La sombra de la propaganda rusa planea sobre las elecciones en Rumania
El país europeo celebra este domingo la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en las que Moscú pretende influir a través de la Alianza por la Unión de los Rumanos, encabezada por el ultraderechista George Simion
Rumania inicia un intenso periodo electoral este domingo. Ese día se celebra la primera ronda de las elecciones presidenciales, a la que seguirán las legislativas, el 1 de diciembre, y la vuelta definitiva, el 8 del mismo mes, para elegir al sucesor del actual jefe del Estado, Klaus Iohannis. Sin embargo, ...
Rumania inicia un intenso periodo electoral este domingo. Ese día se celebra la primera ronda de las elecciones presidenciales, a la que seguirán las legislativas, el 1 de diciembre, y la vuelta definitiva, el 8 del mismo mes, para elegir al sucesor del actual jefe del Estado, Klaus Iohannis. Sin embargo, la pírrica victoria proeuropea en el referéndum sobre la adhesión de la vecina Moldavia a la Unión Europea celebrado a finales de octubre ha puesto en guardia a este país de Europa del Este. El candidato del Partido Nacional Liberal (PNL) a las presidenciales rumanas y ex primer ministro hasta hace 16 meses, Nicolae Ciuca, afirmó que el escaso margen de 10.500 votos a favor del ingreso de la antigua república soviética en la Unión Europea era culpa de una campaña de desinformación rusa bien organizada. A continuación, advirtió que “el próximo objetivo de Moscú” será Rumania.
“El resultado extremadamente ajustado del referéndum moldavo muestra la fuerza manipuladora de la propaganda procedente de Rusia, que continúa su agresión híbrida contra Europa”, aseveraba Ciuca a principios de mes, cuando también apeló a sus ciudadanos a rechazar “los mensajes de división y antioccidentales”: “Los rumanos deben seguir votando por un futuro euroatlántico, por una democracia liberal y por un desarrollo económico según el modelo occidental”, declaró. En la misma línea se pronuncia Mircea Geoana, ex número dos de la OTAN y candidato independiente a las elecciones. Ambos aseguran que el principal instrumento de influencia de Rusia será la formación de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), encabezada por el ultraderechista George Simion.
Varias encuestas sitúan al extremista en segundo lugar en las presidenciales, con opciones de disputar la jefatura de Estado en la segunda ronda. Tras eliminar el Tribunal Supremo a la polémica eurodiputada ultra Diana Sosoaca en la lucha por la presidencia, Moscú solo puede apostar por Simion, quien se verá aupado, además, por la transferencia de votos de su contrincante, según los analistas. No obstante, el líder de AUR ha promovido la agenda del Kremlin de forma algo más discreta y ha evitado visitas a la Embajada rusa en Bucarest, como sí lo hizo la europarlamentaria.
“Este perfil disimulado prorruso con el que busca captar otros segmentos del electorado lo hace mucho más peligroso [a Simion]”, explica Cristian Manolachi, profesor en la Universidad de Cluj y experto en grupos de extrema derecha. “Su elector destaca por ser un ciudadano que anduvo perdido tras la caída del comunismo y acabó frustrado por su inadaptación al capitalismo”, desmenuza el historiador, al tiempo que remarca que Simion “se beneficia del apoyo de la propaganda rusa por compartir mensajes contra algunos colectivos de la sociedad y también por esa nostalgia por el régimen comunista que su partido difunde. Pero Manolachi alerta del papel que pueden jugar los denominados “idiotas útiles”: un ciudadano que, con su voto, “sin darse cuenta, también le hace el juego al Kremlin”.
Recientemente, Ucrania y Moldavia declararon persona non grata al político, de 38 años. Kiev alegó que difunde narrativas del ideario ruso, mientras que Chisinau no ha desvelado el motivo por el que no deja entrar a Simion, a quien acusan de ser un agente ruso, afirmaciones que él niega. A todo esto se añade una serie de informaciones que apuntan a que el candidato se reunió con espías rusos, lo que ha soliviantado aún más los ánimos entre sus adversarios presidenciales. Una de ellas, Elena Lasconi, pidió al Servicio de Información Exterior que confirmara si eran ciertos esos encuentros. “La falta de medidas y acciones de nuestros dirigentes muestra que son cómplices, partícipes de los delitos de un posible traidor, un portavoz de Putin en Rumania, al que querrían en la segunda vuelta de las presidenciales”, señaló Lasconi. El actual primer ministro y candidato presidencial del Partido Social Demócrata (PSD), Marcel Ciolacu, tuvo que salir a la palestra para desmentirlo.
