Dos familiares de Jimmy Morales, implicados en una estafa al Estado
Tanto el hijo como el hermano del presidente de Guatemala tienen prohibido salir del país
Pintan bastos para el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, menos de nueve meses después de llegar al poder. Un juez dictó, al filo de la medianoche del miércoles, una orden de arraigo (que supone la retirada del pasaporte y consecuentemente, la prohibición de salir del país) contra uno de sus hijos, José Manuel Morales Marroquín, y contra su hermano, Sammy Morales Cabrera. Ambos están involucrados en una rocambolesca estafa al Estado.
El supuesto delito por el que son acusado un hijo y el hermano del presidente Morales consiste en presentar facturas a nombre de un restaurante muy ligado al mandatario y al partido de Gobierno, por 90.000 quetzales (unos 12.000 dólares) por un desayuno para trabajadores del Registro General de la Propiedad Inmueble que nunca se concretó.
El escándalo es un duro golpe para la credibilidad del mandatario quien, al trascender el posible involucramiento de sus familiares en este caso, apareció junto a su esposa en televisión y en las cuentas gubernamentales en redes sociales para informar de que había pedido a su vástago —que estudia en el extranjero— que volviera inmediatamente a Guatemala para declarar ante la Fiscalía y que confiaba plenamente en la honorabilidad de ambos. “No entorpeceré un eventual proceso judicial; confío en la objetividad de los entes investigadores”. Un gesto inusual en un país donde tradicionalmente se utiliza el poder para encubrir a familiares o amigos involucrados en hechos anómalos. Tanto el hijo como el hermano de Morales cumplieron con su primera declaración y desde las primeras horas de ayer no pueden abandonar el país.
Cerco a los militares
No es el primer escándalo que salpica al mandatario, quien se presentó ante la ciudadanía bajo el lema “ni corrupto ni ladrón”, lo que le permitió alcanzar la presidencia con un apoyo abrumador cuatro años después de haber fracasado en su intento de alcanzar la alcaldía de Mixco, la ciudad dormitorio más importante de Guatemala. En aquella ocasión, solo logró el 7,95% de los votos.
El primer divorcio entre Morales y la ciudadanía tuvo como origen la decisión de su grupo parlamentario de recibir a tránsfugas de los partidos más castigados en las urnas. Su entorno familiar también ha sido señalado: se acusa a su hijo de usar un avión privado para viajar a EE UU para ver un partido de fútbol de la selección guatemalteca o de colgar fotos en redes sociales de un viaje de placer a China. En el ámbito político las cosas están aún más difíciles. Su principal valedor en el partido de Gobierno y hombre de máxima confianza, el coronel Édgar Ovalle, corre el riesgo de ser desaforado por crímenes de guerra durante el conflicto armado. Por este caso, 14 militares, entre los que destaca el general Benedicto Lucas, hermano del expresidente Romeo Lucas García, guardan prisión preventiva. Sólo la inmunidad de diputado ha permitido a Ovalle permanecer en libertad. A eso se suma la figura del vicepresidente, Jafeth Cabrera, quien inauguró su cargo mudándose a una mansión en el sector más exclusivo de la capital, sin que su trayectoria económica pueda explicar cómo obtuvo el dinero para tal inmueble.
La ciudadanía aguarda aguarda la forma en la que el mandatario manejará el control de daños por estos escándalos. En sus apariciones públicas, Morales luce cansado, hasta el extremo de quedarse dormido en una reciente presentación presupuestaria.
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