Margarita Robles: “Putin no debe salir impune. Su agresión puede tener consecuencias penales”
La ministra de Defensa reconoce que el líder ruso pudo pensar que la OTAN estaba débil por la salida de Afganistán
Cae la tarde del viernes y la ministra Margarita Robles regresa a su despacho en el Ministerio de Defensa, que en otro tiempo se llamó de la Guerra. Viene del Palacio de La Moncloa, donde ha acompañado al presidente Pedro Sánchez a una cumbre telemática y extraordinaria de los líderes de la OTAN. Nunca una invasión había sido tan anunciada, pero todavía parece irreal que, en estos momentos, proyectiles de artillería y bombas de aviación ...
Cae la tarde del viernes y la ministra Margarita Robles regresa a su despacho en el Ministerio de Defensa, que en otro tiempo se llamó de la Guerra. Viene del Palacio de La Moncloa, donde ha acompañado al presidente Pedro Sánchez a una cumbre telemática y extraordinaria de los líderes de la OTAN. Nunca una invasión había sido tan anunciada, pero todavía parece irreal que, en estos momentos, proyectiles de artillería y bombas de aviación estén cayendo sobre una capital europea, Kiev, a 3.700 kilómetros de Madrid.
“Lo más importante es poner de relieve que la agresión de Putin es un hecho sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, absolutamente inaceptable, una vulneración flagrante del derecho internacional que ha logrado algo que también es muy importante: una unidad total y radical de los países de la OTAN y la UE que tampoco tiene precedentes”, explica sin ocultar su indignación.
Pregunta. ¿La invasión de Ucrania es un crimen?
Respuesta. Es una vulneración del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas. Un ataque a la integridad territorial y la soberanía de un Estado. Se está bombardeando a población inocente. Jurídicamente no me atrevería a darle una calificación en estos momentos, porque la invasión no ha terminado, pero es un acto de guerra absolutamente inaceptable que sin ninguna duda debe tener consecuencias jurídicas.
P. ¿Debe comparecer Putin ante la Justicia Internacional?
R. Lo que está claro que Putin no debe quedar impune y eso no puede limitarse a las sanciones económicas, que espero sean más categóricas si no se produce una retirada, pero es verdad que se están produciendo asesinatos, que hay que calificarlos así, porque esto es una agresión absolutamente ilegítima. El adjetivo más duro que le podemos poner.
P. Como jurista, ¿cree que debe haber consecuencias penales?
R. No me atrevo a decirlo, pero cuando hay una violación del ordenamiento jurídico, la posibilidad de consecuencias penales existe, claro.
P. Estados Unidos llevaba meses avisando de la invasión.
R. La inteligencia norteamericana estuvo avisando permanentemente, incluso de manera pública. Primero dijo que sería el día 16 [de febrero]. Luego, el 22. Unas horas antes de la invasión, a las cuatro de la madrugada [del jueves], avisó de que se iba a producir. Es verdad que había una secreta confianza en que finalmente no sucediera, en que la diplomacia iba a encontrar una salida. Sobre todo porque Putin, desde el mayor de los cinismos, iba diciendo que en ningún caso tenía voluntad de invadir. Al contrario, aseguraba que eran campañas de desinformación. Yo estuve la semana pasada en Bruselas y todos decíamos que había que apostar por la diplomacia y la disuasión. Por parte de la OTAN todo fue muy cuidadoso y la instrucción que había era que no se realizara ningún acto, por mínimo que fuera, que pudiera considerarse una provocación.
P. ¿No fue un error decir desde el principio que solo habría sanciones económicas, no respuesta militar?
R. Yo creo que cuando se está en un proceso de diálogo como estaban la UE y la OTAN, y él [Putin] parecía aceptar, se evita todo lo que pudiera considerarse una amenaza. Lo que es evidente es que Putin ha jugado con deslealtad y ha demostrado una absoluta falta de principios.
