La guerra de bandas en Guerrero eleva la sangría a cotas desconocidas
En apenas unas horas han aparecido 12 cuerpos desmembrados en este estado del sur de México. Durante el fin de semana se han registrado en total 25 asesinatos
Siempre a punto de estallar, el Estado de Guerrero, al sur de México, parece prepararse cada fin de semana para el desenlace final. Como si el horror difícilmente pudiera superarse, como si esta vez fuera tan terrible que nada peor pudiera pasar. Y sin embargo pasa. Este domingo por la noche, funcionarios de la fiscalía estatal recogieron restos de 12 personas en distintos puntos del estado. Restos, los cuerpos estaban despedazados. El delegado del Gobierno federal en la región, Roberto Álvarez, no recuerda un conteo similar. Muertos sí, pero en pedazos… Además, las autoridades recogieron 11 cadáveres en Acapulco durante el fin de semana, entre ellos los de dos marinos. La cuenta se cierra con otros dos asesinatos en dos pueblos al norte del Estado, en la región de Tierra Caliente.
Primero, los restos de tres personas aparecieron en una comunidad de Teloloapan, precisamente en la región de Tierra Caliente. Eran los herreros que una banda de delincuentes había raptado a principios de mes. Junto a los cadáveres, dejaron dos notas. En ambas, los firmantes explicaban con cierta sorna que no los habían liberado antes porque andaban “ocupadillos”.
El secuestro de los herreros había generado tensión en la región. La policía comunitaria de Teloloapan llevaba meses denunciando al líder del cartel de La Familia en la zona, Johnny Hurtado Olascoaga, alias El Pescado. La Familia, mientras tanto, advierte a su manera de que los grupos de autodefensa de Teloloapan, la policía Tecampanera, son en realidad una célula de Guerreros Unidos. De hecho así lo explicaban en los mensajes que dejaron junto a los cadáveres de los herreros.
Al sur del estado, al otro lado de Chilpáncingo, la capital, funcionarios de la fiscalía encontraron nueve cuerpos con signos de tortura cerca de Tixtla. Cuatro estaban atados de pies y manos y cinco cortados en pedazos, metidos en bolsas negras. Las autoridades encontraron igualmente mensajes junto a los cadáveres, aunque el contenido no ha trascendido.
Tixtla es uno de los pueblos más importantes de la región centro, sede, por ejemplo, de la escuela a la que acudían los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014. De acuerdo a información oficial, dos bandas se disputan el territorio en la zona, Los Rojos y Los Ardillos. Los primeros tienen sede en la capital y los pueblos de alrededor, y los segundos en Chilapa, hacia el sur.
Mientras tanto, siete personas permanecen secuestradas más allá de Teloloapan, en Tierra Caliente. El jueves pasado, un comando armado se llevaba a diez personas del poblado de San Gerónimo, en Ajuchitlán, cerca de los límites con el Estado de México y Michoacán. Este domingo aparecieron tres con vida, entre ellos un menor de edad. Roberto Álvarez ha explicado que se trata del grupo de Los Tequileros. “Al principio no sabíamos, pero luego los captores se pusieron en contacto con los familiares y empezaron a pedir dinero. Piden cantidades entre los 50.000 y los 100.000 pesos”. 2.500 y 5.000 dólares.
Los Tequileros se mueven entre las comunidades de otro pueblo de la zona, San Miguel Totolapan. En enero ya perpetraron un secuestro masivo. Se llevaron a 22 personas que iban a una boda y luego, días más tarde, raptaron a cinco profesores de una escuela de Ajuchitlán. Todos aparecieron con vida menos dos.
Entonces y ahora Los Tequileros culpan de sus acciones a Johhny Hurtado Olascoaga. En videos difundidos en redes sociales acusan a las autoridades de protegerlo. El Pescado, según ellos, es el culpable de la inseguridad en la región y del cierre de explotaciones mineras, una de las fuentes de empleo más importantes de la zona.
En todo caso el trasfondo de estas acciones resulta un absoluto misterio. O casi. Hace ahora un año, uno de los presuntos líderes de Guerreros Unidos detenido por el caso de los 43 estudiantes, Sidronio Casarrubias, declaraba que El Pescado sacaba uranio de las minas de Tierra Caliente y llevaba la mercancía al puerto más importante de Michoacán, Lázaro Cárdenas; que su socio en esta empresa es el argentino Carlos Ahumada, un personaje polémico, acusado de fraude, que estuvo en la cárcel en México hace unos años por este motivo. Dijo además que Ahumada mandaba la mercancía a China desde Michoacán. Es curioso que el anterior líder de La Familia, José María Chávez Magaña, dijera lo mismo sobre El Pescado y Ahumada en su declaración a las autoridades cuando fue detenido, hace ahora algo más de dos años.
Al margen de la historia de las regiones de Guerrero, de quién y por qué, el estado sureño cerrará el año con un record absoluto en el registro de asesinados. Al acabar octubre, las autoridades ya contaban 1.832 homicidios dolosos, solo por debajo del Estado de México, cuya población triplica a la de Guerrero. Si la tendencia se mantiene, la región cerrará un año fatídico, superando cualquier registro desde que el PRI volvió al poder en 2012.
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