Trudeau asegura que seguirá hablando de derechos humanos pese a la ofensiva diplomática de Riad
El país norteamericano no recula en sus críticas a Arabia Saudí por la detención de activistas, a pesar del endurecimiento de las medidas contra Ottawa
Canadá no ha cerrado los canales de comunicación con Arabia Saudí para resolver la crisis diplomática entre ambos países, pero descarta dejar de pronunciarse sobre los derechos humanos. La tarde de este miércoles, en el marco de un evento tecnológico en Montreal, el primer ministro, Justin Trudeau, aseguró que “los canadienses siempre han esperado que su Gobierno hable fuerte, firme y educadamente sobre la necesidad de respetar los derechos humanos en todo el mundo". "Seguiremos defendiendo los valores canadienses y los derechos humanos. Es algo que siempre haré”, ha defendido el mandatario.
Las palabras de Trudeau respaldan las de Crysthia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, quien el lunes afirmó que su país siempre se mostrará a favor de la defensa de los derechos humanos pese a las críticas de Riad. Las declaraciones del primer ministro fueron también una clara respuesta a Adel Al-Jubeir, responsable de la diplomacia saudí, que este mismo miércoles aseguró que habrá una reconciliación entre los dos países cuando Canadá se retracte de sus críticas por el arresto de los activistas detenidos, situación que Riad considera una intromisión en sus asuntos internos. “Seguimos comprometidos diplomática y políticamente con el Gobierno de Arabia Saudita, pero Canadá siempre hablará con fuerza, en público y en privado, sobre temas de derechos humanos. La gente de todo el mundo espera ese tipo de liderazgo de Canadá. Nos mantendremos firmes”, ha señalado Trudeau a pesar de que Freeland y Al-Jubeir tuvieron una larga conversación telefónica el martes.
El domingo, el Gobierno saudí expulsó al embajador canadiense y pidió al suyo viajar de Ottawa a Riad, como respuesta a los mensajes publicados en Twitter por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá y por Crysthia Freeland, su titular, en los que pedían la liberación de activistas a favor de los derechos humanos en el país árabe. Las autoridades canadienses abogaron especialmente por los hermanos Badawi. Raif Badawi fue condenado en 2014 a 10 años de cárcel y a 1.000 latigazos por “insultos al Islam”. Fue azotado ya 50 veces en enero de 2015. Samar Badawi es una reconocida activista por los derechos de las mujeres que fue detenida junto a otras militantes el 30 de julio.
Horas después de la expulsión del embajador, el Gobierno del país árabe afirmó que los vuelos directos a Toronto de la empresa estatal Saudia quedarán suspendidos a partir del 13 de agosto. El Ministerio de educación saudí indicó en esos momentos que contemplaba la suspensión del programa de becas universitarias en Canadá del que se benefician unos 15.000 alumnos. El periódico The Toronto Star y la cadena de televisión CBC News informaron este martes que varios estudiantes saudíes han recibido instrucciones de su Gobierno para abandonar Canadá en las próximas cuatro semanas. La intención de Riad es encontrarles sitio en instituciones de otras naciones.
Otros medidas también reflejan el endurecimiento de la postura saudí. Riad ha suspendido todos los programas de tratamiento médico en Canadá y coordina el traslado de todos los pacientes saudíes de los hospitales canadienses a otros países. También anunció que dejará de comprar trigo y cebada a Canadá. Asimismo, The Financial Times informó que el Gobierno saudí ordenó vender todos los activos canadienses a su banco central y a su fondo soberano de inversión. En sus declaraciones de este miércoles, Al-Jubeir dijo que se podrían tomar más medidas en contra de Canadá.
De acuerdo a las estadísticas, el comercio entre canadienses y saudíes es de poco más de 3.000 millones de dólares estadounidenses al año, una cifra discreta para ambos países. Sin embargo, Arabia Saudí es la tercera fuente de importación de crudo para Canadá. Los principales medios canadienses han preguntado a los expertos por qué la reacción de Riad ha sido tan estrepitosa. Las respuestas apuntan en la misma dirección: se trata de un mensaje a otros países que quieran pronunciarse sobre asuntos del Reino del Desierto.
Este miércoles, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores mostró su apoyo a Arabia Saudí, señalando que resulta inaceptable la politización del tema de los derechos humanos. La cadena Al-Arabiya informó que Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y la Autoridad Palestina respaldan también a Riad en esta crisis. Por su parte, Washington y Londres, históricos aliados de Ottawa, se han mostrado prudentes. Este martes, el Ministerio británico de Asuntos Exteriores señaló en un comunicado: “Canadá y Arabia Saudí son dos socios cercanos del Reino Unido y los llamamos a la moderación”. El mismo día, Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el Gobierno estadounidense invita a ambos países a que solucionen sus diferencias. “No podemos hacerlo por ellos”, añadió. Mientras tanto, ni Justin Trudeau ni el príncipe Mohamed Bin Salman dan muestras de cambiar de parecer.
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