P. La salida de Afganistán pudo convencer a Putin de la debilidad de la OTAN.
R. La forma en que se produjo la retirada fue un fracaso sin paliativos y dejó en muy mala situación a la OTAN. Puede que a Putin se le haya pasado por la cabeza la idea de que hay una OTAN más débil, pero yo, que he sido muy crítica con la salida de Afganistán, debo decir que si algo positivo podemos sacar de tanto dolor como estamos viviendo es esta unidad sin fisuras. Si Putin creía que se iba a encontrar una OTAN débil, en que cada país iría por su lado, la condena sin paliativos, absolutamente contundente, de todos los aliados y las sanciones sin precedentes, y que pueden ir a más, de la UE sin duda es un toque de atención a Putin de que no hay debilidad, de que no nos vamos a quedar quietos ante la agresión. Es verdad que Ucrania no pertenece a la Alianza y por eso no se aplica el artículo 5 [defensa mutua], pero en todas las reuniones de la OTAN se ha puesto de relieve que cualquier agresión, por mínima que sea, a un aliado supondría la activación de todos los mecanismos [de defensa].
P. China pensará que si Rusia se come a Ucrania, ella se puede comer a Taiwán.
R. Es una posibilidad que está ahí. El contexto internacional está cambiando. Por eso es muy importante que la OTAN y la UE estén absolutamente reforzadas. Ha habido una época en que parecía que había interés en enfrentarlas. Se ha llegado a decir que la OTAN estaba en muerte cerebral. Yo creo que es justamente lo contrario. La UE y la OTAN son complementarias. Frente a la debilidad que se mostró en Afganistán se está demostrando fortaleza ante Putin.
P. ¿Va a contribuir España al refuerzo de las tropas de la OTAN en los países del Este?
R. Estamos siguiendo las directrices del Saceur, el mando [supremo] aliado [en Europa]. En este momento, España tiene cerca de 800 militares tanto en Letonia, como en la policía aérea, que está en Bulgaria y, cuando termine, el 31 de marzo, irá a Lituania, además del despliegue naval. Frente a los que pueden tener dudas sobre la naturaleza de la participación española, diré que son misiones siempre defensivas, de estabilidad y preservación de la paz. En función de cómo se desarrollen los acontecimientos iremos viendo. Lo que está claro es que a fecha de hoy son suficientes y no es necesario incrementarlas.
P. Ucrania ha pedido 75.000 chalecos antibalas y cascos, entre otro material militar.
R. Esta mañana he tenido una reunión con el agregado de la Embajada de Ucrania. Es una ayuda que están pidiendo a todos los países. Efectivamente, habrá ayuda. Por una parte, lo que pueda aportar la Sanidad militar: y equipos de defensa personal, chalecos antibalas, material de protección.
P. ¿Cuántos?
R. En este momento no le puedo dar una cifra. Nuestras posibilidades sanitarias son mayores, porque teníamos una reserva por la covid. De material de defensa tenemos más limitaciones, cascos en este momento no tenemos, pero estamos buscando todo lo necesario para ayudarles dentro de nuestras posibilidades. Se trata de material no ofensivo.
P. Rusia no solo está en Ucrania, también en África subsahariana.
R. Nos preocupa mucho la situación del Sahel, con un incremento muy importante del terrorismo, especialmente Daesh y la filial de Al Qaeda tienen una expansión tremenda. Hay gobiernos africanos [como Malí] que tienen ya una relación con Rusia, a través del ejército regular o de una compañía privada como Wagner.
P. ¿Se puede seguir en Malí tras la salida de Francia?
R. Aquí hay dos escenarios: están las misiones de combate, Takuba y Barkhane, en las que están Francia y otros países y España no participa. Francia ha tomado una decisión, que respetamos totalmente, de trasladarlas a otros países africanos. Pero luego hay otra misión, EUTM-Malí, de entrenamiento y formación de la policía y el ejército maliense. En esta misión el contingente español es el más numeroso y España apuesta por mantenerla, aunque es una operación de la UE y es la UE la que debe tomar una decisión.
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