El jefe de Gobierno de la Ciudad de México corteja al Frente opositor en su informe de gestión

La irrupción del Frente Ciudadano por México, la unión entre partidos de izquierda y derecha con miras a las elecciones presidenciales de 2018, ha agitado el panorama político en el país. Esta alianza ha robado protagonismo colocándose como el principal proyecto opositor al PRI y a la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien lidera los sondeos. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, convirtió su quinto informe de labores en un evento para impulsar al Frente, y de paso, colocarse como una de las figuras que pretenden encabezarlo.

El alcalde de la ciudad, quien ganó las elecciones locales en 2012 como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a pesar de no ser militante, subrayó su perfil ciudadano y pragmático. “Debemos superar el discurso de las izquierdas y las derechas”, dijo Mancera en su largo discurso. Su mensaje estaba dirigido a la audiencia que tenía enfrente, los diputados locales de la Asamblea de la Ciudad de México. Pero especialmente a los invitados del evento, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya y la dirigente del PRD, Alejandra Barrales. Ambos son consideraros los padres del Frente opositor junto al dirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quien también estuvo presente en el informe.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México desea construir una candidatura presidencial a partir de los resultados de su gestión. De esta forma, pretende “convertir un proyecto de ciudad en un proyecto de nación en el que todos tienen cabida”. Mancera dejará el cargo en las próximas semanas, un año antes de que finalice su gestión, con la esperanza de que la catarata de cifras y logros que ha recitado en este quinto informe de labores permanezca en la mente de los capitalinos.

“Han sido cinco años de hechos, no de cálculos políticos”, afirmó Mancera. El jefe de Gobierno ha apostado a diluir su imagen de político en un momento donde los militantes de los partidos tienen mucho desgaste ante los ojos de los votantes. No obstante, uno de sus principales logros este año ha sido precisamente político. Mancera consiguió la aprobación de la primera Constitución local, lo que equipara a la capital a las otras 31 entidades del país.

Fueron muchos de esos políticos quienes reconocieron la mañana de este domingo la gestión de Mancera. Aglutinados en un mismo bando por la inercia creada por el Frente, los diputados locales del PRI coincidieron con los del PRD. Y los del Partido Verde con los del PAN. Todos aplaudieron al jefe de Gobierno. “Pasará a la historia como una Administración abierta a los consensos”, dijo el panista Luis Mendoza.

La oposición fue más tímida señalando los defectos de la presente Administración. La ciudadanía coincide, casi de forma unánime, en un agudo aumento de la violencia en la capital mexicana. El jefe de Gobierno, no obstante, lo atribuye a un fenómeno de percepción. Mancera afirmó que actualmente se cometen menos de 92 delitos diarios mientras que en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2000-2006) eran 179, y en el de Marcelo Ebrard (2006-2012) eran 158.

 La única voz de disenso fue la de Morena, un partido que tiene altas probabilidades de ganar la jefatura de Gobierno el 1 de julio próximo. El legislador César Cravioto dijo que la ciudad tiene la tasa más alta de homicidios desde 1997. “De enero a julio de este año se han cometido 621 asesinatos, tres diarios”, dijo. Mancera aprovechó su informe para anunciar la contratación de 1.000 policías más y la ampliación de la red de video vigilancia, que alcanzará las 22.000 cámaras el próximo año.

Mancera también insistió en otra de sus cruzadas, que llevará al plano nacional con mucha probabilidad. “Es indispensable aumentar el salario mínimo. Es posible seguir una ruta de incremento que no cause inflación e inyecte nueva dinámica al consumo y al comercio”, dijo.

En un momento del informe, Mauricio Toledo, líder del PRD en la Asamblea, dijo que era probable que en ese sitio se encontrara el próximo presidente de México. Sus compañeros de partido aplaudieron en deferencia al jefe de Gobierno, que prepara el terreno de su candidatura. Los diputados del PAN, en cambio, se pararon a aplaudir en dirección de su presidente nacional, Ricardo Anaya, al fondo de la sala. El cortejo para convertirse en el líder del Frente Ciudadano ha comenzado.