Trump anuncia que viajará a China en 2026 tras una llamada con Xi para sellar el acuerdo sobre TikTok en Estados Unidos
El pacto permite que la red social de vídeos, sobre la que pendía una prohibición de operar en Estados Unidos, pueda seguir haciéndolo
El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han mantenido este viernes una conversación telefónica, según han confirmado los medios estatales chinos, primero, y el propio Trump, después. La conversación ha servido para constatar, según el presidente de Estados Unidos, que ambos líderes han sellado un “acuerdo” para que la popular aplicación de vídeos TikTok, sobre la que pendía una prohibición del Congreso, pueda seguir operando en Estados Unidos, y también para fijar un calendario de próximos encuentros. Primero, se verán en Corea del Sur en octubre. Después, Trump viajará a China “a principios del próximo año”; y Xi visitará Washington “en el momento oportuno”.
La entrevista llega en un momento en que soplan vientos favorables en una relación que estaba maltrecha, después de que delegaciones comerciales de ambas capitales se vieran el lunes en Madrid. Los mensajes divulgados por ambas partes evitan aclarar cómo queda el elemento de mayor tensión entre los dos países: la guerra arancelaria.
El mensaje completo del republicano se publicó en Truth, su red social: “Avanzamos en muchos temas importantes, como el comercio, el fentanilo, la necesidad de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania y la aprobación del acuerdo de TikTok”; escribió el presidente de Estados Unidos, que no dio más detalles sobre ese pacto.
Sobre el plan de encuentros, añadió: “También acordé que nos reuniríamos [en octubre] en la cumbre de la APEC [siglas del Foro Económico Asia-Pacífico] en Corea del Sur, que yo iría a China a principios del próximo año y que el presidente Xi también visitaría Estados Unidos en el momento oportuno. La conversación fue muy positiva; volveremos a hablar por teléfono; agradezco la aprobación de TikTok y ambos esperamos reunirnos en la APEC”.
Antes había hablado la parte china, para decir que ha sido un intercambio “franco” en el que Xi ha destacado el papel de ambos países como aliados en la II Guerra Mundial antes de meterse a conversar sobre las trincheras comerciales del presente. “Debemos apreciar la paz y crear el futuro sobre la base de recordar a los mártires y la historia”, ha señalado el presidente chino, según la lectura oficial publicada en los medios estatales chinos.
“China y Estados Unidos pueden perfectamente impulsarse mutuamente, prosperar en común, beneficiar a ambos países y contribuir al mundo”, ha apuntado Xi, destacando que ambos han de “hacer esfuerzos para lograr el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación en la que todos ganan”.
También ha resaltado la importancia de las recientes consultas de las delegaciones estadounidense y china, y se ha referido de forma expresa a TikTok. Sus palabras invitan a confirmar que el acuerdo goza del beneplácito de Pekín. “El Gobierno chino respeta los deseos de las empresas y se complace en ver que las empresas hacen un buen trabajo en las negociaciones comerciales sobre la base de las reglas del mercado para llegar a soluciones que cumplan con las leyes y regulaciones chinas y equilibren los intereses”, ha señalado. A su vez, ha añadido, espera que “Estados Unidos proporcione un entorno empresarial abierto, justo y no discriminatorio” para las inversiones de las empresas chinas. El comunicado también dice que Pekín apoyará las consultas de ambos equipos “para resolver adecuadamente el problema de TikTok”.
Trump, siempre según la lectura china, ha loado el reciente desfile militar con el que China celebró el 80º aniversario del final de la guerra contra los japoneses: fue “maravilloso”, ha dicho. Y ha resaltado “la cooperación entre los dos países” como vehículo para propiciar “la paz y la estabilidad mundiales”. Ha asegurado que Washington espera mantener una relación “buena y a largo plazo” con China, y promover la cooperación económica y comercial entre los dos.
La red social de vídeos cortos, enormemente popular entre los jóvenes, se ha convertido de este modo en la excusa de Washington y Pekín para encauzar parcialmente las relaciones. La charla, cuya duración no ha trascendido, es la primera conversación telefónica de los líderes desde junio, y la tercera en lo que va de año.
El encuentro en Corea del Sur será en octubre poco antes de que concluya en noviembre la tregua decretada por Trump en la aplicación de los aranceles a China.
La llamada pone fin a una semana que arrancó con espíritu conciliador en Madrid. Las delegaciones comerciales de ambos países se dieron cita en la capital española para resolver su larga lista de agravios, y lograron pactar un principio de solución para desgajar la propiedad de TikTok de ByteDance, su matriz china.
