Más autoestima, más confianza y más amigos: cómo el deporte favorece la salud mental de los adolescentes

Además de los beneficios físicos, practicar ejercicio tiene un impacto positivo en el manejo del estrés o la ansiedad. Para los expertos, padres y madres deben animar a sus hijos a ser activos desde pequeños para que lo terminen incorporando como un hábito

El deporte de equipo ayuda y fomenta las relaciones sociales sanas.South_agency (Getty Images)

La adolescencia es una etapa de grandes cambios en la vida de cualquier persona: modificaciones hormonales, físicas y, por supuesto, a nivel psicológico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 10% y un 20% de los adolescentes europeos padece algún problema de salud mental o de comportamiento. Alrededor de dos millones de jóvenes sufre un trastorno mental en Europa, en distinto grado de severidad, seg...

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La adolescencia es una etapa de grandes cambios en la vida de cualquier persona: modificaciones hormonales, físicas y, por supuesto, a nivel psicológico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 10% y un 20% de los adolescentes europeos padece algún problema de salud mental o de comportamiento. Alrededor de dos millones de jóvenes sufre un trastorno mental en Europa, en distinto grado de severidad, según el Instituto de la Juventud. Y España se sitúa como el país europeo con mayor prevalencia de estas patologías en niños y adolescentes, según Unicef. ¿Cómo se pueden mejorar estos datos? Para los expertos, una solución puede ser practicar deporte. Aunque en España cada vez se hace menos ejercicio.

Según la guía de Actividad física y salud en la infancia y la adolescencia. Guía para todas las personas que participan en su educación, publicada en 2009 (la única hasta la fecha) por el Ministerio de Sanidad, los niños y niñas de hoy gastan aproximadamente 600 kilocalorías diarias menos que los de hace 50 años. Y las razones son, según se indica, multifactoriales, como, por ejemplo, realizar actividades más sedentarias como ver la televisión, navegar por internet o engancharse a videojuegos, que han sustituido el juego al aire libre. Otros motivos que se señalan son que hay menos ejercicio físico en las actividades extraescolares o el aumento del transporte motorizado (no ir andando al colegio, por ejemplo).

Hacer ejercicio tiene múltiples ventajas a nivel físico, pero durante la adolescencia también es fundamental en el plano psicológico. “Sabemos que el ejercicio es importante para el cuerpo, por eso intentamos sacar un hueco para hacerlo porque está muy interiorizado que es bueno para la salud, pero la población general no sabe que es igual, o incluso más significativo, para la mente”, explica la psicóloga infantojuvenil Lorena González. “Todos los profesionales intentamos que nuestros pacientes practiquen en algún momento algo de ejercicio, porque hay numerosos estudios —entre ellos, Actividad física, naturaleza y bienestar mental: una revisión sistemática, elaborado por la Universidad de Murcia en 2022, o Un ensayo aleatorio controlado de Hatha Yoga comunitario para depresión de moderada a severa, realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts en 2023— que demuestran que la práctica de ejercicio tiene un impacto positivo en el manejo del estrés, de la ansiedad y, especialmente, de la depresión”. “Además, el deporte provoca que nos sintamos mejor con nosotros mismos, aumentando la autoestima, cosa importante de fortalecer en una etapa tan difícil y frágil como es la adolescencia”, continúa González. Si el ejercicio les hace adquirir fortaleza física, eso les generará una confianza especial, según explica la profesional. “A su vez, el deporte de equipo ayuda y fomenta las relaciones sociales sanas”, agrega.

Según explica la psicóloga, se está llevando a cabo desde hace años en Islandia un programa gubernamental para predecir si los jóvenes que practican deporte tienen menos adiciones, y así parece ser que es. Los adolescentes que hacen actividad física con amigos tienen menos posibilidades de desarrollar una adicción y consumir drogas porque el propio ejercicio les genera esa motivación y enganche que no necesitan adquirir de otras formas. La experta se refiere al modelo Youth in Iceland, cuyos primeros resultados se publicaron en 2023 y que busca disminuir las condiciones propicias para el uso de drogas, así como potenciar los factores protectores de los adolescentes frente a estas.

Mar Planas, reconocida entrenadora personal —cuenta con 335.000 seguidores en Instagram—, considera que el ejercicio debe estar presente siempre en nuestras vidas, pero en la adolescencia cobra mayor importancia: “Está demostrado que la persona que lo practica mejora la confianza en sí misma y la autoestima, además de ser una forma de establecer hábitos saludables que se extienden a otras áreas de su vida. Las personas que hacen deporte es más fácil que coman mejor, que beban menos alcohol o que se acuesten antes”, explica.

Los padres deben ayudar a que sus hijos amen el deporte, para esto es importante que, desde pequeños, se les apunte a actividades. Zia Soleil (Getty Images)

“Las personas que entrenan fuerza”, agrega Planas, “mejoran la materia gris del cerebro, optimizando la función cognitiva, la memoria, mayor capacidad de concentración y ayudando a prevenir enfermedades degenerativas”. Para la entrenadora, lo más importante es que el niño tenga la práctica del deporte como hábito: “Sugiero que empiecen con un entrenamiento de fuerza, pero que concuerde con el gusto del pequeño, hay menores que prefieren más el deporte en solitario y otros en equipo”. Para ella, la mejor manera de que los niños hagan deporte es que vean a sus padres, hacerlo porque copian todo lo que hacen.

“Hay que diferenciar deporte o actividad física porque la segunda se refiere a llevar una vida activa, moverse, desplazarse caminando, por ejemplo, subir y bajar escaleras, saltar, pasear al perrito, elegir actividades que requieran movimiento, es decir, cualquier actividad que active los músculos, mueva el cuerpo y genere energía”, explica Abigail Huertas Patón, psiquiatra y psiquiatra infantojuvenil del Hospital Gregorio Marañón, en Madrid. “El ejercicio produce diversión, aprendizaje y respeto a las normas, favorece la socialización, ayuda a tolerar la frustración, fortalece el cuerpo. Mejora los ritmos de sueño y vigilia y el crecimiento”, detalla la doctora.

Huertas también añade que realizar actividad física de forma sostenida produce cambios estructurales a nivel cerebral, liberando diferentes neurotransmisores que median en los procesos atencionales y cognitivos, como la dopamina, serotonina, noradrenalina, en diferentes zonas del cerebro: “Además de estos neurotransmisores tan conocidos, el ejercicio estimula en el cerebro secreción de factores de crecimiento que modulan el mejor desarrollo cerebral y del organismo. Se activa la circulación, que oxigena mejor nuestros órganos y todo nuestro organismo funciona mejor”.

Para ayudarles a que amen el deporte es importante que, desde pequeños, se les apunte a actividades y vayan probando hasta que sepan en cuál se sienten más cómodos y cuál les gusta más”, explica Julio Domínguez, deportista y creador de BiciHack, un buscador online de bicicletas. Domínguez señala que es necesario que la actividad física se mantenga en el tiempo, que les encante y que se les dé bien: “Si alguna de estas condiciones falla, hay pocas posibilidades de que sigan implicados”. El experto incide en que es importante no forzar al menor, pero sí animarle y facilitar que asista a las actividades con horarios adecuados.

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