La desinformación procedente del Kremlin es mucho más visible con la cercanía de los comicios, observan los expertos. “Escuchamos maullidos de la extrema derecha: ‘los rumanos en Ucrania son discriminados’ o ‘no tenemos nada que ganar con la guerra en Ucrania, por lo que deberíamos buscar la paz y abandonar la OTAN’…”, advierte Marian Voicu, periodista de veridica.ro, un portal especializado en combatir noticias falsas. “Lamentablemente, no es posible cuantificar cuánta desinformación hay en el espacio público, especialmente en una encuesta electoral”, incide el periodista. Pero en Moldavia, donde la diferencia de unos pocos miles de sufragios fue crucial, “se vio cuánto cuenta cada voto”, asegura Voicu, quien precisa que las diatribas radicales de la eurodiputada Sosoaca legitiman a Simion como moderado, lo que le puede hacer ganar votos. Sin embargo, advierte de que el peligro proviene de la posible coalición que estas dos fuerzas extremistas podrían formar tras las legislativas, en las que pueden obtener un 30% del voto, según los sondeos, un porcentaje superior a la media europea, donde los euroescépticos rondan el 25%.
Para Flavia Durach, profesora de la Escuela Nacional de Estudios Políticos y Administrativos de Bucarest, ciertos temas e interpretaciones están indirectamente alineados con los objetivos estratégicos de Rusia, ya que estas narrativas apuntan a temas controvertidos y polarizadores en la sociedad, que buscan legitimar las acciones de la Federación Rusa, cultivar la desconfianza en la UE y la OTAN o confundir los intereses nacionales”. “A menudo, sus tesis no tienen una conexión explícita con Rusia, la guerra en Ucrania o fuentes de propaganda rusa, lo que los hace aún más peligrosos”, apuntala esta investigadora en noticias falsas y bulos, antes de enfatizar que “muchas veces las personas no son conscientes de que son blanco de una campaña de desinformación o de que están difundiendo propaganda falsa por convicción personal”.
Estrategias políticas
Tanto Ciuca como Geoana consideran que el jefe del Ejecutivo ha dejado de luchar tanto como antes contra la desinformación rusa. Pero si estos bulos se difunden entre la ciudadanía, hay más posibilidades de que a Simion lo voten más personas afines a esas informaciones, aunque sean falsas. Y si la segunda vuelta queda entre el ultra y Ciolacu, este último tendrá más posibilidades de ganar porque es posible que los votantes lo prefieran a él antes que a un extremista. “A través de la estrategia política, también exponen a Rumania ante Rusia”, indica Armand Gosu, periodista especializado en el espacio exsoviético. “Obviamente, el Kremlin aprovechará esta situación, intentando llevar a Simion a la segunda vuelta con la ayuda del PSD”, insiste Gosu. Así lo revelan, por ejemplo, las afirmaciones del controvertido magnate, exeurodiputado y dueño del club de fútbol Steaua Bucarest, Gigi Becali. A finales de octubre, el millonario aseguró que desde la formación socialista le habían instado a ayudar a Simion a llegar a la segunda cita electoral.
Otra advertencia proviene del diputado del PNL, Alexandru Muraru, quien va incluso más allá, al sostener que, si Simion pasa la primera vuelta y su partido obtiene un buen resultado en las parlamentarias, la fuerza política de extrema derecha junto a otras prorrusas podrían forzar la organización de un plebiscito sobre la salida de Rumania de la UE en un plazo máximo de dos años tras los comicios. “El resultado del referéndum de Moldavia evidencia cómo partidos como AUR y otros grupos que alimentan el odio, la manipulación, las divisiones y las narrativas falsas pueden alejarnos de Europa; el denominador común de estas formaciones es el odio hacia Occidente”, remarcó el político ante la prensa, a principios de mes. E insistió en que, si no se combate la propaganda rusa, el país estará “frente a una elección imposible: Europa o un régimen autoritario”.