Asesinados cuatro presos durante un traslado tras el motín en una cárcel de Brasil
El homicidio de los reclusos se produjo en el autobús que los transportaba desde la prisión que se amotinó
Cuatro presos han sido asesinados en Brasil cuando eran trasladados desde la prisión de Altamira (en el Estado de Pará, al norte de Brasil), después de que un motín el pasado lunes se cobrara 57 vidas. Los presidiarios, implicados en uno de los motines carcelarios más letales de ese país, fueron asfixiados mientras eran transferidos a otro centro penitenciario. En el autobús donde viajaban esposados, iban otros 26 reclusos, según ha anunciado este miércoles la Secretaría de Seguridad Pública de Pará. Las autoridades brasileñas han anunciado que aún se investigan "las causas de ese hecho lamentable". Este suceso eleva el balance de muertos a 61.
Después de la tragedia del lunes, las fuerzas de seguridad brasileñas debían trasladar este martes a 46 reclusos desde Altamira a otras cárceles. La Secretaría de Seguridad Pública estatal ha explicado este miércoles que para realizar el traslado contaban con un autobús policial que tenía cuatro celdas con una capacidad total para 40 personas. Sin dar mayores precisiones, la entidad ha señalado que, en ese traslado, se movilizaba a 30 presos de "la misma facción" que viajaban esposados.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que llegó a la presidencia en enero con promesas de legalizar la portación de armas para combatir la criminalidad, hizo este miércoles su primer comentario sobre la matanza. "He visto escenas de horrores en la cárcel de Pará, pero también vi escenas macabras practicadas por los que murieron contra personas humildes e indefensas. Fuera de las cárceles también hay una guerra, en la cual prácticamente solo un lado está armado", ha admitido en su cuenta de Twitter.
Los enfrentamientos del lunes entre un grupo local llamado el Comando Classe A y el Comando Vermelho, una de las mayores bandas criminales de Brasil, habían dejado un saldo de 57 muertos, 16 de ellos decapitados. El resto falleció por asfixia debido a un incendio provocado por miembros de una banda en el sector que alojaba al grupo rival. La superintendencia del sistema penitenciario estatal informó ese día de que el origen de los disturbios había sido una pelea entre las dos facciones que comenzó a las siete de la mañana (hora local) cuando miembros de una facción, encarcelados en un ala de la prisión, entraron en la otra ala donde estaban encerrados reclusos del otro grupo.
Es la segunda masacre carcelaria en dos meses en Brasil. A finales de mayo, 55 detenidos fueron asesinados en varias cárceles del Estado Amazonas, vecino de Pará, durante unos crudos enfrentamientos entre pandillas del narcotráfico. Centenares de presos son asesinados cada año en Brasil, la mayoría en ajustes de cuentas entre bandas que se disputan el control de las rutas de la cocaína procedente mayoritariamente de Colombia, Perú y Bolivia.
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