El Parlamento venezolano se opone a la designación del embajador chavista en México

El Parlamento venezolano ha rechazado este martes la designación de Francisco Arias Cárdenas como embajador de Venezuela en México. El ahora diplomático se reunió este lunes con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para entregarle sus cartas credenciales y hacer oficial su nombramiento. Pero Juan Guaidó no ha dado su brazo a torcer: “No está aprobada por este Parlamento y es absolutamente irregular, ya estamos haciendo las comunicaciones pertinentes”, ha subrayado el jefe de la Asamblea Nacional, reconocido por más de 50 países como presidente interino del país sudamericano. La entrega de las credenciales del polémico embajador ocurre unos tres meses después de que el Gobierno mexicano consintiese su designación. Arias es un militar retirado de la Fuerza Armada Nacional, antiguo compañero del expresidente Hugo Chávez, excandidato presidencial y exgobernador del Estado occidental de Zulia. Desde esta semana, también es la voz del régimen de Nicolás Maduro en el segundo país más poblado de América Latina.

Guaidó cree que su aprobación obedece a un intento del Gobierno López Obrador de ser aceptado como intermediario en la crisis de Venezuela. “No quiero especular, ellos [México] deberían responder por esto. Estaban tratando de mediar para una solución al conflicto. Creerán que eso los acerca para facilitar una solución”, agregó. Los diputados opositores advirtieron, por su parte, de que la imposición de un embajador sin su aprobación es una violación del artículo 187, numeral 14, de la Constitución venezolana que reza que los legisladores son los únicos con competencias para autorizar el nombramiento de “jefes de misiones diplomáticas permanentes”. El parlamentario Williams Dávila fue especialmente crítico con el plácet de las autoridades mexicanas: “No puede ser embajador alguien que pretenda representar a un Gobierno que no existe, porque estamos en presencia de un régimen usurpador, que es el de Maduro”, indicó.

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Venezuela afronta un conflicto de poderes desde diciembre de 2015. Ese mes, la oposición se impuso en las elecciones parlamentarias, una victoria sentida por el chavismo que estaba acostumbrado a ganar casi todas las votaciones. Pero una vez instalados en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, se desató una arremetida de los poderes controlados por Maduro contra los diputados. De hecho, el Tribunal Supremo de Justicia desconoció a la Asamblea Nacional por considerarla en desacato, aunque medio centenar de gobiernos solo reconocen al Parlamento como única institución legítima porque además califican como fraudulenta la reelección de Maduro, en mayo del año pasado.

En esta contienda, López Obrador es uno de los presidentes de América Latina que mantiene una posición neutral, aunque el visto bueno de Arias podría llevarlo a otros linderos. “Me entrevisté con los nuevos embajadores de Uruguay, Venezuela y Costa Rica. Se cumplió con el protocolo de entrega de cartas credenciales y conversamos con la fraternidad de amigos e integrantes de nuestra América”, escribió el presidente mexicano en Twitter. Este es un conflicto que salpica más allá de las fronteras de Venezuela. Sin duda, Estados Unidos lidera una política para cercar al sucesor de Chávez. Entretanto, el líder socialista intenta rescatar el apoyo perdido en la región con una campaña contra el “imperialismo” de la Casa Blanca. En su camino contra la Administración de Donald Trump se jacta del respaldo de Rusia y otros países como China, Turquía y Cuba.