición yucateca se cimbra, pero, a la vez, se revitaliza y rejuvenece. Ojalá, el Gobierno del Estado de Yucatán salve el Museo de la Trova Yucateca, al borde del colapso por la pandemia y sus consecuencias económicas. Sería una bella forma de homenajear al maestro Armando Manzanero Canché.

Cierro estas breves líneas dedicadas al maestro Manzanero, con una lista de canciones que, seguramente, amable lector, disfrutará, atemporalmente: Esta tarde vi llover, Algo contigo, Mía, Voy a apagar la luz, No, Te faltó valor, Será que hoy, Quién me viera, Hoy no, Somos novios, Cuando estoy contigo, No sé tú.

Este tiempo, es la última grabación que Armando Manzanero realizó, acompañado por Rodrigo de la Cadena [extraordinario músico defeño de ascendencia yucateca] horas antes de ser internado en el hospital. Murió de Covid-19. Descanse en paz.

Luis Omar Montoya Arias, historiador especializado en música del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

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