Tres premios Nobel para la FIL más digital

Rebajada pero viva. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) arranca este sábado tras meses de incertidumbre en los que se especuló incluso con una posible cancelación. La 34 edición del mayor certamen editorial en español se trasladará al mundo digital, como la mayoría de eventos culturales durante este año pandémico. Con menos munición de la habitual -el año pasado fueron 800 los autores invitados, por los 300 de este año- pero manteniendo un programa con primeras espadas del panorama literario internacional y dos premios Nobel de Ciencia y uno de la Paz.

Durante una semana -del 28 de noviembre al 6 de diciembre- los salones del centro de exposiciones de Guadalajara, un caserón de 34.000 metros cuadrados, serán reemplazados por las pantallas del ordenador. El novelista indobritánico Salman Rushdie tendrá un mano a mano con el español Javier Cercas. El cubano Leonardo Padura diseccionará el proceso creativo de sus obras en un acto organizado por la Embajada de México en Cuba y EL PAÍS. La poeta libanesa Joumana Haddad inaugurará el salón (virtual) de poesía. Más nombres: Sergio Ramírez, Etgar Keret, Guillermo Arriaga o Camilla Läckberg.

“Hemos trabajado en unas circunstancias nuevas y desconocidas. Pero consideramos que hemos conseguido presentar un programa sólido que refleje el espíritu de la feria durante todos estos años”, apunta por teléfono su directora, Marisol Schulz. Los bloques clásicos del certamen permanecen. Aunque esta vez no habrá país invitado. “Iba a ser el emirato árabe de Sharjah, pero en este caso perdía todo el sentido hacerlo digital. El invitado de honor viene a hacer negocios editoriales y a mostrar una manifestación de su cultura con un pabellón propio. Iba a ser además nuestro primer invitado árabe. No hemos querido quemar esa nave y lo hemos trasladado al 2022”, añade la directora. Para el año que viene, el país invitado ya confirmado será Perú.

En el apartado de galardones, Lídia Jorge, una de las novelistas de Portugal más laureadas y con una trayectoria profundamente marcada por el boom hispanoamericano, recibirá el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. La argentina Camila Sosa Villada, el premio Sor Juana Inés de la Cruz por Las Malas, una historia de hadas y de terror que gira al rededor de un grupo de travestis que se prostituyen en un parque de Córdoba (Argentina). El poeta mexicano Marco Antonio Murillo será galardonado con el José Emilio Pacheco y el premio de Literaturas Indígenas de América será para la poeta chol Juana Karen Peñate Montejo, por su poemario Isoñil ja´al (Danza de la lluvia).

A diferencia de Fráncfort, que también ha volcado este año su programa en lo digital, la FIL es una feria con público. El peso del negocio es, en todo caso, crucial. México es la pasarela tradicional para el mercado latinoamericano y la FIL su trampolín. La venta de libros y de derechos superó el año pasado los 40 millones de dólares con la asistencia de más de 20.000 profesionales del libro. La organización también ha dispuesto plataformas digitales para la negociación entre agentes y editores. Para este año, el registro de profesionales ha alcanzado los 3.000.

Sin los ingresos habituales de público, profesionales y alquiler de expositores, la FIL calcula que las pérdidas de esta edición ronden los 30 millones de pesos (alrededor de 1,5 millones de dólares), que esperan compensar el año que viene gracias a los beneficios obtenidos en ediciones anteriores. La feria seguirá funcionando también como centro de debate y pensamiento. Mesas sobre migración, desarrollo, o ciencia con ponentes como los dos Nobeles de Química, Venki Ramakrishnan y Aarón Ciechanover, con una ponencia titulada Dilemas morales ahora y más allá de la pandemia del Covid-19. Un tercer Nobel, Mohamed ElBaradei, ganador del galardón de la Paz 2005, tomará la palabra en el encuentro internacional de juristas.