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¿Cuáles son los factores de éxito en el mercado laboral actual?

A pesar del aumento en la escolaridad, la fuerza laboral de América Latina aún necesita desarrollar más sus habilidades cognitivas y socioemocionales

Jóvenes en un instituto en Guatemala.
Jóvenes en un instituto en Guatemala.Maria Fleischmann (Banco Mundial)

Al redactar su hoja de vida ¿alguna vez pensó en colocar primero características como “puntual”, “creativo,” “eficiente”? Los empleadores de América Latina están en un punto de inflexión. Ya no solo buscan años de experiencia y títulos sino habilidades concretas para desenvolvernos adecuadamente en diferentes situaciones cotidianas.

Pero nuestros padres, maestros y hasta la teoría económica misma insisten en que alcanzar un alto nivel de educación es el ticket ganador para conseguir trabajos de calidad, ganar buenos salarios y lograr el éxito profesional. Como el resto del mundo, América Latina se suscribe a esta creencia.

De hecho, en las últimas dos décadas la región ha experimentado un impresionante crecimiento en el acceso a la escuela primaria y secundaria, pero en muchos casos esa educación no ha producido los beneficios esperados.

Entre 1990 y 2010, la proporción de personas entre 20 y 24 años con educación secundaria completa que entraron al mercado laboral pasó del 35% al 55% y el promedio de años de escolaridad de la fuerza laboral aumentó de 8,2 en 1990 a 10,2 en 2010.

Pero de acuerdo a distintos estudios realizados a la fecha, los beneficios de adquirir niveles superiores de educación en realidad disminuyeron en la mayoría de los países latinoamericanos en las últimas dos décadas, y los trabajadores de la región no mejoraron sustancialmente su productividad.

Asimismo, los empleadores de todo el mundo, incluso los de América Latina, lamentan la falta de habilidades adecuadas de los empleados actuales y potenciales. Además, a pesar del crecimiento exponencial de los años 2000 impulsado principalmente por el boom de las materias primas, los expertos coinciden en que la región podría haber tenido un crecimiento más dinámico, mejorando sus niveles de productividad y competitividad y parte de ello se lo atribuyen a una falta de capital humano adecuado.

Ahora bien, la realidad actual se presenta como una fusión entre una situación de bajo crecimiento económico para la región y demandas cada vez más sofisticadas por parte del mercado laboral. Donde la creación de nuevos empleos escasea y la competencia aumenta, un nuevo estudio del Banco Mundial titulado “Mentes y Comportamientos en el Trabajo: Fomentando las habilidades socioemocionales para el mercado laboral de América Latina” señala quemejorar las habilidades socioemocionales y cognitivas de los trabajadores para adaptarse al nuevo entorno y así mejorar la productividad laboral, resulta primordial.

“Mi hijo, el doctor” versus “Mi hijo, el creativo”

¿Pero cuáles son estas habilidades que buscan los empleadores?

Una hoja de vida o hasta una entrevista de trabajo tienen gusto a poco a la hora de transmitir las verdaderas habilidades con las que cuenta una persona. Como define el estudio del Banco Mundial, las habilidades cognitivas avanzadas son aquellas relacionadas con las capacidades mentales para comprender, razonar y adquirir conocimiento y que incluyen conocimiento académico básico, pensamiento crítico, y resolución de problemas, entre otros. Por otra parte, las habilidades socioemocionales tienen que ver con la honestidad, la ética, el trabajo en equipo, la perseverancia, la puntualidad, la creatividad y la responsabilidad, entre otras.

Los datos obtenidos en Bolivia, Colombia, El Salvador y Perú para el estudio confirman que los adultos con niveles superiores de habilidades cognitivas o socioemocionales están relacionados con mejores resultados en el mercado laboral (como salario más elevado) y la probabilidad de adquirir educación terciaria, comparados con quienes tienen niveles de estas habilidades más bajas.

Por otro lado, según este nuevo estudio, las habilidades socioemocionales están muy relacionadas con la probabilidad de conseguir un empleo en América Latina, mientras que las habilidades cognitivas son más importantes para tener un empleo con mayor nivel salarial (caso similar al ya encontrado en los países de la OCDE).

Una posible explicación a este hallazgo es que muchos trabajos en América Latina son informales y de baja calidad; estos pueden requerir de menores habilidades cognitivas, pero aún en estos casos, las habilidades socioemocionales son importantes.

Las habilidades cognitivas se relacionan también con el empleo formal y el tener una ocupación altamente calificada en América Latina, mientras que las habilidades socioemocionales se correlacionan de manera más modesta con estos resultados, en parte por su multiplicidad. Sin embargo, entre los trabajadores menos educados, las habilidades socioemocionales parecen ser aún más relevantes para tener un mejor empleo que entre los trabajadores con mayor nivel de escolaridad.

De hecho, el estudio también señala que cuando se le pregunta a los empleadores cuales son las brechas más importantes en materia de habilidades cuando contratan personal, las más valoradas son las habilidades socioemocionales (51%), luego las habilidades cognitivas avanzadas (29%), las actividades técnicas (16%) y, por último, las habilidad cognitivas básicas (4%).

¿Cómo enseñar las emociones?

Si bien el desarrollo de habilidades cognitivas se ha estudiado con mayor detalle, de acuerdo al estudio se conoce menos acerca de la enseñanza de habilidades emocionales en la infancia media, la adolescencia y el inicio de la edad adulta.

El estudio indica que “La formación de habilidades es un proceso acumulativo. Al verse afectados por el entorno y las inversiones, los programas para el desarrollo de habilidades socioemocionales se implementan mejor en momentos particulares del ciclo de vida. Se deben tener en cuenta tres factores al diseñar los programas de desarrollo socioemocional. En primer lugar, es clave la edad evolutiva del niño, en términos de preparación psicológica, neurobiológica y social para aprender y practicar conceptos. Así como los niños muy pequeños no están aún listos para leer, tampoco lo están para desarrollar habilidades de resolución de problemas sociales hasta que tengan los esquemas psicosociales necesarios para la empatía.”

Por ello existen cada vez más pruebas de que estas habilidades se pueden enseñar en el entorno del aula, y especialmente en edades de escolaridad primaria. “Pueden surgir de docentes que demuestran conductas que ellos mismos han aprendido, de un clima escolar positivo y seguro que promueve y recompensa las conductas socioemocionales positivas, de métodos de enseñanza que utilizan habilidades socioemocionales en el proceso de aprendizaje, o programas de estudio específicos para la enseñanza de estas habilidades”, dice el estudio.

Y agrega que “tanto para adolescentes escolarizados como sin escolarizar, las actividades extracurriculares han demostrado ser beneficiosas, al igual que los programas que combinan capacitación laboral con capacitación en habilidades socioemocionales. Las pruebas internacionales demuestran que estas habilidades se pueden enseñar en las instituciones existentes.”

Sin embargo, los autores afirman que el principal desafío está en organizar a los actores y las vías pedagógicas para hacerlo, preparando así a los trabajadores latinoamericanos para mejorar la productividad y tener éxito.

* María Victoria Ojea es productora online del Banco Mundial.

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