Altos cargos del chavismo dimiten para integrar la Constituyente de Maduro
El presidente de Venezuela designó la semana pasada a tres nuevos ministros. La canciller Delcy Rodríguez también ha manifestado que pretende integrar la Asamblea
Varios miembros destacados del Gobierno venezolano, diputados chavistas del Parlamento y gobernadores oficialistas han abandonado o se preparan para dejar sus cargos en busca de una candidatura a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). El presidente Nicolás Maduro ha designado este jueves a cuatro nuevos ministros debido a que los titulares intentarán ser elegidos como delegados para redactar la nueva Constitución. La canciller Delcy Rodríguez también ha manifestado que pretende integrar la Asamblea, pero todavía permanece en el cargo.
Hasta ahora se ha confirmado que los titulares de las carteras de Comunas, Aristóbulo Istúriz; Servicios Penitenciarios, Iris Varela; Pueblos Indígenas, Aloha Núñez; y Cultura, Adán Chávez intentarán ganar uno de los 565 escaños en liza. También aspiran a presentarse la ministra de Gestión Presidencial, Carmen Meléndez, y la primera dama, Cilia Flores. El gobernador del Estado de Carabobo, Francisco Ameliach, anunció el miércoles que dejaría su cargo para postularse.
El Gobierno, a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), se ha asegurado de organizar una elección que le permita ganar la mayor cantidad de escaños en la Constituyente. El CNE ha otorgado mayor peso a las circunscripciones rurales, donde el chavismo mantiene el grueso de sus votantes, y ha dividido el voto entre un "ámbito territorial" —los electores seleccionarán a un delegado por municipio— y un "ámbito sectorial" —que supone la elección de representantes de gremios y corporaciones dominadas por el régimen de Maduro—.
Concebido como una propuesta para pacificar al país, la Constituyente se ha convertido con el paso de las semanas en una excusa para promover una purga generalizada en la coalición oficial y cerrar cualquier posibilidad de sobrevivencia de la oposición organizada. El régimen concibe a esta instancia como el Soviet supremo que regirá a partir de agosto la vida venezolana.
El gran promotor de esa campaña de tierra arrasada es el diputado Diosdado Cabello. En su programa semanal de televisión, el hombre fuerte del régimen cuenta los días que faltan para que comience a sesionar la Constituyente, amenaza a opositores y periodistas con mandarlos a la cárcel. La principal destinataria de sus mensajes es la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, quien se ha convertido en la líder del sector del chavismo que está en contra de la redacción de una nueva Constitución. "A esta Fiscalía le quedan 53 días. Ni uno más", afirmó Cabello durante una emisión la semana pasada.
Poderes plenipotenciarios
El pasado lunes, en la tradicional rueda de prensa del PSUV, Cabello comenzó a detallar las funciones que asumiría la Asamblea Constituyente. Como tiene poderes plenipotenciarios, afirmó, puede sustituir al Parlamento y liquidar la inmunidad de los diputados. Se trata de un claro mensaje a la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que controla desde enero del año pasado la Asamblea Nacional. El Ejecutivo y el Legislativo mantienen una larga disputa que se ha resuelto a favor del gobierno. El Tribunal Supremo de Justicia lo ha declarado en desacato después de que el Parlamento juramentara a tres diputados cuya elección había sido impugnada.
La decisión de que personajes destacados del chavismo abandonen sus puestos para formar parte de la Asamblea Nacional Constituyente revela la importancia que le da el oficialismo al proyecto en medio del cerco que las protestas antigubernamentales han trazado sobre el presidente. La desbandada es un claro indicio de lo irrelevante que será ocupar un alto cargo cuando entre a sesionar la ANC, que tiene facultades para plantear los cambios que considere necesarios en todos los aspectos.
El credo apocalíptico de Cabello tiene su contracara en el discurso aparentemente institucional de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. La funcionaria anunció ayer que las elecciones de gobernadores y alcaldes, que se pospusieron desde finales del año pasado, han quedado fijadas para el próximo 10 de diciembre. La decisión ha sido interpretada como una forma de buscar que la oposición dude de su apuesta de forzar la salida de Maduro y se concentre en elegir candidatos. Muchos analistas perciben que el anuncio encierra una trampa. La ANC podría eliminar las gobernaciones y reorganizar el territorio.
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