Sobre la red social china, con 170 millones de usuarios en Estados Unidos, pendía la prohibición de Washington, a menos que su matriz, ByteDance, aceptara vender su filial estadounidense. La medida fue aprobada en 2024 por el Congreso estadounidense, aún con Joe Biden en la Casa Blanca, alegando motivos de seguridad nacional debido a los vínculos de TikTok con el Partido Comunista China. La respaldaron ampliamente los dos partidos y el Tribunal Supremo la confirmó poco antes de la toma de posesión de Trump. Este aplazó en tres ocasiones la entrada en vigor de la ley.
El principio de acuerdo alcanzado, según señaló la delegación de la República Popular, implica que la compañía china estaría dispuesta a delegar la operación de los datos de usuarios estadounidenses y de los servicios de seguridad de contenidos, y autorizaría el uso de algoritmos (una de las batallas fundamentales: estas operaciones son la alquimia de la aplicación) y otros derechos de propiedad intelectual. Solo faltaba que los dos jefes de Estado le dieran su visto bueno al acuerdo.
La ayuda de la red social
“Me gusta TikTok; me ayudó a salir elegido”, dijo el jueves Trump en una comparecencia conjunta ante la prensa con el primer ministro, Keir Starmer, que puso fin al viaje de Estado del republicano al Reino Unido. “TikTok tiene un valor tremendo. Estados Unidos tiene ese valor en sus manos porque somos nosotros los que tenemos que aprobarlo”. En una aparente referencia a las negociaciones comerciales más amplias, el estadounidense añadió: “Estamos muy cerca de llegar a un acuerdo [...] Es posible que hagamos una prórroga con China, pero será una prórroga basada en los mismos términos que tenemos ahora, que son bastante buenos”. El lunes, tras el pacto en Madrid, Trump escribió en su Truth: “¡La relación [con China] sigue siendo muy sólida!”.
En Estados Unidos, se da por hecha la adquisición de la red social por parte de un consorcio que incluye a Oracle, Silver Lake y Andreessen Horowitz.
La distensión entre ambas potencias es una nueva vuelta en la montaña rusa de la política económica de la era Trump, en la que todo lo que sube baja... solo para volver a subir, por lo que será difícil saber si una tregua tiene visos o no de sostenerse en el tiempo. Ha habido momentos críticos, en los que portavoces chinos han asegurado que su país está dispuesto a librar “cualquier tipo de guerra” con Estados Unidos. Ahora parecen vivirse tiempos algo más conciliadores.
Al poco de asumir el cargo, el magnate impuso aranceles a las importaciones de productos chinos. Pekín replicó con contundencia, elevando también los gravámenes a las importaciones estadounidenses, y restringiendo la exportación de recursos críticos como las tierras raras.
El cruce de disparos resultó en tasas astronómicas al comercio, que equivalían a un embargo cruzado efectivo entre los dos colosos. Finalmente, lograron relajar las tensiones mediante reuniones de sus delegaciones comerciales, primero en Ginebra en mayo —donde acordaron una reducción de los gravámenes de Washington al 30% y de Pekín al 10%, y se dieron una tregua de 90 días, que se ha extendido hasta noviembre—, luego en Londres, Estocolmo y por último en Madrid.
Las batallas son numerosas y complejas. Hay cuestiones puramente comerciales, y otras vinculadas a la carrera tecnológica y militar entre superpotencias. También está el asunto del fentanilo, potente opiáceo cuyos precursores se producen en China y que ha provocado la mayor crisis de drogas de la historia de Estados Unidos. Algunas de esas cuentas pendientes vienen de lejos, del primer mandato de Trump en la Casa Blanca.
Tras la cita de esta semana en España, Pekín advirtió a Estados Unidos de que considera que Washington ha ampliado indebidamente el concepto de seguridad nacional y aumentado continuamente la lista de sanciones contra las entidades chinas, en “un típico acto de intimidación unilateral que viola el derecho internacional”, según protestó Li Chenggang, enviado especial de China para asuntos de Comercio Internacional.
La tregua es volátil, y siempre hay daños colaterales. El lunes, Pekín ―donde el Gobierno raras veces actúa al azar― acusó al fabricante estadounidense de chips Nvidia de violar las leyes antimonopolio chinas, iniciando una nueva refriega dentro de la batalla por el acceso chino a los semiconductores estadounidenses más avanzados, que se remonta a 2022.